SLEEPING BEAUTY

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[Se recomienda leer las letras de la canción, si se desea saber el porqué del nombre]

Las mañanas podían ser monótonas, pero para Volkov aquella constancia de sucesos siempre era bien recibida, a veces los sucesos repetitivos cuando se está con la persona correcta basta para que tus días sean valiosos.

La mirada gris se posa en la sonrisa del contrario que se deslumbra al otro lado de la mesa, la luz de la mañana hace más evidente la heterocromía de los precioso ojos de Horacio, esos colores despiertan una emoción en Volkov, se siente afortunado de poder disfrutar aquello. De esos pequeños momentos como el desayunar en su compañía.

El camino a la Sede del FBI, siempre es animado, porque la radio tiende a estar encendida con algún tema alegre, aún cuando es Volkov quien conduce, se ha acostumbrado a ver a Horacio moverse al ritmo de la música, a veces agita tanto la cabeza que la cuidada cresta que lleva se desordena, es ahí cuando tiene el impulso de orillarse y acomodar el cabello del contrario, pero Horacio tan cuidadoso con su imagen, no tarda en volver a peinarlo con sus dedos, hasta estar satisfecho, es cuando le pregunta a Volkov que tal se ve, y la respuesta casi siempre es la misma:

— Horacio, luces muy bien.

O alguna variación. Pero es justamente la reacción posterior a la respuesta, que Volkov más adora ver, porque es cuando los labios del contrario se curvan, solo un poco, pero lo suficiente para saber que está feliz, es ahí cuando Horacio parece relajarse más en el asiento, y tararea alguna canción.

Pero a medida que se acercan a su lugar de trabajo, sabe que debe ponerse serio, su trabajo se lo exige, aunque a veces comparte bromas y buenos momentos con los otros agentes, sabe bien que no pueden tomarse a broma lo que sucede en la ciudad. Los problemas siguen ahí, solo basta con encender la radio, leer los avisos ciudadanos, o ver la pila de informes que cada mañana encuentra sobre los escritorios, intentar luchar contra la maldad es una tarea que consume la voluntad, tiende a destruir tus creencias, y hay días donde uno simplemente desea rendirse y salir de aquella ciudad. Porque irse es una salida fácil, pero no puede ser tomada, por las promesas dadas, por la idea de justicia, por la pérdida de compañeros, por la idea que aquella ciudad necesita protección y que alguien debe hacer ese trabajo. Volkov sabe bien el precio que exige ser agente del FBI, pero trata de ignorarlo, es mejor así.

— Volkov, necesitamos hablar.

Escuchar aquella voz aguda, le hace apretar la mandíbula, el resentimiento que tiene para con Maia, no desaparece, quizá no ayuda porque cada que Horacio la ve su rostro pierde toda alegría, y su mirada vuelve a mostrar la tormenta que lo aquejan. Pero Volkov sabe que debe moderarse, porque él no tiene aún el poder para enfrentarse a ella, porque es mejor mantener a los enemigos cerca y la venganza es un plato que se sirve frío, y porque de alguna manera espera que ella pague por sus pecados.

— Priviet, Maia. Deseaba conversar también sobre el caso de Carlo.

El rostro de ella se contorsiona, quizá por el saludo, porque desprecia qué después de vivir por tanto tiempo en LS, aún tenga esas costumbres, pero no está dispuesto a cambiar, porque le gusta ver como Horacio reacciona al saludo. Pero quizá lo que le molesta más a la contraria no es que salude en ruso, si no que le hable de Carlo. El Gambino siempre representó la doble moral que representaba ser del FBI.

La conversación se torna tensa, como lo es siempre la interacción de ambos, cuando terminan de platicar Volkov está dispuesto alejarse de la sede cuanto antes, no soporta la presencia de ella, la aversión inicial no tardó en convertirse en odio.

Compendio de One-shot's  VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora