Capítulo 1

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-Por favor, tengo familia.

-Todos tenemos familia, pero no todos hacemos cosas estúpidas- respondió Vlence mientras esperaba.

No fue difícil encontrar quien había dado ciertas coordenadas "erróneas" a su mmm... Jefe de Acciones del Occidente (por decirlo elegantemente) cuando debían de encontrar un banquete de paquetes en una cabina vacía.

Ante lo chillidos del chamaco chismoso, prefirió encender un cigarrillo. Se quedó a la mitad cuando empezó a escuchar los pasos en el pasillo de afuera.

Ya estaba ahí.

Sus hombres se irguieron más, él solamente le dio una mirada al hombre atado a la silla mientras exhalaba el humo de tabaco.

-Vamos a ver que te espera, topo.

La puerta de metal chillo al abrirse. Vlence se preguntó si no la aceitaban porque se les olvidaba o solamente le gustaba las entradas dramáticas.

Todos se callaron en respeto. Vlence le dio un asentimiento.

-Él fue el que desvió los paquetes- le dijo.

Hizo una seña y alguien ya le tenía una silla prudente donde pudiera sentarse enfrente del joven.

-Por favor...- empezó a decir el chavo de pelo castaño.

Jax le dio un puñetazo para que se callara. Con buena puntería ya que no quería manchar a nadie, especialmente quien estaba enfrente.

-¿Cómo te llamas?

-Da.. Dante-dijo el joven- mi señora.

Marzena sonrió enfrente de él, exhalando de su cigarro eléctrico.

-Tengo entendido que tú fuiste quien desvió mi paquete en el puerto sureño.

-Mi señora, fue un error mío, discúlpeme, por favor- empezó a sollozar.

Marzena le dio una mirada a Vlence. Su primo pelirrojo solamente cuadro los hombros.

-Tengo hijos, por favor.

-Vale, si, si, ya entendí eso- dijo cruzando las piernas con los tacones tan afilados como cualquier cuchillo- vamos a hacer algo, tú me dices quién te pidió que cometieras ese pequeño error y yo puedo apaciguar a mis hombres para que no vayan por tu fam ... Pueda pasar esto a mayores.

Marzena sonrió como si estuviera regateando una fruta en el mercado.

-¿Te parece?

El joven siguió derramando lagrimas por sus mejillas sangrantes.

Los hombres podían parecer tan fuertes, tan rudos, pero cuando la muerte se sentaba afrente a ellos ni el más macho podía resistirse a pelear por su vida. Al fin y al cabo, en realidad nadie quiere morir cuando está a un paso de conseguirlo.

-Vlence, le podrías dar un vaso de agua al muchacho, creo que no puede conciliar las palabras- dijo ella.

No se necesitó otro segundo para que la silla se fuera para atrás. Alguien encontró o ya tenía un trapo y sofoco los gritos de Dante mientras Vlence tomaba la cubeta del suelo.

Marzena se inmuto con los sollozos cuando Vlance derramo toda la cubeta sobre la cabeza tapada de Dante.

Los sollozos y gritos ahogados les recordaban a los peces sacados del agua.

Lo volvieron a sentar vomitando.

-¿Mejor?- pregunto Marzena- perfecto, ahora puedes empezar diciéndome el nombre.

Dante apenas se recuperó de su ahogamiento cuando Marzena volvió a perder la paciencia.

De nuevo lo tiraron al suelo cuando lo grito.

-Ciarctos- sollozo Dante

El grito detuvo al hombre de Vlance que llevaba media cubeta llena de agua.

-Alsan Ciarctos- grito Dante- fue él, fue él.

Marzena vio a Vlence.

Se levantó.

-No era tan difícil ¿verdad? El agua siempre cae bien para aflojar la lengua. Bueno, hasta aquí ha llegado nuestra platica Dante.

Marzena le dio un asentimiento a Vlence.

-Para tu desgracia Vlence tiene otras preguntas para ti- Marzena le sonrió a Dante que miraba con terror los ojos vacíos.

Obviamente sabía que final tendría.

-Te veo en el infierno- dijo ella antes de dejar al hombre en la habitación de la que nunca saldría completo.

🔪🔪🔪

¡Gracias por todo el apoyo !

Es genial ver como esta historia se movió tan rápido.

Estaré actualizando todos los sábados de aquí en adelante.

Que el universo los ilumine <3

MarzenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora