Capítulo 9

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-Tienes visitas-había dicho Vlence del otro lado del teléfono.

¿Qué?

Había tenido que ir lo más pronto posible a Pino Gris para recibirlos.

Para su sorpresa no había cientos de carros en su mansión y sólo tres camionetas largas estaban estacionadas en la rotonda.

Marzena dejó el carro al portero y entró viendo los cuatro hombres en la entrada que sabía que no eran de ella. Los suyos les mantenían la mirada a los otros con desafío.

Keira la alcanzó rápidamente y empezó a hablar.

-El señor Vlence y la señora Avina están con él en el salón de la piscina, llegó hace media hora.

Marzena asintió hacia su abogada.

-¿Algo que deba de saber antes de entrar?-preguntó dejando la bufanda y la gabardina con Janey.

Keira alzó las cejas.

-Pues como nos avisaron apenas en la mañana no hay mucho que podamos imaginar qué quiere, pero sospecho que vino a cambiar algunos términos del contrato.

-Tal vez, no creo que lo logre-respondió Marzena.

Keira había sido informada de la situación por si tenían problemas legales y se encargará de que las propiedades y todo lo del acuerdo saliera como querían.

Marzena suspiro y se metió en la máscara de la Líder Orcinus antes de abrir la puerta.

Desde un asiento volteo hacia ella un hombre de mediana edad.

Se levantó con una sonrisa perfecta que compartían todos los políticos.

-Señorita Orcinus.

-Señor Presidente-dijo ella regresando el saludo con un asentimiento.

Volteo hacia sus primos y le regresaron la misma mirada cuidadosa.

-Es una extrañeza tenerlo de visita.

Ella le señaló que se sentara de nuevo mientras ella lo hacía en el asiento de enfrente.

Hasta que él se acercó sonriente y le extendió una mano. Marzena estaba por estrecharla cuando él la tomó en la de él y la acercó a sus labios para darle un beso en los nudillos desnudos.

Marzena escondió su sorpresa pero sintió a su familia tensarse.

-Me disculpo con lo rápido que fue mi aviso de mi visita pero quería empezar con el pie derecho en este nuevo acuerdo que tenemos-dijo él por fin sentándose en el sillón y entrelazando los dedos.

Marzena le mantuvo la mirada mientras cruzaba las piernas.

-Claro, mi administradora me ha mantenido al tanto del proceso y todo ha resultado como acordamos.

Lysa asintió de pie con su tableta entre las manos.

-Así será, desde que tuvimos este problema-siguió el presidente- siempre dije que quería los mejores para el trabajo, y quien mejor que usted.

Marzena le dio una pequeña sonrisa.

-El trabajo estará hecho en menos tiempo de lo que piensa.

-No lo dudo.

Sus ojos grises se anclaron a los oscuros de Marzena. La incomodidad empezó a rascar desde afuera.

-Espero que no tengan problemas por este trabajo, pero de todas maneras si los tienen no duden en decirnos para ayudarles-dijo el presidente.

-No habrá ninguno- la interrumpió Avina- y si lo hay nosotros nos encargaremos.

El presidente pareció recordar su presencia y le sonrió a su prima.

-Bien, tengo entendido que ya conoce al equipo que le ayudará-dijo de nuevo hacia Marzena.

Ayudará, ósea que era su trabajo realmente.

-Si, ayer -respondió Marzena.

-¿Le pareció adecuado?

Marzena sonrió.

-No podía esperar otra cosa de un agente de la policía-respondió ella.

El presidente sonrió más.

-Entonces espero sea una buena señal.

Tras eso él se levantó para que sus primos lo hicieran, pero Marzena lo hizo lentamente arreglándose el short falda.

-Esta vez quise conocer a quienes serán parte de mi equipo-dijo él en su costoso saco azul que compraba con sus impuestos.

Marzena tuvo que morderse la lengua para responderle que ellos no eran su puto equipo.

-A mi también me gusto conocer quién quiere a un gran pez mafioso del continente muerto-dijo Marzena con esa habilidad de decir palabras frías elegantemente.

El presidente no evitó reírse y Marzena sonrió.

-Mis deseos siempre son peligrosos, pero mis logros altos-el presidente dio un paso hacia ella para quedar tan cerca que Marzena pudo ver las motas negras en su océano gris- sacrificios que uno debe hacer por diversas razones, usted me entiende.

Marzena cambió su sonrisa por una venenosa. Sus primos no podían escucharlos y Marzena agradeció porque Avina ya hubiera matado a tiros al cabrón.

-Mejor que nadie-respondió ella.

-De hecho-siguió él con cara seria- nunca tuve la oportunidad de darle mis condolencias en su momento.

Marzena sintió que la sangre le hervía. Dejó de sonreír. Contente. Contente.

-No las necesitaba-respondió ella.

Si la mirada hubiera sido un arma ella hubiera descargado todas las balas en él.

El presidente asintió.

-Y pensaba que usted era el pez mafioso más grande del continente-dijo en un susurro.

Marzena no le dio ni una señal de su deseo de correrlo de su mansión y solo mantuvo la cara solemne.

-Un placer, Señorita Orcinus-dijo él asintiendo y saliendo de la sala con otro asentimiento a sus primos.

Marzena se dio una mirada con los demás de la sala.

¿Qué mierda ha sido todo eso?

-Vlence-dijo ella rompiendo el silencio de la sala.

Aun con la mirada fija en los autos que salían de su casa. Iban a necesitar ayuda aunque levantaran sospechas. 

Podían vivir con la mala fama pero no si todos los políticos eran como ese hombre.

-Llama a los Fratercula.

***

Holaaaaa

Una disculpa de antemano por no haber subido ayer :(

Qué el universo los ilumine <3

MarzenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora