Pretty Boy [Xiaother] EN CORRECCIÓN

Capítulo 11

Jiangsu, China. 14 de Enero de ----

Cuando llegue a casa después de la escuela el particular aroma del incienso de Lavanda me dio la bienvenida. 

Al fondo podía escuchar el agradable sonido del Guzheng de mi madre, aquel instrumento siempre me había fascinado por la elegancia y sutileza tanto de su diseño como de las melodías que fueron compuestas. Dejé mi abrigo en el perchero que había en la entrada para después retirar mis zapatos y ponerme un par de sandalias. Caminé sin prisa hasta llegar a la sala, ahí la vi, su pelo largo caía sobre su espalda como una cascada de obsidiana pura.

-¿Spring River Flower Moon Night? -Cuestioné. No fue difícil saber el nombre de la canción pues la había estado practicando por una semana entera.

-Xiao, llegaste -Al escuchar mi voz la melodía se detuvo. Mi madre volteó hacia mi y extendió sus brazos. Yo, como todo niño de diez años corrí al reconfortante calor de mi progenitora. Ella acarició mi cabello cuando estuve enjaulado en sus brazos ese gesto siempre me hacia querer dormirme al instante. Levanté mi vista para encontrarme con el rostro cansado de ella, tenía ojeras un poco pronunciadas, el carmín de su labial no hacía mucho para ocultar lo agrietados que estos estaban. Mi madre era una mujer agotada pero llena de amor. -¿Cómo fue la escuela hoy?

-Todo fue bien ahora solo tengo un par de tareas por terminar -Respondí, no era cierto. El día había ido pésimo y estaba seguro de que llamarían a mis padres si seguía retrasando mis tareas por las clases de danza pero ella no tenía por que saberlo. No soportaría ver el rostro de mi madre mirarme con decepción.

Como una persona de pocas palabras mi madre sin añadir algo más, me sentó en sus piernas y colocó mis manos junto a las suyas sobre las cuerdas del Guzheng. Lentamente comenzó a guiarme nota por nota, no entendía absolutamente nada de las partituras que había escritas en el cuadernillo pero con mi madre enseñándome de una forma silenciosa poco importaba.

Durante un buen rato solo me encargué de disfrutar de la armoniosa melodía en compañía de mi madre, momentos de paz donde no me estaba preocupando por el colegio, el ballet o por cualquier otra cosa que un niño podría temer. 

Realmente amaba a mi madre.

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La llegada de mi padre se anunció cuando el código de la puerta fue ingresado y su gran presencia se hizo notar al entrar con grandes zancadas por el corredor inicial. Se dirigió a la cocina y pude sentir una tensión incomoda desarrollarse apenas nuestras miradas se encontraron. Creí que iba a regañarme, pero en su lugar pasó de largo y se dirigió al comedor, dejó su portafolios en el piso y tomó asiento. Era la rutina de todos los días llegar a la hora de la cena, terminar e irse a la ducha para luego no volver a saber de él hasta la cena del día siguiente.

Para otros niños podría ser doloroso pero a mi era como un profesor, mi padre evitaba mi existencia a menos que se tratase del colegio o dinero y mi madre nunca había dicho algo al respecto. Estaba bien para mi. Mi madre se levantó de su asiento para servir la cena, trajo directamente las ollas con otros pequeños condimentos y por último un poco de té. Yo solo me levanté para ayudarla a colocar los platos y servir las salsas tradicionales. Poco después volví a sentarme justo frente a mis progenitores, incliné la cabeza para agradecer a la divinidad mis alimentos y esperé a que mi madre me ayudara a servir la comida caliente.

-Recibí una llamada del colegio -Enunció el tono agrio de mi padre en medio del silencio, sentí como una corriente de hielo me congelaba la sangre al escuchar sus palabras.- Estaba tan sorprendido de que me hubiesen llamado a mi en vez de a tu madre pero parece que ella nunca atendió tales asuntos.