𝑭𝒂𝒎𝒊𝒈𝒍𝒊𝒂 (𝑴𝒂𝒓𝒃𝒆𝒍𝒍𝒂 𝑽𝒊𝒄𝒆)

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La rubia daba vueltas a su anillo mientras recordaba aquel día. Por un momento sintió ese abrazo de su pareja, el que le hizo sentirse querida por primera vez en mucho tiempo.

- Te amaré por el resto de mis días te lo prometo...-Susurró mirando al cielo-

Estaba tumbada en la orilla del mar, un lugar en el que siempre encontraba la paz que necesitaba. El ruido del mar y los pájaros se juntaba con el tono de llamada de su teléfono.

No dejaba de sonar una y otra vez con el mismo nombre en la pantalla, así que ya dejó de mirar. Volvió a sonar pero esta vez si miró la pantalla.

Su ceño se frunció al ver que el prefijo no era de España, sino de Estados Unidos. Un número demasiado largo como para ser de un civil. Decidió cogerlo para reirse un rato y despejar su mente.

- "Buon pomeriggio" (Buenas tardes) -Contestó aguantando la risa pensando en la reacción del otro lado de la línea-

- Sigo sin entenderla jefa, lo siento...Pero...me alegro de que mis conocimientos de hackeo no se fueran con las pastillas -Sonrió orgulloso-

Alessia se levantó como un vampiro de su ataud y abrió los ojos como platos. Por poco no se le cae el móvil de la mano pero intentó mantener la compostura.

- ¿G-Gustabin?

- Veo que las costumbres no cambian -Rió levemente- ¿Cómo está?

- No estoy en un buen momento pero...me alegro de oir tu voz Gustabin..

- Ya..es que acabo de salir del psiquiátrico. No pude llamarla antes...-Suspiró-

- ¿Del psiquiátrico?-Dijo extrañada-

- Si. Al entrar en el FBI con mi hermano Pogo hizo de las suyas y Michelle me envió allí. Salí hace una semana y bueno hasta hoy no me dejaron encender la televisión. Vi lo de la mafia...Lo siento jefa..

- Cariño ya no soy jefa de nada ni nadie, llámame Alessia si quieres -Sonrió triste- y me puedes tute...

- Nono -La cortó- Usted será mi jefa mientras nosotros y los de la carcel sigamos vivos. The Union seguirá en pie por los que ya no están. Nunca la vi rendirse, no lo haga ahora -Dijo firme-

Alessia miró varias veces la pantalla de su móvil para asegurarse de que era Gustabo. Aquel pequeño chico que nunca se atrevía a decir nada, ¿Estaba dándole una lección?

En el fondo tenía razón. Tenía que seguir con el legado que le dejó Jacob en su día antes de morir y cumplir su promesa.

- ¿Sabes? Tienes razón Gustabo.

- Bueno me tengo que ir antes de que venga Horacio. Solo quería decirla eso y...me alegro de que haya encontrado a sus hermanos y sea feliz porfín.

- Te prometo que iré a buscarte. Cuídate mucho pequeño...y gracias -Sonrió-

Ambos colgaron. Dejó su movil en la arena y volvió a mirar al cielo de nuevo. Era extraño pero notaba como, los que fueron sus compañeros, estaban mirándola con orgullo.

Les echaba mucho de menos pero no podía rendirse y mucho menos ahora.

Una voz que conocía a la perfección la sacó de sus pensamientos.

- ¿Intentando escapar de nuevo?

- Tomando el aire para relajarme.

- Después de lo que te pasó no puedes hacer esfuerzos -Se cruzó de brazos mirando su espalda-