𝙲𝙸𝙽𝙲𝙾

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𝙏𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣𝙜

El corazón se me partió por la mitad cuando Jungkook se alejó de mí, pero antes de que hubiera dado más de dos pasos tras él, sonó un zumbido procedente del suelo. Miré hacia abajo por reflejo y lo habría ignorado de no ser por las palabras que me llamaron la atención. 

Sin duda era el teléfono de Jungkook. 

Tipo Caliente: Estoy más que feliz de romper ese dulce culito tuyo. ¿Quieres hacerlo esta noche?

Me quedé helado de la sorpresa mientras ojeaba toda la conversación. Y entonces.

Oh, diablos, no.

Vi rojo. Ni siquiera recordaba haber subido las escaleras o haber irrumpido en el dormitorio de Jungkook, sólo sabía que en un momento estaba viendo cómo hacía planes para entregarse a alguien que no era yo -alguien que no lo apreciaría, ni se preocuparía por él, ni lo cuidaría- y al minuto siguiente había tirado su portátil por la habitación y lo tenía doblado sobre mis rodillas, con los pantalones bajados hasta los muslos y el culo al descubierto ante mi mano. —Tae —jadeó, retorciéndose en mi regazo—. Qué...ahhhhhh.

—¿Qué demonios, Jungkook? —grité, el sonido de mi palma golpeando el "dulce culito" que algún otro hombre quería usar esta noche sonó como un disparo en la casa vacía. La piel pálida de Jungkook se tiñó de rojo mientras se sacudía contra mí, con los brazos y las piernas agitándose en busca de un hueco—. No te vas a entregar a nadie más que a mí.

Le rodeé la cintura con un brazo y lo sujeté con fuerza contra mi regazo, puntuando cada palabra con otra fuerte bofetada. Mi hermanito no iba a ir a ninguna parte esta noche, y menos a liarse con un pedazo de mierda que no lo merecía, y aunque no debería decir lo que estaba diciendo -aunque me había pasado todo un puto año convenciéndome de que no podía-, estaba demasiado asustado por lo que había planeado hacer esta noche como para censurarme. Todo lo que tenía era la verdad. Jungkook sollozó, consiguiendo de alguna manera acurrucarse en mí incluso cuando luchaba por evitar mi palma. —Pero, Tae, yo... yo sólo... yo...

—Mío. —Gruñí, azotándolo aún más fuerte. Haría cualquier cosa para evitar hacerle daño, pero a veces cuidar de él significaba asegurarse de que tampoco se hiciera daño a sí mismo.

—Lo siento. —jadeó Jungkook, y las palabras se convirtieron en un chillido agudo mientras me abalanzaba sobre él, azotándolo una y otra vez hasta que mi mano empezó a palpitar... hasta que sus salvajes golpes y pequeños gritos dieron paso a algo más tranquilo... hasta que por fin pude respirar sin querer localizar al hijo de puta que había estado planeando "romper" lo que debería haber atesorado, si Jungkook se lo había dado realmente, y partir en dos a ese pedazo de mierda sin valor—. Lo siento. —repitió Jungkook, una y otra vez, como si lo dijera en piloto automático.

Pero era yo quien lo sentía. Lo había dejado solo cuando debería haber sido más fuerte. Había huido cuando él me necesitaba.

—Lo siento. —susurró Jungkook de nuevo, derritiéndose contra mí. 

Ya lo había azotado antes. No muy a menudo, y sólo cuando lo necesitaba, pero reconocí sus palabras. Su cuerpo aún se sacudía con cada golpe, pero su respiración había empezado a calmarse. Había dejado de resistirse y se había rendido. Había aceptado que yo sabía lo que era mejor para él y que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para cuidarlo, y era hora de parar.

☙ 𝖒𝖞 𝖇𝖗𝖔𝖙𝖍𝖊𝖗'𝖘 𝖑𝖔𝖛𝖊 ❧ 『taekook 』❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora