Corazón valiente

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Eran las seis de la mañana y a lo lejos se podía apreciar los primeros rayos de sol que dejaban a su vista un maravilloso paisaje o al menos eso es lo que yo recuerdo, pero cuando baje la vista hacia el lago que se encontraba al lado de un árbol cerca a la casa en la que yo vivía, vi un episodio sangriento, no pude reconocer de quiere se trataban aun cuando ante mis ojos le arrancaban todos los deseos de vivir, que el cholo, así como yo (y no me da vergüenza de decirlo) que este tenía.

Oí la voz de mi madre, que me llamaba para desayunar y enseguida estuve sentado en aquella mesita antigua y holgada de nogal. Mientras comíamos el desayuno, le pregunte a mi madre acerca de lo que había observado minutos antes, ella con algo de lastima, empezó a relatar la triste historia.

Eran dos mostrencos (así e llaman a los hombres desocupados y vagabundos) , según cuentan, el más alto de los dos, llamado Fortunato Paz quien era amante de la coca, había cuidado a su hija como un verdadero tesoro por mucho tiempo, solo basto un descuido para que Pedro Salinas, un hombre pobre pero valiente, entrara en la habitación y raptara a la muchacha, llevándosela a un lugar que quedaba muy lejos del alcance de Fortunato y haciendo que el mismo, se quedara con el corazón hecho pedazos.

Después de tres años de enorme melancolía y odio que Fortunato llevaba en su corazón, el vi Pedro volvió de su largo viaje, trayendo consigo un saco de muy singular tamaño, Fortunato al verlo, le exigió que le devolviera a su hija y este accedió, entrándole el saco que contenía a su hija hecha pedazos (descuartizada). Fortunato no lo podía creer pero permaneció en silencio con una expresión fría y en silencio se retiró del lugar. Al día siguiente realizo el funeral de su querida y ahora difunta hija, pero en ningún momento lloro u pérdida.

Pasaron los días y en el pueblo se hablaba mucho de un tal Froilán, según dicen, este señor era el maestro de tiro en blanco y que trabajaba matando a personas a cambio de una buena y jugosa suma de dinero o ganado.

Fortunato al enterarse de eso, en busca de venganza, fue a buscar a Froilán al encontrarlo le dijo sus intenciones hacia Pedro que era un hombre muy conocido en ese pueblo. Froilán lo escucho en silencio y pocos minutos después, accedió pero a cambio Fortunato tendría que darle un toro de la mejor raza por cada tiro. Fortunato acero el trato con diez tiros, el ultimo debería acabar con la vida de Pedro.

Pasados dos días Fortunato y Froilán fueron en busca de Pedro, Fortunato en busca de venganza y Froilán en busca de demostrar que él era valiente. Pasaron chacras y chacras, desiertos y desiertos, cruzaron montañas, caminaron sin parar, durmiendo en cuevas que quedaban mu cerca de allí y comiendo lo que se encontraban a su paso en las tiendas por donde pasaban, hasta que llegaron a un lugar en donde decían se encontraba Pedro., todo ello ocurrió al séptimo día de su búsqueda. Escondiéndose también en una cueva, esperaron a que Pedro saliera de su casa, al fin este salió y Froilán le dio su primer tiro, este fue en el brazo derecho, el segundo tiro en la quijada, el tercero, cuarto y así sucesivamente, todo duro más de una hora, al fin el ultimo tiro; este cayo en el cráneo atravesando el oído derecho del hombre y dejándolo todo ensangrentado en la puerta de su morada.

Froilán y Fortunato se acercaron a ver el cadáver de su víctima, efectivamente, estaba muerto, en se instante Froilán saco un cuchillo y le saco los ojos, lengua y el corazón (lugares donde no había rastro de bala)

Al retornar de aquel lugar Fortunato le pregunto a Froilán porque había extraído los órganos de sus víctimas, este le respondió diciendo "Los ojos son para que no me busque, la lengua para que no hable y el corazón si es de un hombre valiente y te lo comes, tú lo será aún más"

Al escuchar esto, Fortunato entro en una especie de celos, quería el corazón, ya legando al pueblo cerca de un árbol Fortunato reto a Froilán y la ganancia seria el corazón de Pedro, no paso mucho tiempo para que Froilán lograra matar a Fortunato de un solo tiro en el corazón pues este no le servía de nada, ya que era el corazón de un hombre vengativo, pero lo que si se llevó fueron sus ojos y lengua como a todos los demás

Escuche a mi madre extasiado y tuve miedo, miedo de salir y encontrarme con don Froilán, ni mi madre ni yo lo vimos así que no pudimos explicar el aspecto del hombre, pero supongo que debe de dar miedo por todo lo que nos habían contado.

Al día siguiente dijeron que Froilán se había ido del pueblo, nunca más oí hablar del ni en mi pueblo ni en otro sito, pero dicen que anda siempre buscando hombres valientes para arrancarle el corazón.

Colquita te cuentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora