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La vida de novios se sentía mejor de lo que creía, pensaba Jeongin, al estar tirado en el sofá junto a su ahora novio y en su ahora casa. Por fin había sido capaz de pedirle a su madre permiso de vivir con Hyunjin, no fue difícil, lo cual lo impresionó.

Le contó lo mucho que le gustaba pasar tiempo con el mayor, y lo mucho que le gustaba en sí. Ella se sentía feliz de que su hijo encontrara una persona que amar y al conocer a Hwang, confirmó que era un buen chico para su hijo mayor. Se enteró de todo lo que había pasado el chico, saliendo de la propia boca de Hyunjin, el cual sintió confianza de hablar abiertamente con la mujer.

Asi que sin dudarlo y con una sonrisa, la mujer ayudó a Jeongin a empacar sus cosas en varias cajas para ser llevadas a su nuevo hogar. Ella tomaría la oportunidad que se dió de vivir con su esposo y su hijo menor en la otra casa que quedaba acerca del trabajo del hombre, dejando a Jeongin "a cargo"—Como había dicho de broma la mujer—De Hyunjin.

Ambos chicos habían estado viviendo casi un mes juntos. Durmiendo, levantándose, desayunando, almorzando y cenando juntos. Llevando una vida que les parecía maravillosa.

Hyunjin había dejado el problema del dinero atrás, consiguiendo un trabajo los fin de semanas y siendo ayudado por Jeongin, el cual siguió apoyando a su novio en todo lo que pudiera.

—¿Cerraste bien?—Preguntó Jeongin al ver al mayor cerrar con llave la puerta principal de la casa.

—Si.—Le brindó una pequeña sonrisa para después agarrarle de la mano y caminar por el pequeño jardin hasta salir de la casa.

—¿Todas las puertas?, ¿La de la cocina y el patio?—Jeongin se sentía un poco inseguro de la seguridad que tenía esta casa, ya que no tenía reja, pero el mayor le decía que estaba en un vecindario nunca habían robado.

—Si, Innie. No te preocupes.—Siguió caminando hasta que salieron del vecindario e iban camino a la escuela.

Las caminatas en la mañana eran tan frescas y reconfortantes, más si era en la compañía del uno con el otro. Así que se podía decir que nunca se levantaban con el pie izquierdo, ni enojados.

Y siempre llegaban a la hora a la institución, unos 10 minutos antes que tocaran el timbre de entrar definitivamente a clases.

—¡Buenos días!—Saludó Changbin junto a Felix al verlos caminando por uno de los pasillos.

—Buenos días a los novios.—Dijo Hyunjin sonriendo, mientras que el rubio se sonrojaba y el más bajito reía.

Porque si, ellos también estaban de novios, incluso antes que ellos pero no lo tenian bien definido.

—Buenos días a los esposos.—Dijo Changbin riendo, refiriéndose a que normalmente la gente cuando se casa se van a vivir juntos.—¿Como están?

—Bien, ¿Ustedes?—Jeongin habló.

—Bien.—Felix dijo y tocaron el timbre, sobresaltando a los adolescentes.––Pero si acabamos de llegar...

––El tiempo se pasa volando.––Changbin añadió y junto a los chicos caminaron hacia el salón.

Las clases se volvian cada vez más difíciles, pero entre todos se ayudaban a estudiar ya que cada uno era mejor en distintas asignaturas.

Sin dudas la hora de almorzar era la más esperada para todos, ya que cada día había un menú exquisito en la cafetería. Pero Hyunjin y Jeongin cocinaban en casa para ahorrar dinero, así que se ahorraban la fila y simplemente se sentaban mientras comian tranquilamente.

––¡Bua! ¿Por qué me queda tan delicioso el kimchimari guksu?––Preguntó Hyunjin mientras disfrutaba de los fideos que él mismo había preparado.––Que suerte de novio tienes.

––Yo también te ayudé.––Dijo Jeongin después de tragar.––Pero si, te queda muy rico.

Yang levantó ambas cejas, acordándose de algo, por lo que sacó de su bolso el jugo de frambuesa que también habia preparado.

Desde fuera de la burbuja de ambos chicos, adolescentes afflueza los miraban raro solo por no comprar la comida ahí mismo. Ellos ignoraban esas miradas.

––Mi jugo está más rico.––Agitó el vaso en donde lo traía y sirvió en ambos vasos de plástico.

––Está todo bueno, Jeongin. Somos unos chefs totales.––Dijo Hyunjin después de tomar unos sorbos del líquido y chocar los cinco.

Así era su rutina diaria, ya que no hacían mucho por la escuela. Tareas, pruebas y demás, pero cuando tenían tiempo libre, salían a pasear en el auto del mayor e iban a alguna playa o al lugar que se les antojara. A Jeongin le gustaba bastante viajar y conocer, así que Hyunjin lo llevaba a donde el menor quisiera, él era su chófer personal.

Hyunjin se dio cuenta que prefería el amor que el dinero, ya que es una cosa material que te hace feliz por el momento y se acaba rápidamente, al final te quedas solo. Pero el amor es una cosa que compartes con la otra persona y cuando amas, puedes decir que estás feliz de verdad. Y él estaba feliz con su vida, estaba feliz con Jeongin.

Fin.

money ain't it funny ; hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora