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El libro de las sombras

Todo pareció ralentizarse, Beth volteó segundos antes de que tiraran del gatillo y la bala se acercó directamente a su cara, pero el libro mostró un resplandor y luego levitó interponiéndose en el camino de la bala y recibiendo el impacto salvando la vida de la castaña.

La mujer miró con sorpresa como el libro caía de vuelta en brazos de su verdadera dueña sin tener un solo rasguño. Quiso volver a disparar, pero el arma pareció trabarse.

Beth estaba asombrada por el libro, su máscara de chica dura se había caído. 

—No debiste hacer eso—dijo una voz como de ultratumba—. Elizabeth, vete y no mires atrás.

La chica aún estaba consternada y no comprendió que pasó o quien estaba hablando, pero obedeció y salió lo más rápido posible del orfanato, prometiendo que no volvería jamás a ese lugar. 

Se llevó consigo el libro, esperando descubrir al fin una parte de su pasado. No quería saber qué fue de la mujer que la cuidó durante toda su infancia, ella no sentía nada por aquella señora y lo que sea que pasó en esa habitación no le incumbía, tenía lo que necesitaba.

Además... Aquella voz le había infundido una seguridad que solo sintió un tiempo atrás con una persona que, aunque odiaba estar tan obsesionada, siempre estaba rondando en sus pensamientos. 

Camino sin ver atrás, sintiendo que si lo hacía se volvería piedra o polvo, tal como algunos mitos que había leído. Se aferró al libro en sus manos y simplemente ignoró todo sentimiento de culpa. 

Ahora, estando en su escondite en ruinas, abrió el libro esperando encontrar alguna nota de su padre; sin embargo, lo que encontró fue una fotografía

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Ahora, estando en su escondite en ruinas, abrió el libro esperando encontrar alguna nota de su padre; sin embargo, lo que encontró fue una fotografía. Una bella mujer posando para la cámara con una enorme sonrisa blanca; tenía el cabello castaño y ojos color chocolate, vestía con una camiseta negra con la inscripción de una banda. Era casi como verse al espejo, solo que aquella mujer tenía el cabello algo encrespado y largo.

Al reverso de la fotografía una pequeña inscripción: Elizabeth Carter

Ella tenía que ser su madre.

 Sintió el escozor en sus ojos y pasó de página no queriendo ponerse sentimental de nuevo. Sabía que debía tener familia en algún lugar (vivos o muertos), pero jamás le había puesto rostro a esa persona que le trajo al mundo, hasta ahora. 

Tenía el impulso de investigar más, pero decidió primero seguir con el libro.

La siguiente hoja decía el título, pero de nuevo escrito en ese lenguaje extraño; se enfocó en la imagen sin saber muy bien qué buscaba. Si todo el libro estaba en otro idioma, entonces estaría igual que como empezó, con solo una fotografía que le producía un sentimiento extraño y un misterio sobre lo que era en verdad. Al menos su madre lucía humana. 

La última esperanza de la Tierra (Keith x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora