Capítulo 10: Sonaba demasiado cínica

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El sonido de la lluvia caer me despertó, vi la hora en el reloj que estaba en mi mesita de noche, eran las 8:00 de la mañana, hoy era el juicio.

El fin de semana, cuando el hombre que alguna vez fue mi padre llegó, mi madre le rogó que no me golpeara, le dijo lo que me había pasado el día anterior, pero eso no lo detuvo, dijo que me lo merecía, que ojalá nadie me hubiera ayudado.

No lo entiendo.

El domingo estuve encerrada todo el día en mi habitación, Carla me había escrito para saber cómo estaba, le dije que bien, no había nada más que le pudiera decir, Teo también me escribió para preguntar si era cierto lo que había pasado, al parecer todos los del instituto se habían enterado de lo que me había pasado, el director había llamado a mi madre para informarle que los tres chicos estaban expulsados, y que no sería necesario que me cambien a mí de instituto.

Me levanté y me dirigí al baño, al llegar me miré al espejo y me di cuenta de que el moretón de mi mejilla ya no era tan visible, lavé mi cara con agua fría, luego bajé a desayunar algo, no tenía demasiada hambre, pero mi madre me había dicho que debía comer algo, más bien me lo había exigido.

Al llegar a la cocina me di cuenta de que ella ya se había levantado.

- Cariño, te preparé el desayuno, debes comer bien- dijo

- Tu madre no me dejó ayudarla, lo hizo todo ella- dijo Betty a su lado

- Gracias, pero no tengo demasiada hambre-

- Nunca tienes hambre Amaya, pero aun así debes comer, eso no está en discusión- mi madre estaba usando su tono protector. Lo hace cada vez que se da cuenta de que no como bien.

Di un largo suspiro.

- Está bien, comeré bien- dije luego de sentarme.

Mi madre también se sentó junto a mí.

Luego de desayunar subí las escaleras hasta llegar a mi habitación, al entrar lo primero que hice fue cambiarme. Al cabo de unos minutos ya estaba lista. Luego bajé las escaleras hasta la sala en donde se encontraba mi madre.

- Ya debemos irnos- dijo ella al verme.

Solo asentí, ella caminó hacia la puerta, después de salir se dirigió a su auto, yo la seguí y me senté en la parte de atrás, no era muy fanática de sentarme en la parte delantera de los automóviles.

Mi madre manejó unos 10 minutos hasta llegar al lugar del juicio.

Cuando entramos la abogada nos estaba esperando.

- Qué bueno que llegaron, el caso se adelantara diez minutos, los acusados al dar su testimonio ante la policía confesaron que una chica les dijo que abusaran de ti, ella se llama Mia Nuero, ¿La conoces? – me preguntó

- Si- contesté

- ¿Cómo se comporta ella contigo en el instituto? – preguntó.

Mierda, no puedo decirle como me trata, mi madre cree que solo me molestan menos de la mitad de lo que en realidad le he dicho, no quiero que sepa que me molestan cada vez que tienen oportunidad, pero tampoco le puedo mentir a la abogada.

- Ella y sus amigas me molestan o ridiculizan cada vez que tiene oportunidad- confesé en vos baja.

- Okey, cariño no será necesario que des tu testimonio, ellos confesaron, se declararan culpables, los chicos que te ayudaron tampoco deberán declarar, llamé a sus padres para avisarles, la chica, Mia también recibirá cargos- dijo la abogada.

No Solo La Muerte Enamora A Una Suicida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora