"ℭ𝔬𝔫𝔳𝔦𝔯𝔱𝔦𝔢𝔫𝔡𝔬𝔪𝔢 𝔢𝔫 𝔲𝔫 𝔐𝔬𝔫𝔰𝔱𝔯𝔲𝔬"

IV.

Capítulo 4.

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Ya se había explicado que la mente humana es una de las más grandes virtudes del mismo, sin embargo, también es una de las desventajas más grandes del mismo ser.

¿Qué es lo que ella puede pensar en estos momentos?

Se había quedado estancadamente mentalmente, un hecho que pensó que nunca le pasaría en su vida. Bendecida con belleza, e inteligencia superior a la de los demás, su mente procesaba cosas más rápido que el humano promedio. En su propia arrogancia verificada, podía decir que ella era más que un humano promedio.

No obstante, en estos momentos tan cruciales, su mente se negaba a dejarla pensar correctamente. Expresando de otra manera, no tenía nada en mente. Lo único que una neblina imaginaria en su mente, le dejaba enfocar su visión correctamente era en las gotas de agua que caían en la ventana de la limusina.

Sea una mujer joven que conlleva sus propios negocios bien administrados en un acto personal, su dinero le daba la virtud de poder pagar por persona para que hiciesen acciones fáciles como manejar una limusina. E incluso en estos momentos, su mente no le daba alguna razón válida de pensar en sus negocios.

La lluvia caía fuertemente en las calles de Seoul, y su mente llena de una neblina fría, solamente le dejaba enfocarse en cada gota que caía. Si no estuviese molesta, razón porque su mente se estaba bloqueando, encontraría bastante satisfactorio en ver como las gotas caían. Algunas se juntaban para crear una gota más grande, mientras que otras evitaban en juntarse y bajaban lo más rápido por la superficie del vidrio.

Era gracioso como podía pensar que hasta las mismas gotas de agua querían tocarla, ser parte de ella por unos momentos, aunque la infraestructura del vehículo detenía ese tocar entre ambos.

Encontró irónico lo que estaba pasando. El agua tiene muchos simbolismos, pero el agua tiene un simbolismo diferente cuando la acción de llover empieza.

La desesperación, el renacer, y lo más importante de todo, lo infeliz que uno puede ser.

Tres semanas.

Para ella en estos momentos, la última se conectaba con ella, sin embargo, las otras dos tampoco estaban muy alejadas a la verdad.

Esa numeración de días en una frase corta fue la numeración de días que pasaron en la escuela secundaria de Jaewon de Seoul.

La escuela en si era bastante productiva, aunque debajo de un punto de vista empresarial la escuela podía mejorar muchísimo más, tanto que su mente bloqueada se llenaba de ideas locas para esa escuela.

Sin embargo, volviendo al tema de la numeración días, en tres semanas se la había pasado estudiando, creando amigos, como pasar tiempo con su interés amoroso. De hecho, todo estaba andando de maravilla, aunque solamente esto era una fachada. Entrar en la escuela de Jaewon High School le había hecho cambiar muchos horarios que tenía predeterminados.

Estudiaba durante el día, hecho que no hacia muy seguido por los hechos de que durante el día se encargaba de problemas empresariales de su propia parte de la compañía de sus padres. Ella tenía dinero, pero el dinero no venía a ella por arte de magia, ella tenía que trabajar, pensar, como actuar para obtener un mejor negocio.

Obvio, si tenías una mente como la suya puedes planear un nuevo horario mucho más saludable, cosa que estaba yendo demasiado bien para su propio gusto. Sin embargo, pero su lado infeliz le tocaba la puerta en una forma ansiosa, cuando furiosamente había escuchado un chisme muy caliente.

Hace unos días, días precisos siendo ocho, Alexis Jang fue visto de noche en un bar con unos amigos. Un comportamiento muy ajeno de lo que ella conocía de él, ya que no tenía muchos amigos afuera de los que había obtenido durante las últimas tres semanas.