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Estoy en medio de una situacion complicada, siempre es así conmigo, a mi todo me pasa.

Mi nombre es Eda Yildiz y ahora quisiera que se abriera la tierra y me tragara.

Estoy en una gala benéfica junto a mi  familia y una situacion engorrosa e inesperada me hace poner en pie como un resorte como si hubieran puesto alfileres en mi trasero.

Cenk, mi novio y amigo desde hace unos 3 años está arrodillado ante mi con un anillo recitando un grupo de palabras que se notan que son una recopilación de las mejores pedidas que aparecen en Internet.

En lo que estoy allí ni siquiera logró ponerle sentido a lo que dice y solo trato de prepararme para el momento de la respuesta. Miro las caras de mi acompañantes, Melo mi amiga y celestina sin control tiene la cara de pastel de cumpleaños, toda feliz. Fifi mi oscura y sofisticada amiga y socia me mira con caras de " Si aceptas te dejaré en la quiebra". Ceren mi otra amiga y abogada sólo me ve con cara de que ya tiene preparado los papeles del divorcio y mi madre Ayfer, pues ella fiel admiradora del susodicho se le veía que sólo quisiera escuchar el Evet para pararse a gritar.

Yo, pues yo no se si quería pasar mi vida con Cenk, no quería hacerlo pasar vergüenza ante tanta gente pero si decía que sí para luego rechazarlo en privado sería peor el golpe.

" Oh Dios, Eda piensa has algo, ¿ me desmayo? Si eso es una buena idea, me quedaré dormida. Eso es!! Vamos Eda hazlo creíble, tu puedes"

Cuando estaba ralentizando mi respiración para parecer creíble y a punto de armar mi teatro veo como en la mesa de al lado una señora cae desplomada al piso, por segundos pienso que me salvaron del suelo cosa que sabia que estaba mal pensar pero mi línea de pensamiento se desploma cuando veo que es mi abuela la que está en el suelo.

- Abuelaaaa!!!!- grite desperada a su encuentro dejando a Cenk con la rodilla en el césped.

Aparte a todos de su alrededor incluyendo a su nuera y odioso nieto. Tomé su pulso, mire su presión arterial y sentí como todos se volvían locos llamando ambulancias. Algo no andaba bien pero sólo yo me di cuenta.

Cuando llegaron los paramédicos a recojer la dijeron que sólo podía ir una persona con ella y fue ahí como se suscitó una batalla campal entre yo y su nieto pero gané, otra vez, como siempre y a él no le quedo más remedio que seguirnos en su coche hasta el hospital.

Cuando llegamos allí llevaron a mi abuela a un cubículo en lo que un médico la atendía y su amado nieto veía los papeles de admisión.

Seguía dormida y no le había vuelto el "conocimiento".

- Eh tomado clases de primeros auxilios para ayudarte y no quedarme de brazos cruzados si te llegará a pasar algo porque no lo soportaría y eh sido lo suficiente buena alumna para saber que estas más que despierta y que no te ha bajado ni siquiera la tensión- dije sin quitarle la vista a la anciana frente a mi quien al escuchar mis palabras empezó a abrir un ojo con cautela y al notar nuestra soledad en el cubículo abrió los dos ojos y se incorporó como una vela.

- Hola Edacim- dijo risueña.

- Abuela, casi me matas de un infarto porque hiciste eso- la regañe.

- De un infarto casi muero yo cuando vi a ese espantapájaros de rodillas, tuve que actuar- replicó cruzandose de brazos. Ella no sabía que yo iba a hacer lo mismo.

- Abuela por favor, ya hemos hablado de eso.

- Si, hemos hablado y te eh dicho que no entiendo como una joven tan bella como tu sigue con ese energúmeno, tu te mereces mas- afirmó con seguridad.

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