Capítulo 10

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Hermione se había comenzado a juntar a Eira, dado que se había enfadado con Ron, y la Slytherin continuaba molesta con Harry.

El enfado de Hermione se debía al hecho de que Ron había comenzado a salir con una chica de su casa, Lavender Brown, con quien iba besándose por los pasillos. Todo había comenzado después de la victoria de quidditch y, desde entonces, la pareja apenas se había separado. Hermione estaba molesta, porque era evidente que ella sentía algo por Ron. Pero él afirmaba que no hacía nada malo dado que, además, ella se había besado con Viktor Krum, el primo de Eira.

—No lo aguanto —declaró Hermione, cuando vio de nuevo a Ron con Lavender por los pasillos.

Eira escuchó las críticas de Hermione hacia el comportamiento de Ron, sin decir nada. Solamente asentía con la cabeza y decía apoyarla.

—¿Y sabes qué? Creo que Harry siente algo por Ginny.

—¿Cómo dices?

Aquello era algo que Eira no había esperado escuchar. No le interesaba tanto como el año anterior, porque ahora estaba con Luke y estaba segura de que quería continuar con él, pero quería saber al respecto.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Bueno... su comportamiento hacia ella ha cambiado. No sé cuándo se ha dado cuenta él mismo, a decir verdad... supongo que hace poco tiempo, tal vez desde que Ginny está con Dean.

Eira no dijo nada, pero pensó en todas las ocasiones en las que había visto a Harry y a Ginny juntos. Recordó cómo había salvado la vida de ella en la Cámara de los Secretos cuando estaban en segundo curso. ¿Cómo era posible que acabase de darse cuenta de que le gustaba? Pero, en realidad, tampoco Eira había notado nada.

—Pues espero que le vaya bien —comentó, encogiéndose de hombros—. El año pasado, se arrepintió de besarme. Espero que no se arrepienta después de besar a Ginny.

No le gustaba Harry. Ella estaba feliz con Luke, y no lo dejaría, no de nuevo. Pero no podía evitar recordar aún aquel rechazo por parte de Harry. Más aún cuando estaban enfadados.

—Y le siguen muchas alumnas jóvenes últimamente —continuó diciendo Hermione, a pesar de que se había dado cuenta de que a Eira no le gustaba mucho hablar de Harry.

—Normal. Ahora que todos saben que decía la verdad, vuelve a ser un héroe. Pero ninguno de ellos estaba a su lado cuando pensaban que mentía, ¿no es así?

Hermione tuvo que darle la razón en aquello, pero no fue suficiente para que Eira dejase de estar molesta. Ella lo había apoyado en todo momento, y él la había rechazado de aquella manera... y no le había gustado.

—Tendrás que perdonarlo, ¿no? —preguntó entonces Hermione—. Lleváis ya tiempo sin hablaros... ¿no crees que es demasiado?

—También puede él pedirme perdón a mí —replicó ella—. No me gustó cómo se comportó cuando encontró ese viejo libro de Pociones, que no sabe siquiera a quién perteneció.

Hermione no podía estar más de acuerdo con ella en aquel sentido, pero no podía evitar pensar que el enfado estaba siendo demasiado largo. Y, al fin y al cabo, ella también era una de las afectadas, pues no podía estar con sus dos amigos al mismo tiempo.

—Además —continuó diciendo Eira—. Tú también estás enfadada con Ron, y él no te ha hecho nada directamente, ¿verdad? Estás enfadada porque está con Lavender.

Hermione no dijo nada, porque Eira tenía razón. Ron, en realidad, no le había hecho nada malo. Simplemente había comenzado a salir con alguien, por lo que Hermione se había puesto celosa e incluso había llegado a atacarlo. Pero incluso Eira tenía que admitir que el chico solamente había comenzado a salir con alguien, y que aquello no era nada malo.

Eira y el misterio del príncipe ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora