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Selena

La casa tenía un aspecto peculiar, el lugar estaba pulcro y vacío, no había absolutamente ningún objeto aquí, nuestros pasos hacían eco y estaba segura que podrías escuchar una aguja caer, era increíble lo rápido que dejaron esta casa sin ninguna evidencia, las posibilidades de que el hermano de Jason estuviera aquí se hacían más pequeñas, pero aún así, algo en mi me aseguraba que podríamos encontrar algo, tan solo una pequeña pista que nos llevara a el.

"Dame tu arma" le ordené susurrando a Jason, al instante sentí la pistola en mi mano. Sonreí internamente, quien diría que este gran criminal obedeciera a los órdenes tan rápido, si que tengo un coño poderoso.

Apunte a un muro a mi izquierda y dispare.

Tras el gran estruendo del arma el silencio siguió.

1...2...3...4...5

Nada, no había nadie aquí.

Con más confianza caminamos ya sin importarnos el ruido que podríamos estar haciendo.

Bajamos las escaleras hacia el sótano, donde Abaad me descubrió meses atrás, las paredes me traen muchas memorias que prefirió guardar en el lugar más profundo de mi cerebro.

Al llegar a la grande puerta Jason y yo nos miramos, era ahora o nunca, la verdad que había estado buscando desde hace mucho tiempo.

Abrimos la puerta y no había absolutamente nada, sin embargo en el muro a la derecha había otra puerta, está de metal, mas grande y por su parecer, pesada.

Se me erizo la piel y al instante pensé que era por el frío clima que hacía en esta casa abandonada pero muy profundamente sabia que no era por eso, que cualquier cosa que encontraríamos detrás de esa puerta cambiaría el rumbo de nuestro plan de ataque contra Abaad.

Voltee a ver a Jason y por primera vez en mi vida vi vulnerabilidad en su mirada, parecía un niño asustado, traumado y desesperanzado pero había furia y dureza alrededor, era difícil explicar.

De un momento a otro Jason tomó su arma y disparó no se cuentas veces a la chapa hasta que esta se voto.

Con una rapidez al igual que sus tiros movió la puerta y entró a aquel lugar oscuro y frío y aunque era de pleno día el lugar estaba tan oculto que parecía que aquí no se diferenciaban las horas.

Lo primero que noté era que olía horrible, era un olor indescriptible y fuerte, un olor que Jason y yo conocíamos a la perfección.

Olor a muerte.

Jason y yo estábamos en completo silencio ante la escena delante de nosotros.

No me atrevía a moverme.

La habitación estaba cubierta y derramada de sangre, no había ningún espacio que no estuviera manchada de ese líquido color carmesí, parecía que Abaad se guardó sus placeres sádicos de todo el mundo.

Había dos cuerpos de mujeres colgados cabeza abajo escurriendo sangre, encadenadas de los pies, sus pieles estaban blancas y estaban adornadas de moretones, el cabello estaba empapado de su propia sangre.

Yo había visto cosas horribles que a cualquier persona normal la traumarían pero esto, esto era inhumano y cruel incluso para Jason y para mi.

No podía creer lo que estaba viendo.

Había una jaula en la esquina de la habitación donde otro cuerpo de una mujer joven, tal vez 21 años, llevaba un vestido rojo y tacones negros, está mujer había elegido este atuendo pensando en verse linda jamás pensando terminar aquí.

 The Drug Love  | JM & SGWhere stories live. Discover now