"ℭ𝔬𝔫𝔳𝔦𝔯𝔱𝔦𝔢𝔫𝔡𝔬𝔪𝔢 𝔢𝔫 𝔲𝔫 𝔐𝔬𝔫𝔰𝔱𝔯𝔲𝔬"

I.

Capítulo 1.

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'¿Que hice mal?'

Preguntas. Pequeños espacios de reflexiones que sirven para platearte una duda existencial, o cuestiones de gran calado. Todo este pequeño espacio que tiene un nombre para la ocasión viene del arma más peligrosa del humano, o en casos menos problemáticos, un cuchillo sin filo.

La mente es una de las virtudes, como desventajas más grandes del ser humano. Como se había explicado, es un arma muy útil, o muy inútil, y como cualquier arma es muy peligrosa. Inofensiva en casos cuando la persona que posee tal arma no comprende cómo usarla eficientemente.

Algunos usan la mente para la manipulación, una subcategoría de acciones mentales que los humanos usan a diario para que otros seres hagan sus andanzas. Otros usan su mente para el descubrimiento de nuevas tecnologías, o para comprobar cosas que otros humanos no estan dispuestos a descubrir.

Algunos más tenebrosos como más asustadores, usan la mente para la maldad completa. Ver como la sociedad, o como el mundo completo se cae de esa falsa paz que muchos rezan para siga en pie.

Dentro de esos ilusos ojos, a él no le quedo más que ser una de las tantas víctimas de esas personas, que usan su mentalidad superior para hacer el mal.

Dolor.

Citando a una persona famosa, "El dolor era la vida en sí misma y, por consiguiente, algo que no había que suprimir, ni siquiera había que disminuirlo. Todo lo contrario, era la medida y la anunciación de toda fuerza."

No obstante, esa persona que llego a citar no era más que un iluso. No es mentira que la vida está llena de dolores, dolores justos, no dolores injustos por mentes tan malignas.

Un impacto doloroso, pero capaz de ser soportado subió por su pierna derecha, y como un muerto viviente lo hizo despertarse de su pequeño espacio mental, que se había convertido en un gigante repentinamente. De cada pregunta repentina social, como antisocial que se estaba haciendo en su mente, su mente salió de estos.

Cada maldito golpe que recibía era como traerlo al mismo infierno, para luego sacarlo de este cuando el dolor disminuía, en donde su esperanza le rogaba salir del ciclo. No obstante, la visión del infierno de nuevo que era el dolor era algo que se esperaba luego de unos segundos.

"Hugh"

Gimió de dolor cuando uno de esos golpes por fin le habían hecho sentir algo.

¿Dolor? Cada día. ¿Traumas? Existentes en todo reglamento.

Estaba sufriendo en una vida que no era justa, y aunque todo el mundo sabía de las circunstancias que la vida de un humano nunca era justa, se le podía decir que, de una forma u otra, todo el mundo en una manera lingüística de decir que las personas en su totalidad no les importaba este hecho.

¿Naciste en la pobreza?

'¿Quién te mando a nacer?'

Ese dolía bastante.

'Ohh, que desafortunado...'

Típicas respuestas de la sociedad, o de personas de su edad.

El dolor del último golpe que, si le había hecho sentir algo todavía se mantenía en el como algo punzante, y tanto era el dolor que sintió que su estómago vació de no comer hace dos días, estaba a punto de expulsar toda la comida que había comido en un sarcasmo.

La mayoría del tiempo el fingía que sentía dolor, ya que su persona de una forma extraña no sentía dolor en lo absoluto. Una alta tolerancia al dolor, como una tolerancia a mostrar emociones. E incluso si la mayoría del tiempo no sentía dolor, su castigador buscaba maneras donde no las había para hacerlo sentir algo.