Camus él acosador [Camus x Milo]

Él Día Del Secuestro XD

Templo de Piscis

Afrodita: ¿Porque te escondes?, Milo se nota que Camus sé está muriendo por tí - dijo de brazos cruzados él santo de Piscis.

Milo: a mí me está dando miedo su comportamiento eh insinuaciones - dijo mientras veía con reproche al doceavo guardián.

Afrodita: hay... Milo lo único que puedo decirte es que tengas cuidado, Camus un día de estos va a drogarte y terminarte secuestrando - comentó mientras se daba la vuelta y se iba.

Milo: Vamos Afrodita, no creó que Camus este tan mal de la cabeza para hacer eso - respondió.

Afrodita: las personas cambian Milo. Cuando Camus sé de cuenta de que no puede hacer lo que quiere contigo por las buenas, va a terminar haciéndolo por las malas - dijo Piscis para seguidamente desaparecer de la vista de Escorpio que preocupado por lo que su compañero le decía, empezó a bajar los templos rápidamente.

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Tres meses después.

Templo de Escorpio..

Milo se encontraba sentado en las gradas de aquél templó, recordando que ya pasó cierto tiempo desde lo ocurrido con Camus, y esté pues... No dejaba de acosarlo desde entonces, ahora estaba viendo cómo Dohko barría las escaleras de la entrada a su casa hasta que escuchó ruidos, al principio no les tomó importancia y siguió con lo suyo, pero de pronto escuchó pasos.

Milo: hay... - volteó a ver pero nada así  que hacia siguió viendo hacia libra, pero los volvió a escuchar - hay, me siento inseguro - escuchó más pasos muy cerca de él - hay ya dejen de molestar ¿Quien está ahí? No es gracioso - dijo con un poco de miedo.

Aioria aparecío.

Aioria: ¿Que oh qué? - dijo viendo a Milo, tomó unas fotos en su celular y después escribió.

Aioria: estoy en casa de Milo, ya llegó - escribió y siguió caminando.

Milo estaba tan distraído viéndolo que no había notado que Camus estaba a su lado hasta que él habló.

Camus: Hola... - dijo a su lado.

Milo: ¡Ah!... - gritó, saco un gas pimienta en aerosol y se lo hecho en los ojos.

Camus: ¡Ay, ¿Que diablos te pasa?!, ¡Ay mis ojos, arden! - decía retorciendose del dolor en lo que Milo se alejaba.

Unos minutos después

Camus tenía los ojos rojos eh hinchados Por la irritación.

Milo: te-Te dije que no te me acercaras - le dijo desde él otro sillón.