› DISA$TER ꙳໋͙ HyunMin ⌕

Five 𑁤

 Fue un beso simple, solo un roce de labios suave. Lo suelta y, sabiendo que su padre aún los observa, lo toma de la mano, guiándolo a su habitación. El menor aún se mantiene callado, su expresión es una serena.

— ¿No vas a decir nada? — pregunta Hyunjin mientra se despoja de sus abrigos.

— ¿Debería?

— Bueno, acabo de besarte. — Seungmin suelta una pequeña risa.

— Se supone que actúo como tu novio, es normal. Además, no te ofendas, pero, eso pareció más una caricia que un beso. — Hyunjin lo mira ofendido.

— No quise sobrepasarme.

— Entiendo. — contesta con un poco de diversión, pero el castaño se mantiene con el orgullo herido.

Seungmin está en proceso de quitarse el collar, cuando Hyunjin de un movimiento lo obliga a darse vuelta, aprisionándolo contra la pared. El menor lo mira sorprendido, incluso hasta pareciera contener la respiración, pues el rostro del contrario está demasiado cerca.

— ¿No me crees? — pregunta Hyunjin.

Seungmin traga saliva.

— Estoy seguro de que eres un gran besador, si eso es lo que te preocupa, solo que yo no he sido testigo de aquello. — responde.

Hyunjin analiza lentamente su rostro, le parece apuesto, bastante. Además esos carnosos labios lo incitan a pecar de manera absurda, sin embargo, Seungmin es solo un negocio, uno que no se puede dar el lujo de arruinar. Por lo que lentamente se aleja y se da vuelta, continuando con su anterior acción para poder acostarse.

El menor tampoco menciona algo más, imita a Hyunjin y se acuesta a su lado, la luz fue apagada rápidamente, ambos buscando conciliar el sueño.

— Tss, Hyunjin.

Abre lentamente los ojos, dirigiendo su vista al gigante ventanal. A través de las cortinas se filtraba un poco de luz del día, la noche ya había pasado. Pestañea un par de veces y se da vuelta, viendo a un mañanero Seungmin. Tiene su cabello revuelto con uno que otro rulo.

— Seungmin, hoy es el único día en el que me doy el lujo de dormir un poco más, duérmete. — responde, volviendo a apoyar la cabeza en la almohada.

— Pues yo no me puedo dar tal privilegio, porque yo no cago dinero. Así que llévame a mi trabajo.

— Pídele a Jaehyun. — murmura.

— Está fuera de la ciudad. — Hyunjin suspira, pero sigue sin moverse.

— Vamos... Hyunjin, porfis. — agudiza su voz y mueve lentamente su mano por el brazo contrario.

— Agh, eres tan molesto. — responde por fin, levantándose de un solo salto. Seungmin se ríe y lo sigue.

Luego de que ambos terminaran de vestirse y desayunaran, partieron hacia la ciudad. Como siempre, iban en completo silencio, Seungmin quería hablar pero la realidad es que Hyunjin es de pocas palabras, por lo que es difícil sacarle una conversación.

— ¿Cuántas serpientes tienes tatuadas? — pregunta de la nada el más chico.

— Tres.

— ¿Y la tercera?

Hyunjin lo mira y alza una ceja, sugerente.

— Ah... — contesta, algo incómodo.

— Nah, es broma. Está en mi tobillo. — dice con una sonrisa ladina, Seungmin se ríe.