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El desagradable olor a cigarrillo llena el lugar combinándose con el ambiente pesado, agradezco mi estatura que me permite ver el panorama completo y contemplar a mi primo golpear a Chifuyu a unos metros más alejados de mí mientras son rodeados por más personas, la chaqueta blanca de Valhalla me hace pasar desapercibido junto a la mascarilla y el gorro color negro. Mis vista se paseaba desde cada rincón del lugar identificando distintos rostros y asegurándome de no olvidarlos. Tenía que ser cauteloso o se darían cuenta que hay un intruso en su reunión.
La cabellera rubia de Michi aparecen entre la multitud siguiendo a Kazutora hasta llegar al centro de todos, donde Keisuke seguía golpeando a un inconsciente Chifuyu. Siento mis muslos tensarse, lastimosamente no logro escuchar lo que dicen por culpa de la distancia pero cuando me doy cuenta que se habían olvidado de Chifuyu y concentrado en lo que Baji decía, decidí escabullirme con cautela hasta llegar al lado del rubio y con dificultad sacarlo de ahí fingiendo ser un integrante de Valhalla.
Misión cumplida, Keisuke.
Solo espero que Michi no tenga ningún problema, aún así avanzo por las calles de Shibuya sosteniendo a Chifuyu de manera nupcial entre mis brazos, luego de unos minutos llegamos a mi casa, agradecía el hecho de que mis padres no se encontraban, últimamente habían tenido discusiones y era estresante escucharlos gritarse.
Una vez dentro dejó a Chifuyu recostado en el sofá y busco el botiquín de primeros auxilios en el baño, con cuidado comienzo a curar sus heridas, paseando el paño con cautela sobre su blanquecina piel con raspones, el rostro sereno de Chifuyu me llama la atención y no puedo evitar quedarme mirando sus rasgos por más tiempo del debido. Luego de poner un parche sobre su ojo morado guardo todos los utensilios en el botiquín y con una frazada de felpa que había en el sofá tapo el cuerpo de Chifuyu, no tenía pensado despertarlo.
Vuelvo al baño donde comienzo a quitarme mis prendas impregnadas de humo de tabaco, las meto rápidamente en el canasto luego de hacerlas una bola y me adentró bajo la fría agua artificial de la ducha. Sí mis padres llegan a oler en mis prendas el tabaco seguro que me quitan la herencia. En menos de veinte minutos terminó de ducharme y con una toalla envolviendo mi cadera salgo del baño hasta llegar a mi habitación dónde me vestí rápidamente, aún con el cabello húmedo me dirigí nuevamente a la sala principal encontrándome a un Chifuyu mirando a todos lados.
