ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴏᴄʜᴏ🌷

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“Pero ni un solo día...
Nunca dejé de pensar en ti”

Respiró profundo, no debía hacerse muchas ilusiones.

Tenía que mantenerse calmado y tranquilo, aunque no la viese hoy al menos sabía que ella estaba bien y que por azares del destino habían terminado en el mismo país.

Río mínimamente al pensar en ello, todo este tiempo no estuvieron tan lejos después de todo.

—Aquí vamos... —Abrió la puerta del auto y se encaminó al edificio.

Se veía grande y lujoso, lo normal en empresas americanas.

Subió los escalones y entró por la puerta principal.

Todo estaba muy agitado, gente de aquí a allá con papeles en mano,hablando por teléfono, llevando café a las oficinas y demás.

Prefirió no distraerse y se dirigió a la recepción.

—Buenos Días, ¿En qué necesita que lo ayude? —Habló la mujer sin despegar la vista del monitor de su computadora.

—Buenos días, estoy buscando a una persona.

—Perfecto, indíqueme su nombre.

—La señorita T/n. —Respondió.

—Ok —Tecleó algunas cosas más para responder— la señorita hace poco presentó una carta de renuncia. Si me indica el motivo de su visita puedo asignarlo con otro empleado para que le asesore.

Otra vez... Cada que parecía estar más cerca de ella la distancia entre ambos solo se alargaba más. Era un ciclo sin fin.
Su corazón dolía.

—A-h no, gracias. Venía a verla a ella explícitamente... ¿No hay posibilidad de que me haga saber dónde está?

—Lo lamento, señor. Me gustaría ayudarlo pero es política de la empresa no revelar ningún tipo de información personal de los empleados o ex-empleados.

—Lo entiendo... ¡Gracias de todas formas! —Tenia un nudo en la garganta que se esforzaba por ocultar.

—Que tenga buen día.

Dió media vuelta y empezó a caminar hacia la salida. Suspiró decepcionado.

—¡Disculpe! —Sintió como una mano paró su paso. Miró hacía atrás y dió con una joven de ojos violetas, lentes con forma redonda y cabello negro que mantenía en una trenza.

—¿Sí?

—¿Usted está buscando a la señorita T/n?

—Sí así es. ¿Por qué la pregunta? —Sonrió confundido.

—Eso... Creo poder ayudarlo.

No quería seguir haciéndose falsas ilusiones pero no era algo que podía evitar.

—¿Lo dice en serio? —La muchacha Asintió.

Kyojuro terminó de voltearse por completo para quedar cara a cara con la ojivioleta.

—La señorita iría pasar unos días en su pueblo natal. Stechelberg, Suiza.

—¿Entonces volvió a Suiza?

—Si, pero solo sería por poco tiempo. No tengo la certeza de saber si aún sigue allí.

—De casualidad ¿No sabes que hará luego de volver? Es decir, ¿A dónde irá?

—Lo lamento pero eso es todo lo que se, señor.

El rubio sonrió.

—¡Descuida! ¡Con solo eso me haz ayudado muchísimo! Te lo agradezco... Ahm —Claro, no sabía su nombre.

Spring Day🌷ˎˊ˗  | Rengoku KyojuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora