No Solo La Muerte Enamora A Una Suicida

Capítulo 8: el plan prefecto

Narrador omnisciente:

Bella iba camino a casa de su mejor amiga, esta tarde se juntarían para crear un plan en contra de Amaya, esa chica pelirroja a la que le tenían envidia por su belleza, porque no lo iban a negar, ella si era linda, sus ojos del color zafiro eran lo que más resaltaba, al igual que su pelo rojo como la sangre.

Su plan era humillara mucho más de lo que la habían humillado hoy, si no hubiera sido por Teo quizá la hubieran destruido, eso eran lo que querían, destruirla para que se fuera del instituto y así Bella podría conquistar a Teo, ese chico sí que la atraía, sobre todo por sus ojos, el viernes pasado ella se cruzó con él en el pasillo del instituto y se percató de que el castaño tenía ojos violeta, ella no lo podía cree asique investigó sobre el tema para ver si eso podía pasar o solo era que el castaño usaba lentillas, después de juntarse con sus amigas y contarles lo que había pasado fueron a la sala de computación y se dieron cuenta de que si era posible que el chico tengo los ojos de ese color.

La chica suspiró al recordar eso. A su mente vino el recuerdo de esta tarde, de cómo el castaño había defendido a la pelirroja. Lo que dijo después de que la chica saliera huyendo de ahí le causaban enojo

- "¿y porque deberíamos no volver a mirarla?". fueron las palabras que ella misma dijo al ver que Mia se había quedado pálida por el tono que él había usado y que Ana no estaba dispuesta a hablar.

- "porque ustedes no tienen derecho de hacerle daño, y si se lo vuelven hacer, se arrepentirán" -después de eso el chico se fue tras la pelirroja.

Cuando la rubia teñida llego a casa de Mia, Ana ya estaba ahí,

- Al fin llegas, ¿Por qué tardaste tanto? - le preguntó la chica en el momento el que entraron a su habitación.

- Lo siento mi madre me pidió ayuda en unas cosas por eso demoré, pero ya estoy aquí. ¿Qué haremos para que Amaya se vaya del instituto? - preguntó Bella.

- Primero, no nos acercaremos a ella mientras Teo este cerca, y por lo que paso hoy en el instituto creo que no se separara de ella en ningún momento, así que mañana nos juntaremos cerca de su casa, la seguiremos por unos minutos y luego la arrinconaremos en el callejón que está cerca de su casa, le diremos lo que queremos y la obligaremos a cumplirlo, sin importar que pase ella se tiene que ir del instituto, y lograremos que lo haga, luego de eso, Bella, te quedara el camino libre, te aras la santa paloma y fingirás no saber qué es lo que paso con ella, te acercaras a Teo y lo enamoraras y cuando te aburras de él lo tiras a la basura como si fuera nada- respondió Mia con una sonrisa burlona.

Las tres estaban seguras de que su plan funcionaría, sabían que Amaya se sentiría mal y no quería ir mas al instituto, le dirían que se vaya a estudiar a otro, luego la golpearían, eso haría que ella tenga más gana de irse. Para ellas era el plan perfecto, no había ninguna falla en él. Oh eso era lo que ellas creían.

Las tres recordaron cuando Mia tomo del brazo a Amaya y este comenzó a sangrar, ninguna hablo sobe eso, no les importaba que era lo que le había pasado.

Luego de repasar el plan varias veces, decidieron ver películas y tener una tarde de chicas, todo iba bien hasta que se hizo hora de volver a casa. Ana se quedaría en casa de Mia, sus madres eran mejores amigas por lo que no había problema en que ella se quedara, pero en el caso de Bella, ella si debía volver a casa, a su madre no le gustaba que pase la noche en otro lugar que no fuera su casa.

Las tres amigas se despidieron felices al saber que por fin lograrían que Amaya se fuera del instituto, ya ningún chico popular las rechazaría por la pelirroja, aquella chica les gustaba a demasiados chicos, pero ninguno se atrevía hablarle, todos la molestaba creyendo que de una manera cliché la enamorarían, todos creían que por ser la tímida y rara del instituto le atraía uno de los populares que probablemente no le prestaría atención, y que al momento de hacerlo la tendrían rendida a sus pies, lo que ellos no sabía era que ella los encontraba patéticos, y que de los únicos hombre que ellas se enamoraría en su vida sería de personajes literarios, o eso es lo que ella quería creer.