Devil. | Jenlisa

1

Había veces que la tailandesa dudaba de los sentimientos de la mayor. Y ahora, con su nariz impregnada del horrible olor en su casillero, tenía bastantes dudas.

—Te voy a matar —murmuró para sí misma, corriendo por los pasillos con una rama en su mano izquierda buscando fervientemente a la coreana, quien parecía haber desaparecido de la faz de la tierra.

Pero no bastó mucho para que la menor encuentre a la castaña, quien estaba en la entrada del baño con los brazos cruzados, como si le hubiese estado esperando.

—Hasta que al fin llegas.

—¿Y a ti que mierda te pasa? —se acercó la pelinegra, quedando de frente con la mayor, esta última con una sonrisa en su rostro.

—¿Ahora no puedo hacerle una broma a mi compañera favorita? —dio un paso al frente y sus narices casi se tocan, si no fuera porqué la más alta se alejó rápidamente y con una expresión de pánico.

—Aléjate de mi, lesbiana de mierda —chilló ya bastante alejada de la mayor.

—¿Ahora te pones así? No recuerdo que esto haya pasado cuando...

—¡Cállate! —tapó la boca de la castaña y la miró con terror, mientras la mayor simplemente alzaba los brazos en forma de rendición.

Cuando Lisa se dignó a quitarle la mano de la boca, Jennie le mostró una sonrisa divertida.

—¿Tienes miedo, Manoban? —la menor no respondió, simplemente la miró con desprecio y se dió media vuelta.

—Ya te dije que no me gustas —grito mientras se alejaba por el largo pasillo.

—Y yo ya dije que no te creo —las mejillas de la pelinegra se enrojecieron y con nerviosismo, apuró el paso y se perdió por los pasillos de la escuela.

Cuando la tailandesa llegó donde sus amigas, ninguna de ellas dudó en mirarla con una expresión de curiosidad.

—¿Qué? —preguntó a la defensiva la pelinegra.

—Nada —contestaron todas al unísono.

La más alta se sentó a un lado de Somi y posó su cabeza entre sus brazos, soltando un sonoro suspiro.

—¿Problemas en el paraíso? —la voz de Jaebum resonó cerca del oído de la tailandesa, quien luego de dar un sobresalto, fijó su mirada en la del mayor.

—Sólo estoy descansando —contestó desanimada. El pelinegro sonrió con amabilidad y se sentó entre ella y Somi, ganándose una discreta mirada de odio de parte de la más baja.

—¿No haz dormido bien últimamente? —acarició el lacio cabello de la menor.

Lisa asintió con la cabeza y apoyó ésta en su mano derecha, mirando al más alto con una sonrisa falsa.

La relación entre Manoban y Kim era algo completamente extraño. El pelinegro era el hermano mayor de Jennie y continuamente coqueteaba con la tailandesa, mientras que la última se limitaba a seguirle la corriente. Después de todo, cualquier cosa que haga enojar a Jennie formaba una sonrisa en el rostro de la menor.

—Ustedes deberían conseguirse un cuarto —comentó Jackson, mejor amigo de Jaebum, arruinando el ambiente.

—Nos vemos luego —se despidió el mayor, dándole una beso en la mejilla y caminando lejos del lugar con su grupo de amigos.

Lisa no lo sabía, pero Jennie Kim tenía su mirada fija en la escena que acababa de pasar.