Capítulo 6

2K 336 61
                                    

Al terminar la clase, tímido pero con confianza, Hanagaki se acercó hasta el último pupitre que ocupaba Sano y carraspeo para llamar su atención.

Aquello le hizo sentir como una tonta chica tratando de llamar la atención de su crush malvado y rebelde. Intento negar esa imagen en su cabeza a toda costa.

El mayor le miró divertido al notar sus mejillas de un leve tono rosa, se le hacía tierno y le daban un aspecto adorable al rubio de ojos claros.

— ¿Qué sucede, Takemitchy? —quiso saber con curiosidad, ya que no siempre el menor se le acercaba.

—Hummm, Mikey-kun, verás...—titubeó el de ojos celestes sin tener claro porque en primer lugar se acercó, ahora sentía que lo había olvidado por completo —E-Es un día lindo, ¿no?

Sí, Hanagaki Takemichi confirmo algo que sabía pero jamás quiso admitir. En momentos de catástrofe adolescente, únicamente, le funcionaba una neurona.

Una neurona muy trabajadora pero estúpida.

Date media vuelta y finge demencia, Takemichi.

El rubio estaba por hacer lo que su conciencia le dictaba pero el sonido de una silla moviéndose y un par de ojos azules viéndole, casi atravesando la barrera invisible de su espacio personal, frenaron su tan inteligente escape.

—Tienes razón, Takemitchy, es un lindo día —compartió su sentir el mayor — ¿Te vas ya a casa o pensabas hacer algo?

—Y-Yo me iba a casa —contesto como pudo el rubio —Estás m-muy cerca, Mikey-kun.

— ¿Eso te molesta? —ladeó la cabeza el de ojos azules, como un pequeño gatito al cual no dejaban jugar con su preciada presa inocente.

En este caso, la inocente presa era el ratoncito Takemichi que no tenía idea de sus intenciones.

—No, pero...—intento protestar el de ojos celestes.

—Genial —tomo su mano con naturalidad y se lo llevó con él —No pude verte en el receso, ¿por qué no paseamos un rato? Solo tú y yo.

Una revelación apareció en el cerebro del menor, su esforzada neurona, puso un cartel gigante en sus pupilas con letras rojas y grandes.

"Nunca podré entender a Mikey-kun".

Mientras Sano lo llevaba todavía de la mano por los pasillos de una escuela ya desolada, las dos preocupaciones del más bajo aturdido eran que su mano debía estar sudando —y eso era asqueroso— y que su corazón estaba latiendo a una velocidad anormal.

Odiaba la adolescencia. En serio.

Después de ser llevado —sin su consentimiento explícito— hasta un parque cercano a su preparatoria, Hanagaki empezó a reaccionar a su entorno y al hecho de que Sano lo soltó cuando vio que no escaparía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de ser llevado —sin su consentimiento explícito— hasta un parque cercano a su preparatoria, Hanagaki empezó a reaccionar a su entorno y al hecho de que Sano lo soltó cuando vio que no escaparía. Actualmente, caminaban por el parque hombro con hombro, con el mayor con las manos metidas en sus bolsillos y llevando las mochilas de ambos.

La adolescencia apesta [MiTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora