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Se acercaba la navidad en la ciudad de Venecia. Las calles se llenaron de luces de colores, familias felices que cantaban villancicos en las casas, nieve que llenaba todo el suelo...y una pequeña niña que destacaba del resto.

Ella se veía triste, su ropa estaba sucia, tenía un pelo rubio alborotado y se abrazaba así misma para intentar darse calor. Si, esa era la menor de los Gambino.

Desde que su hermano le echó de casa hace unos meses, no había encontrado un hogar en el que quedarse salvo los callejones. Iba de día buscando algo que llevarse a la boca, muchas veces sin éxito. Hoy era uno de esos días.

Miraba a niños de su misma edad con sus padres y hermanos riendo y siendo felices. Su corazón se encogía cada vez que recordaba aquel día en el que perdió a toda su familia por su culpa.

Se metió en un callejón que parecía vacío y se sentó en una esquina apartando la nieve que había en ella poniendo la cabeza entre sus piernas. Cuando estaba cogiendo el sueño, escuchó unas pisadas en la nieve muy cerca de ella. Levantó su cabeza hacia el ruido.

- Vaya vaya, mira que niña tan guapa tenemos aquí -Sonrió con lujuria-

- ¿Cuántos añitos tienes princesa?-Dijo el otro hombre-

Alessia se mantuvo firme o eso intentó cuando vió sus piernas temblar. Dos hombres de unos 40 años se iban acercando cada vez más a ella con unas intenciones que ella notó al instante, ya que no era la primera vez que le pasaba por desgracia.

Se mantuvo callada y fue acercándose más a ellos. Cuando vió como se agachaban para cogerla, sacó su navaja y les hizo un corte en la garganta a cada uno, haciendo que se desangraran en el suelo poco a poco.

Limpió la navaja en su camiseta. Miró los cuerpos de ambos chicos junto a la nieve de color rojizo de su alrededor y se le escapó una risa. Notó como otra persona se acercó entre las sombras y empuñó el arma hacia el.

- Eso fué impresionante, ¿Donde aprendiste a hacerlo? -Se cruzó de brazos-

Alzó sus hombros y guardó el arma. Llevaba sin hablar con alguien desde que dijo "Ti amo, papà" hace unos meses. Le había roto tanto, que nunca más le salieron las palabras.

- Por cierto me llamo Jacob, Jacob Smith. Si no quieres decirme tu nombre, lo dejaremos para más tarde, ¿Te parece bien?

Alessia asintió tímida pero sonriente. El hombre se acercó un poco más, agachándose a su altura.

- Pronto vendrá la policía y..no creo que te guste el sitio al que te llevarán -Suspiró- Tienes un gran potencial, no tienes donde ir y yo necesito compañía. Yo soy de Los Santos, Estados Unidos. Si te vienes conmigo, haré de ti una mujer más fuerte y valiente de lo que eres.

La pequeña negó repetidas veces y volvió a la esquina. Tenía la esperanza de que algún día viniera su hermano a buscarla y volviera a casa.

- Mira te daré comida, una casa, tendrás muchos amigos, te enseñaré a utilizar esa navaja...todo lo que tu quieras. Tu eliges peque -Sonrió dándole confianza-

Se lo pensó un buen rato. Esas esperanzas cada vez eran más pequeñas y si se quedaba allí, la policía la atraparía y a saber donde la llevarían viniendo de la familia de la que viene.

Se levantó de su sitio, se acercó de nuevo al hombre y le sonrió como afirmación. Jacob sonrió y chocó el puño con ella. La cogió de la mano y salieron corriendo de allí cuando empezaron a oir las sirenas policiales.

(...)

Jacob llegó corriendo junto a la pequeña a una casa que había alquilado para esos días. Encendió la luz y fué a la sala principal sin soltar su mano. Allí encontró a sus hombres, que no daban crédito a lo que veían.

- ¿Algo que contarnos jefe? -Alzó una ceja el de rastas-

- La he encontrado dando una vuelta por la calle. Ha degollado a dos tíos con una navaja sin temblarle el pulso lo más mínimo -Acarició su cabeza- Está como en...shock.

- ¿Lo hizo ella sola de verdad?-El asintió-

- Puede ser peligroso, ¿Y si es una trampa de una de las mafias de aquí? -Dijo esta vez Cebralín-

Alessia alzó su cabeza y negó rápidamente abrazándose al brazo del mayor. No tenía miedo pero tampoco quería que la mataran ahora que había conseguido una vida.

Jacob se agachó apoyandola en su pecho y acariciando su espalda, cosa que la tranquilizó

- Te digo que la encontré en la calle sola y mira como está. Si fuera de una mafia no tendría este aspecto. Además, salvo Nadando y Gringo, el resto llevais aquí unos meses así que cerrad el pico que aquí mando yo.

Nadando y Gringo eran como sus manos derecha e izquierda. Les conocía desde hace años. En cambio, Cebralín, Evo, Culebra, Lamar y Diablo, llevaban solo medio año con ellos. Tenían entre 15-18 años así que los tres eran como sus padres.

Jacob era el más mayor con 28 años, mientras que Armando y John tenían 21. En realidad eran muy jovenes para formar una mafia, o eso decía la gente, pero en el fondo sabían que llegarían lejos.

- ¿Y cómo te llamas princesa? -Dijo Lamar sonriendo tiernamente-

- No me lo ha dicho. De hecho no ha pronunciado palabra aún -Jacob suspiró-

- Está chido eso si -Contestó Diablo-

- Panda de insensibles... -Nadando se acercó a la niña y la cogió en brazos- Voy a darle algo de ropa Jacob.

El mencionado asintió con una sonrisa ladina. Nadando subió a su habitación y la dejó sentada en su cama.

- Se que querrías estar en una habitación sola, sin que nadie te molestara pero...no quedan habitaciones libres y prefiero que te quedes conmigo antes que con esa gente -Rió levemente- Ahí tienes el baño y..-Le dió una sudadera- algo que ponerte después. Es lo más pequeño que tengo, mañana te compro ropa.

Alessia sonrió tímida y se metió en el baño. Se quitó la ropa sucia y rota que llevaba desde hacía meses, y se metió en la ducha.

Salió de la misma con un aspecto totalmente diferente, como si no hubiera estado hace unas horas tirada en la calle. Se puso la sudadera, la cual con su tamaño parecía un vestido, y salió de allí.

Armando estaba tumbado en la cama y se giró al escuchar la puerta.

- Wow, estás guapísima...

- A-Alessia -Dijo tímida-

- Y tu nombre es muy bonito Alessia -Sonrió- Yo soy Nadando pero llámame Armando.

La pequeña asintió feliz. Se acercó a el lentamente y se tumbó encima de su cuerpo abrazándole.

- "Grazie..."...-Susurró-

Armando abrió sus ojos al escucharla pero sonrió como un niño y la abrazó para darle calor. Sintió como su corazón se partía en pedazos al ver como una niña tan risueña, se abrazaba a un desconocido buscando cariño.

No sabía por lo que había tenido que pasar pero iba a cuidar de ella junto a Jacob aunque fuese lo último que hiciera.

Alessia se quedó dormida en los brazos de la persona que marcaría su vida en un futuro.

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Es que necesitabais saber como empezó todo y aquí lo teneis porfín. Algún día escribiré la escena de cuando la echaron de su casa y entendereis la frase que dijo Conway al morir.

Hasta entonces, espero que os haya gustado y que apoyeis mucho mucho <3

𝑭𝒂𝒎𝒊𝒈𝒍𝒊𝒂 (𝑴𝒂𝒓𝒃𝒆𝒍𝒍𝒂 𝑽𝒊𝒄𝒆)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora