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Serkan ya estaba listo para ir a trabajar y se dio cuenta que Eda aún no bajaba a desayunar. Subió a su cuarto y tocó en varias ocasiones sin obtener respuesta.

- Eda voy a entrar- anunció el pelirrojo.

Al no obtener aprobación pero tampco rechazo decidió abrir ya que estaba preocupado. Fue entonces cuando vio a Eda que aún dormía profundamente.

- Eda, Eda es tarde, despierta- le dijo suavemente y la castaña comienza abrir sus ojos y a dedicarle una bella sonrisa que era normal ya que aún con los ojos abiertos seguía dormida hasta que...

- ¿ Que rayos haces aqui? Serkan?- gritó Eda sentándose en la cama en un impulso rápido.

- Vine a despertarte, son casi las nueve de la mañana y tu sigues durmiendo- le explicó Serkan.

Eda quizo protestar pero una fuerte ola de náuseas la golpeó y tuvo que irse corriendo hacia el baño y Serkan corrió detrás de ella.

Eda le insistía que se fuera pero el se negó rotundamente.

- No me iré Eda, me quedaré aquí hasta que termines- dijo Serkan que se agachó a su lado y recogió su largo cabello en una coleta y comenzó a pasarle la mano por la espalda esperando a que encontrará algún alivio en su gesto.

En unos 10 minutos Eda se puso en pie con la ayuda de Serkan. Se lavo los dientes su atenta mirada y luego este la acompaño de nuevo a la cama.

- Serkan debo ir a trabajar - dijo Eda.

- Debes descansar, Eda se te cierran los ojos lo estoy viendo- la regaño Serkan.

- Si sigo así me pasaré durmiendo los días Serkan y tengo que trabajar- argumento Eda tratando de pararse pero sin tener éxito.

- No importa que pases durmiendo todo el tiempo, debes descansar, ven- le dijo Serkan mientras la acostaba en la cama y volvía a taparle con su edredón.

- Te vas a trabajar?- le pregunto Eda casi dormida cuando lo vio salir de la habitación.

- No, me quitaré el traje, no iré. Cualquier cosa me llamas estaré cerca- le contestó Serkan a una Eda ya dormida.

Serkan se cambio, se puso algo para estar en la casa y fue a preparar una ensalada de frutas a Eda con Granada, frutos rojos y secos para que comiera cuando se levantará.

Llamo a Leyla a la oficina y le dijo que cancelara todos los compromisos que él y Eda tuvieran para ese día pues no  irían a trabajar.

Serkan no es de dejar de trabajar de hecho trataría de mirar algunos planos en la casa, pero desde que habían descubierto el embarazo era la primera vez que Eda se veía tan cansada y frágil.

Al rato se despertó Eda y Serkan estaba en la sala de estar trabajando.

- Serkan!- dijo Eda bajando las escaleras con un puchero y tragandose un sollozo.

- Eda que pasa? Te sientes mal?- le preguntó Serkan preocupado corriendo hacia donde estaba ella.

- Tengo hambre- dijo Eda luchando contra los deseos de llorar.

- Eda yo sé que eres una malcriada pero este embarazo te está volviendo tonta además - dijo Serkan riendo bajo una mirada asesina de la castaña.

Serkan le dio lo que ya le tenía preparado y Eda lo comía como si alguien le fuera a quitar el plato, él sólo la miraba.

En eso sintieron sonar el timbre, no sabían quien podría ser. Serkan fue a ver para notar la presencia de la persona que era la responsable de que ellos vivieran en esa casa en primer lugar: La abuela.

AslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora