Spring Day🌷ˎˊ˗ | Rengoku Kyojuro

🌷ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ

El pueblo, aquel lugar que desde que nació había sido su hogar prontamente dejaría de serlo.

Le costaba procesar aquella idea, no quería irse, eran demasiados los motivos por los cuales no quería partir y uno de ellos era el que no quería no volver a verla.

La situación lo agobiaba. Era mucho que procesar.

—Espera, padre. Por favor reconsideralo mejor, no podemos irnos de aquí —Trataba de convencerle preso de la angustia— Este lugar es donde Mamá queri-

Su padre no lo dejo terminar, fulminandolo con la mirada.

—Tu madre ya no está aquí ¿Deseas recordarmelo? —Estaba molesto por sus palabras, era evidente.

—¡No es eso! Pero este lugar es nuestro hogar, no podemos dejarlo, yo no quiero irme... Senjuro tampoco querrá.

—Aquí hacemos lo que yo digo, tu aún eres un mocoso, no piensas bien por ti mismo, menos por tu hermano.

El chico enmudeció, ¿Que más podría hacer para convencerlo? Su mente estaba nublada, tal parecía que nada de lo que dijera serviría para que su padre recapacitara.

Asintió aceptando con pesar aquellas palabras para seguidamente retirarse de la habitación.

Cerró la puerta y se dejó caer al piso, sabía que debía ser fuerte por su hermano pero aveces simplemente le costaba demasiado aquello.

—Tengo que mantener la calma... Yo puedo... —Habló para si entre jadeos producto de las ganas de llorar que lo atormentaban.

Desde que su madre murió todo había sido muy duro, ahora, ya no quedaba rastro del padre tan amoroso que tenía.

˗ˏˋ🌷 ˎˊ˗

Después de dos días tomó el valor para decírselo. Para hablar con T/n de su partida.

—¿Que? —No parecía creerselo— No, Kyojuro. Tu papá tal vez lo dijo porque estaba enojado... —Tomo las manos del contrario— Estoy segura de que no planea hacerlo de verdad.

— Partire en 2 días. Me ire para ya no volver... —Declaró con desanimo, con lágrimas amenazantes de salir y recorrer sus mejillas.

Porque en verdad le dolía, le dolía dejar todo lo que conocía, a ese lugar donde tenía todos los preciados recuerdos con su madre, el lugar que fue testigo del crecimiento de el y de su hermano, el lugar donde era feliz con su querida amiga T/n y todas las bellas personas que conocía.

—Kyojuro... —Le nombró en un murmullo T/n— Por favor, por favor no te vayas.

El rostro de la joven reflejaba una inmensa tristeza, una que Kyojuro Rengoku no podía soportar mirar.

Se abrazo fuerte a ella,con ganas de nunca soltarla, con ganas de quedarse juntos siempre.
Aquellas lágrimas que intentó retener, quedaron libres por fin.

˗ˏˋ🌷 ˎˊ˗

Esta primavera apenas comenzaba, el aire aun era frio y la nieve apenas se derretía,pero al menos lo suficiente como para poder ver pasto y arbustos verdes.

El sonido del tren, les indicaba qué, había llegado la hora de decir adiós.

—Cuídate mucho por favor... — Ella no era capaz de mirarlo siquiera a los ojos, sabía que si lo hacía, romperia en llanto.

—Tu también... Asegúrate de ser feliz —Dijo separandolos de su abrazo para posicionar sus manos en los hombros de la fémina, quedando frente a frente.

Lentamente se acercó a ella y depositó un beso en su frente.

Como lo había predicho, T/n rompió en lágrimas.

—¡El tren con destino a la capital partirá! —se anunció.

Su padre y hermano menor Senjuro, ya subían a este.

—No te vayas... —le pidió una vez más— Por favor,no te vayas. —Sabia que era egoísta de su parte aquella petición pero no podía evitar querer mantenerlo a su lado siempre.

La cara del rubio ahora solo podía mostrar tristeza.

—Te prometo, que te buscaré sin importar cuánto tiempo pase— susurro en su oído. Y tal como lo había hecho cuando eran niños le ofreció su meñique — ¿Promesa? — trató de no partir su voz con lo último.

—Promesa — Acepto con leve esperanza llenando su corazón.

Con una sonrisa afligida tomo rumbo, subiendo al fin al tren.

T/n se mantenía en su sitio, estática, con lágrimas adornando su rostro.

No podía creerlo, no podía aceptarlo.

El tren empezó a dar marcha.

Poco a poco ella caminaba a la par de este.

En cuanto aumento el ritmo empezó a correr, la desesperación era mas fuerte que ella.

En ese momento vio como el abrió la ventana y se asomo de esta, agitando su mano en despedida. Gritó lo más fuerte que pudo;

— ¡TE AMO T/N! — Una declaración que por suerte T/n pudo oír. Paró de correr solo cuándo la pasarela se acabó y casi caía desde esa altura.

Este día, en el rostro de ambos,no hubo más que lágrimas, y este momento no era la excepción.

—¡¿Que mierda haces?! — Preguntó molesto su padre por tal acto tan irresponsable y peligroso. Lo jalo adentró y cerro la ventana.

Ella solo se quedo mirando hasta que el tren se perdió entre el inmenso horizonte.

Ya nada podía hacer, ya el había abordado ese tren, para irse y ya no volver.

“¿Cuánto tengo que esperar?
¿Y cuántas noches sin dormir tengo que pasar para verte?
Para reunirme contigo”