Reglas del destino

Lo inesperado

Eran casi las 9 de la noche y todavía no había terminado de desempacar todas mis cosas, era estresante esto de la mudanza de verdad, no sé cómo hay personas que se mudan cada mes, de verdad que cansado es, por lo menos me distraía con la música de fondo, estaba sonando you and me de lifehouse por toda mi habitación, desde que llegamos de la casa de los bransón no he dejado de desempacar todas las cosas al igual que mi padre, aunque ha sido un poco divertido, porque podía ver lo estresado que se ponía papá por ordenar las cosas, es que era muy perfeccionista, digamos que ese era su defecto, siempre lo quería todo tal cual, desde que crecí me repetía la misma frase, "o lo haces bien o no lo haces", Salí de mi recuerdo cuando escuche el timbre de mi casa sonar, seguro era mi papá que había salido a comprar algo para cenar a una cafetería que estaba cerca y se había olvidado la llave, seria perfeccionista y todo pero era olvidadizo, yo saque eso de él, ambos éramos olvidadizos de primera

- Te has olvidado la llave, que sorpresa – dije cuando abrí la puerta, pero la sorpresa me la llevé yo, no era mi padre sino una persona que quería mantener a mil kilómetros de distancia – William que haces aquí?

- hola, puedo pasar, tengo que hablar contigo – y que quería hablar conmigo, de las razones de porque era patica, no gracias paso

- ya te dije que no tenemos nada de qué hablar, como te dije, no pierdas tu tiempo con esta patética – él suspiro ante mi comentario

- escucha Isa – dijo apartándome de la puerta, para entrar – yo no quise decir eso la verdad, lo siento mucho

- crees que con unas disculpas se arregla que hayas estado hablando de mi a mis espaldas sin conocerme – alce un poco la voz de lo irritada que estaba mientras cerraba la puerta – mira William, si le tengo miedo a las noches de lluvias y sé que suena raro, porque es raro, pero tiene un porque

- mira no te pido que me lo digas porque sé que no confías en mí, solo te estoy pidiendo disculpas, porque se admitir mis errores y sé que hablar mal de ti a tus espaldas sin haberte conocido primero está mal, es por eso que me disculpo y que empezamos de cero – sentía que era sincero, pero no podía confiar tan fácil, yo no era de confiar tan rápido en las personas

- escucha William, acepto tus disculpas, pero no creo que...- y me calle en el momento que mi padre entro por la puerta

- William que sorpresa, que haces aquí hijo – dijo mi padre un poco sorprendido

- hola, es que estaba por acá, ya que un amigo vive cerca y como mi papá dijo que iban a estar muy ocupados desempacando pensé que capaz iban a necesitar ayuda – un poco más y me quería reír por como sabia mentir

- ahh, gracias y si estamos muertos, nos falta ya muy poco, he podrían ir acomodando la biblioteca, mientras hago la cena

- no ibas a ir a la cafetería por ella – pregunte, ya que eso era lo que me dijo que iba hacer

- sí, pero cuando llegue estaba cerrada así que compre para prepararla yo mismo y de paso compre para la despensa – no podía evitar de ver la sonrisa de mi padre, sé que le hace muy bien estar acá y por eso me siento contenta – ustedes pueden acomodar la biblioteca, lo íbamos hacer Isa y yo, pero ya que estas acá William podrían ayudarnos con eso – de verdad no puedo tener más mala suerte

- claro, no hay problema, va hacer divertido – dijo él con un brillo en los ojos que no pude descifrar, algo que he aprendido de él es que en sus emociones nos las demuestra con la mirada como lo hacen las demás personas, por ejemplo, su hermana si refleja sus emociones al igual que sus padres, pero él no, es como algo misterioso y eso me estresaba porque no sabía que sentía

- bueno vallan, sé que entre los dos lo van a dejar muy lindo, a los les gusta leer, como cuando eran niños – eso me dejo sorprendida y no solo a mí, porque puedo ver que William miraba confundido