The Drug Love | JM & SG

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CONTENIDO GRÁFICO EN ESTE CAPÍTULO

SELENA

Segundos después del impacto se sintieron como horas en los que los ojos amielados de Jason penetraban el color marrón de los míos, espere furia y malicia en ellos, lo que no esperaba era ese mirada que me transmitía lo mismo que hacían cuando follabamos, no lo imaginaba ahora, menos cuando una bala había rosado su abdomen y de la herida corría sangre.

"Arrodíllate" demandó con voz fría y peligrosa casi como si la bala le hubiera inyectado malicia.

"Jason, lo siento, ¿okay? No estaba pensando, no eres mi persona favorita pero tampoco te quiero muerto" trate de razonar pero rápidamente mi tomo de los hombros hasta que me arrodille delante de él.

Ahora mi arma la tenía el, a mi no me daba miedo la muerte, era lo único que teníamos asegurada en la vida. He estado rodeada de ella siempre, su peculiar olor, el sonido de cargar una pistola, su fría y sólida textura en mis manos.

A lo que le temía era la locura de Jason, pues al final de todo era lo que lo caracterizaba de los demás, esa sonrisa dulce que esconde malicia y frialdad.

Sus manos llevaron el arma al bolsillo trasero de sus jeans, viéndome se mordió el labio y su rostro no delataba ni un rastro de dolor.

Respiraba fuerte y hondo como un animal y yo solo lo podía observar curiosamente, sabía en ese momento que no me haría daño.

Al menos no del físico.

Escuché el sonido de la cremallera bajar, eso me sacudió de mis pensamientos, sus dedos trabajaron el botón y rápido sus jeans bajaron de sus caderas.

No llevaba bóxers, era de esperarse, lo que no era de esperarse era la gran erección que hacía dentro. Su verga estaba dura, de la punta escurría una gota de placer, mi boca se hizo agua mientras mis panties se mojaban, empezaba a sentir esa incomodidad y quería buscar alivio.

Sus grandes manos tomaron mi cabeza y la levantó hacia arriba, mirando esos ojos mieles llenos de emociones que no podía descifrar pero dadas a las claras y grandes pruebas sabía cuál era una de ellas.

"Abre la boca" susurró y yo como una niña buena tratando de siempre obedecer y complacer la abrí.

Demonios, ¿qué me estaba pasando?

"Oh Que buena chica, ¿verdad que si, ángel?. Así te ves mejor, callada y obedeciendo a todo lo que digo" dijo con una voz tan profunda, yo jamás lo había escuchado hablar así que llegue a imaginar si estaba siendo poseído por algún demonio.

Mi mente quería gritar y decirle que jamás iba a estar bajo su orden, quería gritarle y decirle que era el más grande psicópata, pero mi cuerpo no respondía porque era exactamente lo que necesitaba en este momento, alivio entre mis piernas, que me quitara esta presión que mi cuerpo sentía.

Abierta mi boca espere un segundo y al inhalar de nuevo sentí su miembro entrar a mi boca, sonreí en mi interior, aunque yo era la que estaba en sus rodillas, a su merced, pero, ¿de verdad era así? Era tan fácil distraerlo con mi cuerpo y talentos, todos los hombres eran así.

"Eso es, abre más, quiero follar tu boca" dijo con la respiración entrecortada moviéndose más y encontrando un ritmo.

Y así lo hizo, follaba mi boca una y otra vez. Utilice mis manos para estimular lo que no cabía en mi boca, mientras las de el se iban a mi cabello haciendo una coleta entre ellas y guiándome con ella, jalándome el cabello fuertemente entre ocasiones.

Mis manos tomaron sus caderas para poder llevarlo más profundo, quería sentirlo en mi garganta. Mi nariz tocaba su pelvis mientras la punta de su pene tocaba mi garganta.

Sentía que pasaron años qué quizá tal vez solo eran un par de minutos cuando lo sentí con más necesidad, moviéndose más rápido y sabía que pronto se vendría, quería que se viniera en mi boca así que seguí.

Pasaron algunos segundos y tomó mi cabeza para alejarme de él.

Respirando profundamente veía como su pecho se movía como loco, como si su corazón quisiera salir de su pecho. Su ereccion aún prominente con gotas de semen derramadas desde la punta recorriendo todo su miembro.

"Demonios, vamos ángel, quítate esa blusa, déjame ver esas tetas, quiero correrme en ellas y ver tus adorables pezones chorrear", demandó. No había más que deseo y desesperación en su tono.

Su voz ronca y lo que pedía me hacía mojarme más, sentía el interior de mis piernas caliente, quería follar mis dedos o mejor, follar la verga de Jason.

Rápido quite mi chaqueta, mi blusa siguió después y al ver que no llevaba sostén de su boca salió un gemido.

"Eso es ángel, acércate más" esto lo decía mientras llevaba su mano arriba y abajo en su miembro, su vista no abandonando mis pechos y para su suerte mis manos los sujetaron fuerte jugando con ellos, pellizcando mis pezones como el lo hacía.

Minutos después dejó salir un silencioso y ronco gemido y después sentí su semen caliente en todo mi pecho, como el lo quería, mis pezones chorreando de su semen. Mis manos fueron a estos y tome lo que justo segundos antes me había ofrecido. Sus ojos se volvieron fuego cuando lleve mis dedos a mis pezones llenándolos y embarrando más de su semen, después los llevé a mi boca para degustar mejor.

Limpie mi boca mientras decía: "me encanta tu sabor".

Con sonrisa casi inocente y manteniendo mi papel de una buena niña Jason me tomo en sus brazos besándome y tocándome toda, sentía sus manos tomar mi trasero, acariciar mis pezones y admirar su obra maestra en mi pecho.

Tomó mi labio inferior entre sus dientes y nuestras miradas chacharon, su lengua acarició por última vez la mía y me miro.

"Después de que arreglen este pequeño error que acabas de hacer" señaló a la herida de bala que honestamente había olvidado que seguía ahí. "Te voy a llevar a mi cama y voy a follarte por cada hoyo tu cuerpo tiene por ofrecer, voy a follar de nuevo tú boca, voy a tomar estas tetas y dealizaré mi verga entre ellas, voy a comer tu coño hasta que tus caderas se restrieguen solas en mi cara todo esto mientras meto todos mis dedos en tu trasero, pero jamás voy a dejar que te vengas, no no no, yo controlare tu orgasmo y podría tomarte horas, ángel. Quiero que seas toda mia, o al menos todo tu cuerpo".

¿Acaso era castigo o premio? No lo sabía, pero mi piel se enchino de todos modos.