Miedo

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No pude dormir en todo lo que quedaba de la madrugada y pensar que Mía pudo haber pasado lo que yo me pone la piel de gallina, entiendo el comportamiento que tuvo William y Lucas, ellos la salvaron, un golpe en la puerta me distrajo

- hola puedo pasar – era Mía

- claro, ven – se le notaba un poco nerviosa

- pudiste dormir – me pregunto

- nada y tú – movió la cabeza indicándome que ella tampoco durmió – te puedo hacer una pregunta? – asentí – porque reaccionaste de ese modo cuando Caleb se te acerco – sabía que lo iba a notar, ayer me asuste tanto que le termine tirando toda la bebida y no podía respirar – sabes que puedes confiar en mi – era tan difícil hablar de ese tema, pero necesitaba a alguien que estuviera ahí, antes lo hacía mi madre, con ella hablaba de este tema – Isabella, a ti también te intentaron violar? – me pregunto

- no, a mi... - se me entrecortaba la voz, tome un respiro y lo dije – a mí no me intentaron violar, a mí me violaron – podía sentir como las lágrimas que iban cayendo por mis ojos – Mía me abrazo fuerte, necesitaba ese abrazo, me separe de ella y le conté todo, cuando fue, y todo lo que paso después, todas las pesadillas que tuve, las veces que no podía dormir, todas las medicinas que tome, en especial le conté porque mi trauma con los días de lluvia

- es por eso que le temes a los días de lluvia – asentí

- no es que le tema, sino que siempre que hay días de lluvia me lleva a ese momento y me paralizo, es algo que hasta ahorita no lo supero y no creo superarlo

- no es fácil, pero aquí me tienes, no estás sola, sé que tu madre te ayudo bastante y que la necesitas, pero .... – Mia guardo silencio al notar que su madre entraba con los ojos llorosos, oh no por favor que no haya escuchado nada

- Isabella – vino directamente hasta mí y me abrazo muy fuerte

- Mamá, nos estabas escuchando – le reclama Mía

- ven tú también acá – jala a su hija del brazo y también la abraza – son dos chicas muy fuertes – nos dice – las admiro demasiado, siendo pequeñas han vivido cosas traumáticas – nos dice secándose las lágrimas – Isabella, yo ya sabía lo que te había pasado, tu madre me lo había contado – mi madre se lo había contado – ella te amaba y siempre quiso protegerte, ella me lo conto porque no sabía qué hacer, te veía tan mal, que no podías dormir en las noches, que te levantabas gritando, ella sufría mucho y se desahogaba conmigo, antes de su muerte nosotras hablamos y me dijo que si algo le pasaba a ella que te protegiera como si fueras mi propia hija y te juro que lo voy hacer, te voy a proteger como lo hubiera hecho ella – cada vez que hablan de mi madre me pongo a llorar, su recuerdo sigue ahí, la extraño mucho y la necesito – las voy a proteger a ambas – nos da otro fuerte abrazo mientras las tres parecemos magdalenas llorando, tuve una sensación rara, el abrazo de Lucia Bransón era como si mi madre me estuviera abrazando – bueno ahora vamos a tomar desayuno, tu padre está por llegar, las va a llevar a ambas por sus cosas para la escuela así que prepárense

- yo tendría que ir a mi casa para cambiarme – dije

- yo te puedo prestar algo, somos casi de la misma talla – Mía es igual que su padre, nadie le puede decir que no, solo le sonreí y asentí

Literalmente demoramos medio hora alistarnos, mi padre ya había llegado y nos estaba esperando, mía llevaba un vestido de flores de color amarillo y yo llevaba un vestido azul con mis sandalias de ayer, bajamos y saludamos al padre de Mia, estaban también William y Lucas, ambos estaban serios y nose porque pero parecían preocupados, cuando ambos pusieron su mirada en nosotras cambiaron su expresión, podía notar como la mirada de Lucas cambia al ver a mía, ese chico gustaba de ella, bueno ambos se gustaban, nose porque mía decía que no sentía nada por él cuando estaba más que claro que si le gustaba pero bueno no me voy a meter en eso todavía

Reglas del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora