––¿Hyunjin?––Se atrevió a llamarlo, recibiendo una pequeña mirada de su parte.––¿Pasa algo?
––¿Ya te vas?––Le preguntó. No como si lo estuviera echando, es más, como si no quisiera que se fuera.––¿O te vas a quedar?––¿Por qué de repente parecía que tal tono de voz le rogaba aquello?
––Yo...––Se acercó a él y puso su mano en el brazo del chico.––Si me dices que pasó, puedo quedarme un rato si quieres.
––No querrás escucharme, me sacarás en cara que solo me preocupo del dinero.––Se dió la vuelta y se dispuso a entrar a la casa.––Pero quiero que te quedes.
El corazón de Yang no podía calmarse, estaba que se le salía del pecho.
––Te escucharé si es que me quieres contar y callaré mis comentarios.––Dijo al acercarse hacia él.
Hyunjin lo tomó del brazo, entrando a la casa, en donde las personas que trabajaban ahí miraban la situación con curiosidad. Subieron hasta el tercer piso y al llegar a su habitación, cerró la puerta atrás suyo.
––¿No te has preguntado por qué no están mis padres?––Preguntó Hyunjin y el menor asintió.––Esta es mi casa, mis padres la compraron para mi.––Suspiró.––Decir eso sonó como si fuera un inútil, ¿No?.––Hizo una mueca, decepcionado de sí mismo.
Jeongin no dijo nada, solo lo miró mientras analizaba su expresión.
Nada, no expresaba nada.
––No importa, prosigue.––Jeongin dijo.
––Mi madre tiene un nuevo novio y mi padre tiene otras mansiones que mantener.––Suspiró y se acercó al menor, sentándose en la cama.––Mi padre me comunicó que pedirá el divorcio definitivo con mi madre en unos dias, y que por alguna razón no quería volver a verme.––Su labio temblaba.––¿Que hice yo? No lo entiendo.––Trataba con fuerza de sostener sus lágrimas.
Jeongin no podía reaccionar, sentía como si estuviera compartiendo el dolor de Hyunjin. Pero por alguna razón, sentía que él era el indicado de consolar y permanecer junto al mayor.
––No es tu culpa.––Con su mano temblorosa debido al nerviosismo, la posó en la mejilla del contrario.
––Yo quería quedarme con mi padre, pero ni siquiera pude escoger.––Apretó sus ojos.––Solo me queda despedir a los que trabajan acá y quedarme con la casa ya pagada. No puedo manterla.––Miró a Jeongin.––Sueno muy estúpido, ¿Verdad? Perdón por hacerte escuchar esto.
––No, No, Está bien.––Retiró su mano de su mejilla.––Si es lo que tienes que hacer, hazlo. Y-Yo te puedo ayudar en lo que quieras.
Hyunjin asintió en silencio mientras miraba el piso.
Yang se sentía dolido, tenía ganas de abrazarlo pero no podía por alguna razón, su cuerpo no se movía.
Pero se obligó a atraer el cuerpo del mayor hacia él, abrazándolo fuerte y ambos corazones chocaron en sus pechos.
––El dinero ya no es divertido.––Dijo al aferrarse a la espalda del menor y suspiró.
Jeongin se alejó del abrazo y agarró con ambas manos el rostro del mayor.
––Sé que quizás te caigo mal y todo lo que quieras, ¿Pero es mucho pedir que te quedes conmigo?––Sus ojos se pusieron rojos de tanto aguantar el llanto.––Yo-
Yang lo abrazó de vuelta, no dejando que siguiera hablando y simplemente consolando al chico mayor que tan debil se sentía entre sus brazos.
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Días después, era lunes de nuevo y Jeongin estuvo ayudando el fin de semana a Hyunjin a despedir a las personas que trabajaban en la mansión, debido a que su padre ya no financiaba aquello.
El mayor habló con su madre, la cual no quería hacerse responsable de él ya que decía que podía seguir viviendo en la mansión y que ella le enviaría dinero. Dinero que fue enviado y hasta Jeongin notó que no era el adecuado para vivir. Obviamente estaba por debajo de lo que Hyunjin recibía normalmente. ¿Por qué la mujer era asi de repente? No se iba a meter en problemas familiares, pero le preocupaba Hyunjin y su situación actual, quería que él estuviera bien.
En estos momentos odiaba el dinero más que nunca.
––Puedes aprender a hacer cosas por tu cuenta, así no gastas dinero en eso.––Sugirió Jeongin al caminar junto a Hyunjin por el gran patio de la escuela después de la primera clase.––Puedes lavar, cocinar, limpiar los platos, limpiar la casa, arreglar el jardín...
––Son demasiadas cosas.––Estiró su cabeza hacia atrás en forma de queja.––¿Haré todo eso solito?
Jeongin rodó los ojos.
––¿Con quien más?
––Contigo.
––Yo no vivo contigo.
––Entonces vive conmigo.
Jeongin soltó una risa sarcástica, de la cual luego se arrepintió al ver el rostro serio del mayor.
––¿Enserio?––El chico contrario asintió.––P-Pero... Yo no puedo, Hyunjin, vivo con mi mamá y mi hermano. Mi padre... No vive con nosotros, pero no creo que me deje.––Miró hacia el piso.
––¿Donde trabaja tu padre?
––En una empresa un poco lejos de aquí, por lo que él vive solo en una casa allá y nosotros nos quedamos acá porque me queda cerca la escuela.––Miró al mayor esta vez.––Si no fuera por esta escuela, estaríamos viviendo allá.
––¿Y tu madre quiere vivir acá o allá?––Preguntó curioso.
––Allá, así vería a mi padre todos los días y no tendría que hacer todas las cosas sola. Pero no quiere dejarme solo acá.
––Entonces...––Agarró al menor de ambos hombros.––¿Por qué no hablas con tu madre y le dices que vivirás conmigo? Así ellos se van a aquella casa y tu sigues yendo a la escuela hasta que se acabe el año y vuelvas con ellos.
Jeongin abrió la boca impresionado. No era mala idea, ¿Pero estaba seguro de vivir con él? Hyunjin tenía su estabilidad mental por el piso debido a todo lo que estaba pasando en su vida y de verdad quería ayudarlo. ¿Incluso, era el indicado para hacerlo? No lo sabía, pero por alguna razón tenía el presentimiento de que si.
––Voy a... hablarlo con ella.––Hizo una sonrisa, más parecida a una mueca.––¿Seguro que quieres vivir conmigo?
––Sip, así me ayudas a cambiar mi actitud y te puedo llegar a gustar.––Dijo de lo más calmado dándose la vuelta y caminando de vuelta a la institución.
––¿Ah?––Parpadeó repetitivamente.––¿Como dijiste?––Seguramente había escuchado mal.
