14: Escuchar tu voz.

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Ella había aceptado estar con él un rato en su descanso. Había agarrado un libro cualquiera y había salido junto a él de la biblioteca. No había dicho palabra alguna mientras caminaba junto a él. Como siempre, no tenía palabras; no sabía que decir.

—¿Quieres que nos sentemos en el patio? —preguntó él.

Eli asintió simplemente, caminando a su lado.

Ocuparon una de las bancas en las cuales ellos siempre se sentaban. Ella miró a su alrededor, posiblemente buscando palabras. Pero él se quedó viéndola.

—No eres de muchas palabras, ¿no? —le pregunta él.

Ella negó divertida, con una sonrisa cómplice y apenada en los labios. Y se le escapó una tierna risita, luego rápidamente cubrió su boca sorprendida.

Él rió: —Está bien, es linda.

Las mejillas de ellas se coloraron.

—¿Podrías decirme algo? —preguntó él un poco inquieto—. No lo se, cualquier cosa. Quiero escuchar tu voz.

Miró fijamente sus ojos, y buscó las palabras para formular una oración. Y dijo lo primero que se formuló en su mente.

Me gustan tus ojos —dijo ella.

Luke se sorprendió, pero también sonrió.

Igual que ella.

Miradas y Palabras Mudas | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora