¿¡Qué es la vaina con ustedes!?

↬ʈhe truth of the hear₸↫

8:05 pm

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En una playa a las afueras de Ibiza la luna vislumbraba el perfil delantero de una de una mujer.

Xx: Ya llegaron los colombianos- Le pregunta a su mano derecha.

Esko: Si señora, todos se encuentran en posición esperando sus órdenes.

Xx: Que se preparen, comenzamos en 30 minutos a partir de ahora.

Esko hace una reverencia y se aleja para poder comunicarse con su gente. Ella se queda viendo el paisaje que le ofrecía la playa, el chocar de las olas con la costa la llevaba vagamente al pasado y esos gratos recuerdos salían a flote. Metió la mano en bolsillo y de ahí saco una foto un poco dañada por el tiempo junto con un manojo de cabellos morenos.

Xx: Dentro de poco nos volveremos a encontrar mi dulce Cattleya- Dice susurrando suavemente el apodo con el que llamaba a su dulce orquídea colombiana hace tantos años.

El segundo al mando solo veía como la locura de su jefa se apoderaba nuevamente, sin rechistar le aviso a sus subordinados para retirarse y la dejaron entrar en su fantasía. Todos ellos pensando lo mismo.

"Pobre la criatura que está condenada a la obsesión enfermiza de un bestia demente"

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8:00 pm

Narrador

La fiesta mantenía un ambiente de animosidad, tanto capitales como departamentos o estados son los que más se divertían dando un ambiente jovial. La mayoría de países se mantenían calmados hablando, los otros pocos seguían los primeros nombrados y sacudían el cuerpo al ritmo de la música.

Las capitales y departamentos colombianos empezaron a disfrutar de la fiesta.

Nariño se encontraba fumando en el balcón con Madrid, los dos daban caladas al mismo cigarrillo y entre tanto se daban miradas de lujuria.

Guajira coqueteándole a un sonrojado Kiev, él sabía que el pequeño ucraniano era muy tímido y le gustaba provocarlo.

Casanare con Seúl bailando en la pista de baila, el coreano intentaba seguirle, con todo su esfuerzo, el ritmo a la latina.

Tolima charlando amistosamente con Berlín, con la diferencia de que el tolimense le echaba piropos y el alemán no las captaba.

Bolívar al lado de Tokio comiendo bocadillos internacionales servidos en la mesa, los dos estaban metidos en su mundo sin prestarle atención a su alrededor.