Capítulo 22: - Mierda

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si ven alguna falta de ortografía, por favor coméntenlo, lo revisé, pero siempre me quedan faltas jejeje, ahora lloren, digo lean....


Teo

Cuando desperté, ella aún dormía mientras yo la abrasaba. No me quise separar de ella por lo cual me quede tal cual estaba.

No sé cuánto tiempo pasó, pero Maya comenzó a despertar, esta vez me separé un poco para poder verla.

- Buenos días- saludé.

- Hola- dijo frotándose los ojos.

- ¿Cómo estás? -pregunté sonriendo.

- Con dolor de cabeza-

- Y solo tomaste una cerveza- reí por lo bajo mientras ella frotaba sus cienes.

- Cállate- dijo mientras me daba un suave golpe en el hombro- ¿sabes qué hora es? -preguntó.

Me alejé un poco de ella para tomar mi teléfono y ver la hora.

- Son las dos y media de la tarde- dije.

- ¿Qué? -

- Lo que escuchaste.

- No pasa nada si duermo un poco mas ¿verdad?

- Yo creo que debemos levantarnos.

- No quiero.

- Floja.

- Imbécil.

Ja, ella concuerda conmigo.

- No soy un imbécil- dije

Eres un...

Cállate

Okey.

- Si lo eres, no me dejas dormir un poco más.

- Es que es tarde, y creo que necesitas una pastilla para ese dolor de cabeza que tienes- dije.

- Okey-

- Bien, iré a ver si los demás están levantados y preguntaré si tiene algo para tu dolor de cabeza mientras tú te cambias.

- Okey- volvió a responder.

Luego de eso me levanté de la cama y bajé las escaleras hasta llegar a la cocina, cundo entré solo Mateo estaba hay.

- Hola- saludó.

- Hola, oye, ¿tienes alguna pastilla para dolor de cabeza? Maya la necesita.

- Si, te doy una ahora mismo-

Luego de eso se dirigió a la despensa y saco un botequín, del saco un sobre con pastilla y me dio una.

- Gracias- dije mientras me la daba.

Después saqué un vaso y lo llené de agua y volví a subir. Cuando llegué la pelirroja ya se había cambiado, llevaba un pantalón suelto y una sudadera de color turquesa oscuro, y su cabello rizado estaba recogido en una coleta mientras algunos mechones rebeldes estaban sueltos.

Flashback

Mi respiración chocaba contra el cuello de Maya, entreabrí mis labios para confesar algo.

- Me gustas, Noche de lluvia- dije en un susurro.

Tal vez sea un sentimiento equivocado, ya que la psicología cree que personas como yo no son capaces de sentir, o tal vez ellos se equivocan y solo son teorías que tiene, porque yo siento por ella.

No Solo La Muerte Enamora A Una Suicida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora