EXTRA 2: Agrandando la familia (parte 1)

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Jimin


La insistencia por parte de mis esposos con el asunto de concebir un nuevo bebé llegó a un punto donde se volvió una especie de desafío entre ellos por ver quién me llevaba a la cama primero.

Desde que comenzaba la mañana hasta bien entrada la noche, los dos hacían cosas a propósito con tal de seducirme y tentarme a tener relaciones. Andar semi desnudos la mayor parte del tiempo haciendo notar lo fuertes que estaban; rozarme "accidentalmente" al pasar; dedicarme miradas cargadas de deseo que calentarían a cualquiera; hasta un intento de soborno con Snickers. Esto se estaba saliendo de control, y si no nos agarrábamos un día y teníamos un revolcón potente, sucio y profundo, la tensión sexual explotaría en nuestras caras.

Por eso decidí ceder, dejar de hacerme el difícil porque ya les había hecho sufrir lo suficiente. Y qué mejor que hacerlo durante la noche de nuestro aniversario.

Los tres quedamos en que haríamos una cena tranquila en casa, nada demasiado elaborado, aunque sí más íntima.

Agradecía que la madre de Jungkook, decidida a ayudarme cuando le conté que su hijo se comportaba como un semental con ganas de procrear, se hubiera ofrecido voluntaria a cuidar de Mintae y Jungmin por dos días. Sospechaba que habría conversado con Kook al respecto, pues se mostró demasiado complaciente cuando empecé a hablar sobre sus nietos.

"Me encantaría tener a los mellizos aquí durante un fin de semana. No sabes cuánto los extrañamos... Además, Jungmin dijo que le gusta venir aquí porque se distrae jugando a la pelota con los chicos del barrio y a Mintae ya le preparamos un cuarto con papeles y pinturas para que pueda hacer dibujos a gusto". Sí, algo parecido había dicho.

Así que me encargué de llevarle ambos paquetitos por lo que quedaba del fin de semana. Fueron bien recibidos y, a modo de despedida, me gané un "espero que lo pasen bien y puedan darme más nietitos que cuidar".

Claro que sí, señora Jeon. Teniendo dos hombres en casa con las hormonas a flor de piel, no me quedaba de otra.

Y pues bueno, manejaba la información de que mis adorados esposos saldrían del trabajo más o menos a la misma hora, lo que me dejaba tiempo suficiente como para elucubrar los últimos detalles de mi plan maestro.

Por la tarde, tras dejar a los mellis y mientras ejercía como personal shopper para mi muy estimada Chungha, di con una tienda famosa por su lencería de calidad a precios astronómicos. Vi un precioso conjunto en la vidriera que me flechó y, como un tonto enamorado que no es capaz de ver las consecuencias de sus actos, terminé entrando a un probador para ver qué tal me quedaba.

Tras el embarazo, la relación con mi cuerpo se convirtió en una montaña rusa de sentimientos. Había veces en que me aceptaba, con rollos salidos, estrías y todo, pero había otras en que no soportaba verme en el espejo porque me daba asco.

Jungkook y Taehyung decían estar encantados con cada porción de mí, alegando que el hecho de que mi cuerpo haya albergado a sus hijos lo volvía un templo adictivo al cual deseaban rendirle tributo de maneras pecaminosas, no aptas para menores. Podía notar el brillo que titilaba en sus miradas cuando paseaban sus ojos hambrientos sobre mí; sabía que el deseo estaba ahí, firme, como desde el primer día. La chispa jamás se apagó, sino que supo incrementar la llama.

Haciendo el esfuerzo por ellos, traté de no dejar que mi forma fuera un motivo para ocultarme. La ropa era ropa, y el objetivo de la lencería era lucir a quien la portara.

Tomando coraje y cerciorándome de que la tela blanca de encaje se adhería perfectamente a mi cuerpo, a pesar de que gané un par de kilitos que no pude eliminar, le tendí la tarjeta con mi nombre a la encargada, para que el pago fuera en cómodas cuotas que mi humilde bolsillo de padre trabajador pudiera pagar. Lo que uno hacía con tal de tener una noche bonita...

A baby for Minnie ║ Kookmin/VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora