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El viaje interior


Con las manos esposadas en su espalda y el collar de metal alrededor de su cuello, la arrastraron por la nave central de Sendak hasta el puente. El otro Galra que había ordenado su captura sonreía con suficiencia mientras caminaba frente a ella.

Las lágrimas habían cesado, sus sentimientos se habían apagado y ella se convirtió en una especie de carcasa vacía sin emoción alguna que se dejaba llevar por sus captores sin intención de escapar. La sangre en sus manos se adhirió a su piel como nuevas marcas oscuras que solo serían un recordatorio de su falla; no importa si se lavaba o limpiaba, nunca se irían.

Llegando por fin al puente, la arrojaron a los pies del líder de los invasores. En persona Sendak daba más miedo, tenía un brazo robótico y un ojo de ciborg que lo volvía menos "humano" de lo que era. Era muchísimo más alto, corpulento y peludo; el morado de su pelaje le trajeron flashbacks de marcas lavanda sobre piel blanquecina.

Ella se mostró sorprendida por la presencia del villano, pero no lo demostró.

—La Damphir humana, al fin—Sendak se acercó a la joven que obligaron a arrodillarse, la tomó de la barbilla para ver fijamente el rostro de la chica—. Excelente.

Beth contuvo el aliento, su ceño se frunció y sus labios se apretaron firmemente. Si tuviera sus malditos poderes, apuñalaría al bastardo y escupiría en su cadáver; tal vez no lo mataría de inmediato, se divertiría con él y lo desmembraría por cada uno de sus seres queridos asesinados. Tomaría el brazo bueno por Annie, una pierna por Josh, la otra por Lily... si esa cosa tiene una polla, la tomaría por Charles... Su otro ojo y la lengua las tomaría por Leo.

Leo...

—Nos será muy útil para vencer a Voltron—Sendak la soltó—. Será difícil sin un druida, pero nos aseguraremos de drenar toda su quintaesencia.

Beth resopló.

—Tú no podrás ganar—ella dijo—. Podrás haberme capturado, imbécil. Pero no lo lograrás.

Su coraje salió a flote, como sus emociones. Leo había muerto en un intento por salvarla, había muerto porque ella falló en protegerlo, pero si se daba por vencida ahora todo sería en vano. La castaña miró directamente al Galra y con la sonrisa más burlona que tenía encaró al monstruo.

—Voltron y el cuartel vengarán a todos los caídos. Pero será tu propio ego lo que termine contigo.

Sendak sonrió, no cayendo en su juego.

—Una asquerosa Damphir que no tiene idea de la guerra tiene puestas sus esperanzas en un grupo que lleva desaparecido demasiado tiempo.

La chica se rio, confiada. ¿Qué más daba? La querían con vida para un plan, pero ella seguiría peleando, seguiría batallando, aunque ya haya perdido. Por el pequeño Keith, por Annie, por Leo.

—Voltron vendrá. Y si tienes tanto miedo a enfrentarlos como para necesitar tomar la Tierra y a una "asquerosa Damphir", entonces dudo que sea en vano.

Sendak le dio la espalda, ella podía imaginarse que quitó su estúpida sonrisa.

—Llévensela. Sin comida o agua, si sigue hablando cortaremos su lengua.

Oh, claro. Beth podría tomar la lengua de Sendak por ella misma, un extra solo porque le había quitado todo. Si tan solo pudiera invocar sus dagas...

La levantaron bruscamente de los brazos y se la llevaron lejos del bastardo aquel, bajando varios niveles en la nave y llevándola por los confusos pasillos hasta llegar a lo que supuso era el piso inferior. Conduciendola hasta el final del pasillo, se detuvieron en la última puerta que se abrió y mostró un cuarto vacío, paredes grises con grilletes morados colgando.

La última esperanza de la Tierra (Keith x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora