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El pasado que regresó

Unos meses después, durante la noche, tuvo la pesadilla más fea que jamás había tenido. Era como si su alma se hubiera salido de su cuerpo y ahora se encontraba sobre una nave en el espacio. Ella estaba realmente confundida, pues todo era tan real y lúcido como la persona que pilotaba el vehículo de apariencia alienígena, algo sacado de la mismísima Star Wars.

—¿Keith?

Ella no había dicho su nombre en mucho tiempo, ahora se había escapado de sus labios. Estaba impresionada porque este Keith parecía un poco más grande y con el cabello un poco más largo. Vestía de negro, franjas brillantes de morado en su pecho y su semblante severo en su rostro. La determinación que lo caracterizaba brillando en su mirada y sacando un suspiro de la joven. Aun lo amaba. Aun lo extrañaba.

La nave se movía bruscamente, láseres cruzando al frente y el pelinegro esquivándolos con habilidad. Una pantalla se desplegó y dejó ver a un sujeto castaño.

—Es imposible atravesarlo— dijo.

La chica miró al frente y vio lo que parecía una burbuja cubriendo otra nave.

Keith se mantuvo en silencio y luego su semblante cambió.

—Quizá no con nuestras armas...

Ella no lo captó al principio, el muchacho tomó la palanca y empujó, la nave se movió a gran velocidad y se encaminó hacia la burbuja --un escudo, pensó ella--, sus pensamientos iban a mil por segundo. Estaban acercándose peligrosamente al escudo y el pelinegro no tenía intenciones de frenar.

—Espera, Keith, ¿qué haces? -- dijo el otro sujeto.

Beth al fin lo comprendió. Las palabras salieron por sí solas:

—¡No lo hagas! - gritó.

Lo abrazó sin importarle el pasado, solo queriendo que él no se sacrificara.

—Lo siento, Beth.

Espera, él acaba de contestarle. ¿Podía verla?

—No lo hagas, la ayuda viene en camino. Por favor, no puedes morir— sollozaba.

Ella no tenía mucho control de lo que decía, pero si de lo que sentía. Su misión era salvar a Keith, hacerlo entrar en razón. Decirle que todo estaría bien y que no tenía que suicidarse por lo que sea que estaba luchando.

"Es un sueño" se decía, pero todo parecía tan real que de verdad no quería fallar en convencerlo, "Despierta, es un sueño".

Estaban tan cerca, ella no dejó de abrazarlo, aun cuando cerró los ojos esperando el impacto, aun cuando volvió a decirle que lo amaba. Nada podría evitar que Keith hiciera lo que tenía que hacer.

Ella esperaba a despertar y poder ir a la cabaña del desierto para verlo, para asegurarse que estaba bien. Que él no era capaz de hacer tal sacrificio por el universo (aunque en el fondo sabía que si lo haría).

Tan cerca, hasta que un rayo salió de la nada y destruyó el campo de fuerza junto a la nave enemiga. Keith giró de inmediato evitando la explosión. Ambos se veían aterrados, pero aun no era tiempo de descansar.

Beth lo soltó sintiendo las lágrimas desbordando; eso había estado tremendamente a punto de pasar, no quería irse aun queriendo hablar con el que es el amor de su vida, pero sentía que su espíritu era arrastrado de vuelta a su lugar.

Miedo, confusión, dolor y angustia.

Solo pudo decir: —Te dije que la ayuda venía en camino.

La última esperanza de la Tierra (Keith x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora