The Drug Love | JM & SG

013

Jason

Jamas había sentido tanta furia en mi, realmente sentir tu sangre hervir y tu cabeza crear tantos escenarios en los que podías desquitarte y calmar tu rabia. Lastimar a alguien era siempre lo que mi cuerpo por respuesta inmediata hacia, pero parecía que con Selena no era así, mi cuerpo sintió la necesidad de desahogarse de otra manera.

Sin embargo aún sigo enojado, mi abdomen duele como la mierda y con el increíble orgasmo que había tenido minutos antes solo alcanzo a nublar un poco el dolor. No era la primera ni la última vez que alguien me había disparado pero si la primera vez que una mujer lo hacía y eso me ponía más caliente, Selena no lo pensó dos veces antes de ponerme en mi lugar como nadie más, no sabia si me gustaba o lo odiaba pero sin duda alguna me ponía caliente.

En el carro camino a nuestro hotel parecía arrepentida y prometió ayudarme a arreglar su pequeño accidente, pues no podíamos ir al hospital, harían muchas preguntas.

Cuando Selena se bajo a una farmacia a comprar vendas y esa mierda tome mi teléfono y llame a Zayn.

"Jefe" respondió sin rodeos.

"Necesito que reúnas a todos nuestros aleados en el país, necesito saber donde se fue la rata de Abaad a esconder y lo quiero ya, encárgate por favor" ordené, ahora que la neblina de placer había desaparecido la presión de nuestro problema real había vuelto.

Después de unos minutos Selena volvió al carro con una bolsa, comenzó a sacar todo lo que había comprado, vendas, agua oxigenada, alcohol, una especia de cinta y por último dos cajas de condones, estos los lanzo al lado trasero del auto.

La mire curioso.

"¿Qué?" Preguntó.

"Nada, ¿con quién esperas acabarte todos esos condones?" Cuestione, solo curioso por su respuesta y si me gustaría o no.

"Si tienes suerte y eres menos molesto, contigo. Sino, con cualquier otro que tenga en mi lista de contactos" sonrío inocente.

¿Quería jugar ese juego? A mi me encantaba jugarlo, ver como sus ojos se llenaban de furia y celos la otra noche cuando la rubia me beso me hicieron convertirme en llamas, y el sexo después de eso fue increíble.

"¿Oh si? ¿Entonces harás lo mismo que yo?" Me acerque y comencé a susurrar en su oído. "Llegando a casa tomaré a una de mis tantas amigas" reí a la interesante elección de palabras, yo no tenia amigas. "Le ordenaré que se arrodille y tome mi verga así como tu hace rato y la follare tan duro, ella me rogara por merced"

Vi como sus piernas se apretaban en el asiento pero su mirada era de furia por un momento hasta que se transformó en una sonrisa sarcástica.

"¿Estas seguro de eso? No lo creo" utilizo un tono de voz inocente y calmado, pero se que sus palabras tirarían veneno. "Pero, quién te va a follar como yo, podrías tener a mil mujeres pero la que siempre estará en tu mente soy yo, nadie te tomara en su boca como yo" tomo mi paquete en una de sus manos y comenzó a acariciarme.

"Acércate a alguien más y te cortare las bolas Jason, no quiero que me contagies de nada y para mi mala suerte follas bien y no quiero parar"

Sonreí, esta mujer seria la muerte para mi.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
"Ah"

"Oh Dios"

"¡Mierda Selena!" Gemí.

Del dolor.

"Lo siento, lo siento" se disculpo pero siguió con su trabajo de torturarme.

Estaba limpiando la herida con un algodón y alcohol, no era profunda ni grave, apenas un roce pero duele como la mierda. Tiene suerte de que tiene un cuerpo caliente y por eso mismo no le regrese la bala.

Estábamos ya en nuestro hotel, íbamos ya en camino hacia Nueva York.

Recargado en el sillón tenia a Selena encima de mi curándome, se encontraba en solo panties y una de mis camisas, se veía tan bien que no sabia en cuál emoción enfocarme.

Gemía y respiraba hondo viendo como Selena se concentraba en lo que hacia, tenia esta mirada alejada de toda la maldad de la que su vida esta rodeada. Mojaba de vez en cuando una toalla mojada para secar la sangre de alrededor, y cuando desinfectaba la zona y notaba que me ardía acariciaba mi piel.

Esto no debería estar pasando, no debería dejarme tocar así, no debería dejar que mi mente inventara escenarios absurdos con Selena de protagonista, simplemente no podia dejarlo. Pero era inevitable sentir cosas en mi interior que jamás se habían despertado con nada ni con nadie.

Debe ser el sexo, si, el sexo es muy bueno debe ser eso. Tiene que ser eso.

Con mi herida cubierta por una gasa y Selena finalmente colocando la última cinta en ella, la tome de las caderas y la acerqué hacia a mi.

Cuando sus labios y los míos se encontraron le susurre "Te estas convirtiendo en mi droga favorita, Ángel".

"Que halago". Respondió con una sonrisa y junte nuestros labios, parecía que nunca nos habíamos besado así, lento, disfrutando de cada roce.

Mis manos se fueron a s trasero y apreté, moviendo sus caderas para que rozaran en mi. De pronto sus labios abandonaron los míos y fueron trazando un camino desde mi barbilla hasta mi cuello y de mi cuello a mi pecho, teniendo cuidado de no tocar mi herida.

"No te estarás enamorando ¿verdad, Jason?" Preguntó, de nuevo se acerco a mi rostro y me observo con detenimiento.

Reí, muy fuerte, carcajadas salieron de mi y le di dos ligeras nalgadas.

"Yo no soy capaz de producir sentimientos, Angel. Jamás me voy a enamorar de ti ni de nadie" conteste sincero pero ni yo mismo sabía si eso era verdad, y aunque lo fuera, si de sentimientos se tratara, Selena sería la mas cercana a provocarlos.

"Muy bien, es el peor error que podrás cometer en tu vida. Mira a Abaad, se enamoró de mi y mira como quedo" murmuró, trazando mis tatuajes.

Sonreí, al parecer estábamos en la misma página.

"No te preocupes Ángel, yo..." estaba apunto de responderle cuando mi teléfono vibro en la mesa de noche junto a la cama.

Lo tome y vi en la pantalla que era Zayn, respondí ansioso por lo que tenia que decirme, mas por lo que le dije que hiciera.

"Zayn" conteste.

"Encontramos a tu hermano, Jason. Encontramos a Alex".

Y mi teléfono cayó de mis manos.