¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus orbes observaron el centro del lugar que era rodeado de hombres apostando, gritando el insultando, su vista se fijó por unos segundos en esos cuatro chicos que están a la orilla de todos observando de cerca cómo su amigo Takemichi peleaba contra un hombre más alto que él. Mientras que Kenichi estaba más alejado.
No sabía cómo había llegado ahí, solo que estaba comiendo dulces cuando gritos molestos interrumpen su tranquilidad, ahora tenía hambre.
Por unos segundos observa la pelea hasta su escuchar al tal Kiyomasa pedir un bate, arto del alboroto de acerca a su amigo sin fijarse en las miradas sobre él.
— Oi Michi, ¿Qué se supone que haces? — Llegó junto a él ignorando Kiyomasa quien le miraba furioso. — Si vas a golpear a alguien tienes que hacerlo bien, Michi.
A paso rápido de acerca al bravucón y golpea con el puño cerrado su rostro mandándolo directo al piso.
— Sí no procuras hacerlo bien te puedes dañar, ahora tendré que volver a curarte y escuchar tus quejas.
Se quejó, miro de reojo al tipo en el piso que pensaba levantarse, aunque fue imposible ya que el castaño piso su torso impidiéndole moverse mucho debido a la fuerza que ejercía.
— No te muevas.
— Kenichi n-no es necesario, estoy bien.— trato de atraer la atención del castaño, lográndolo el mas alto se aleja del tipo que estaba sobre el piso, acercándose al rubio que lo miraba nervioso, en el futuro no había sucedido nada de esto.
— Tienes sangre aquí, Michi.— se inclina levemente sacando un pañuelo de tela de uno de sus bolsillos, acercando su mano al rostro del rubio limpia el pequeño hilo de sangre que había en las comisuras de sus labios.
Un ruido sordo detrás de el lo desconcentra, girando su cuerpo busca sus ojos el cuerpo de Kiyomasa encontrándolo de pie con un bate en las manos a solo centímetros de su cuerpo.
