Capítulo 13

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Jiang Cheng apenas notó los escombros a su alrededor cuando el grupo ingresó al Reino Inmundo. Estaba claro que un fuego feroz había barrido la ciudad, reduciendo gran parte de ella a ruinas. Pero Nie Mingjue conocía un área pequeña que se había salvado en su mayoría, con algunas casas intactas que incluso tenían algunos muebles.

—Tomaré la primera guardia— dijo Nie Mingjue, colocando suavemente a Nie Huaisang en una cama que estaba cubierta de polvo y cenizas. Se quitó la túnica exterior y lo cubrió con ella a su hermano, que ni se inmuto.

—Tomaré la segunda— dijo Lan Wangji, o al menos eso fue lo que Jiang Cheng supuso que dijo. Todo lo que escuchó fue la primera palabra antes de acurrucarse en un rincón y desmayarse.

Cuando volvió a despertar, fue por el olor a comida. Comida no muy impresionante, solo alguien cocinando arroz sobre el fuego, pero más que suficiente para recordarle cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había comido. También había un cubo de agua fría, se lavó y se cambió a un conjunto de ropa un poco menos sucia la cual saco de sus mochilas. Lan Xichen le entregó un plato de sopa de arroz y él comió con avidez.

—¿Dónde está Wei Wuxian? — preguntó. —¿Cuánto tiempo estuve durmiendo?

—Dormiste unas seis horas— le dijo Nie Huaisang. —Wei-xiong fue a tomar el tercer turno de guardia. Creo que quería hacerlo mientras Lan-xiong dormía, para asegurarse de que Lan-xiong no lo emboscaría con cien preguntas mientras estaba solo.

—Bien— dijo Jiang Cheng. —Eso significa que yo tengo mi turno primero.

Nie Huaisang resopló en su cuenco.

—Creo que realmente espera que todos olvidemos lo que dijo Wen Zhuliu porque nos distrajo la aparición de mi hermano.

—Sí, así es como funciona su mente— dijo Jiang Cheng, echándose congee en la boca aún más rápido.

No es que supiera qué decir. Su mente había trabajado en ello durante un tiempo, tratando de averiguar cómo había sucedido, en el viaje a The Unclean Realm. Pero ahora, con la mente más clara, se dio cuenta de que no estaba tratando de averiguar nada, solo tratando de evitar las conclusiones inevitables y todo el bagaje que venía con ellas.

Pero tenía que decir "algo" así que terminó su desayuno y fue a buscar a Wei Wuxian, sentado en la muralla de la ciudad.

—Te traje un poco de sopa de arroz— dijo, sentándose a su lado.

—Oh, gracias— dijo Wei Wuxian, aceptando el plato de comida y la taza de té.

Jiang Cheng respiró hondo y se sumergió en de lleno —¿Por qué no tienes un núcleo dorado? —preguntó, pensando que le daría a su hermano la oportunidad de decirle realmente lo que había sucedido, en lugar de sacar conclusiones precipitadas.

Wei Wuxian casi escupió un bocado de arroz.

—Dame un respiro, Jiang Cheng. ¡Estoy tratando de comer!

—¿Pensaste que nunca podríamos hablar de eso? —Preguntó Jiang Cheng, y cuando Wei Wuxian se encogió de hombros, se burló: —Idiota. Eso es tan propio de ti.

—Mira, está en el pasado, ¿de acuerdo? — Dijo Wei Wuxian.

—Lo que sea que pasó, pasó. Está hecho y terminado. Quiero decir, tenemos una nueva realidad y todo. Así que no quiero insistir en eso.

—Pero yo . . . Jiang Cheng casi no pudo forzar las palabras. —Me lo diste y yo lo tiré. — Su voz se quebró. —Lo deseche.

Wei Wuxian suspiró.

The Way It Wasn't • WangxianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora