Capitulo 12

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Connor

Suelto un quejido, la luz se cuela por la ventana de mi habitación, cuando por fin logro abrir los ojos me arrepiento de inmediato, siento como si un camión me hubiese pasado encima.

La cabeza me da vueltas y unas terribles ganas de vomitar me inundan, salgo de la cama de un salto y me apresuró a entrar al baño, vacío todo el contenido de mi estómago, con cada arcada un líquido espeso y asqueroso sale de mi boca haciendo que una pulsada de dolor se instale en mi cabeza y estómago, odio vomitar. Me veo como la mierda...me siento como la mierda.

Mi cabello es un desastre, se ve como un chicle masticado y tirado al piso para después ser pisado, mi cara parece la de un muerto que acaba de revivir después de miles de años, mis ojos están hinchados y con ojeras adornandolos, mi cuerpo se ve pegajosos y sudado aún con un clima tan frío que podría congelarte sin mucho esfuerzo...y entonces lo veo, pequeñas marcas rojizas que no tardarán en tornarse de un color más oscuro y notorio, creo que anoche me divertí de muchas maneras.

Me meto a la ducha, el agua me recorre haciendo que mi dolor de cabeza disminuya y la sensación de suciedad en mis cuerpo desaparezca poco a poco, hago lo mejor que puedo para volver mi pelo decente y salgo del baño sin prisa, el abdomen me duele.

Suelto un suspiro cansado y decido tomar lo primero que veo en mi armario, cuando estoy por ponerme mis bóxer’s una punzada hace que me detenga en seco, malditamente me duele el trasero. Intento levantar mi pierna para ponerme mi ropa interior nuevamente pero es como si me desgarrara con un mínimo movimiento.

Intento no ponerme nervioso pero entonces algo llama mi atención, me acercó a esa pequeña basura en el piso al otro extremo de mi cama, es un condón...un maldito condón, el cual de ninguna manera es mío, el envoltorio a poca distancia me lo confirma...yo no uso esa marca...ejem, ni talla. No es que mi pene sea pequeño, es el tamaño promedio pero esa cosa es una talla más grande que la mía, debería ser centímetros más grande que el mío. Y como si fuera poco el dolor en mi trasero no hace más que preocuparme.

¿Qué mierda paso anoche?.

Intento recordar, recuerdo haber llegado a casa de Ricky junto a Trevor, recuerdo estar platicando con los chicos del equipo, el chisme del año, las risas, recuerdo tomar uno y otro tragó, luego...luego fui hacia los arbustos sí, para ese punto yo estaba más perdido que nada y vomité pero...había alguien.

Recuerdo que alguien maldijo cuando vomité encima de el, no fue mi culpa y le eche la bronca por estar escondido en los arbustos, el río después, parecía igual o más borracho que yo porque dijo que salió a hablar con sus amigos los arbustos. Me trajo a casa en mi auto, no recuerdo haberle dicho mi dirección así que me conoce o eso quiero creer, nos fuimos a mi habitación entre risas pero... en algún momento me besó, recuerdo pensar que tenía unos brazos fuertes y hermosos ojos, recuerdo estar entre sus brazos, sus caricias y el sabor de sus labios.

Recuerdo el sonido de nuestras respiraciónes, la sensación de ardor en mi pecho y entrepierna, el hambre voraz que este me provocaba, el sonido de sus gemidos y gruñidos, su tacto delicado pero posesivo, yo lo lleve más allá, le quite la ropa primero y me despoje de la mía...entonces también recuerdo el dolor y las lágrimas que solté cuando paso...cuando entro en mí. ¡Por dios! ¿Que había hecho?.

No me detuve, le pedí que no parará, era un sensación de dolor y placer que nunca había sentido, nunca me había sentido tan bien y mal a la vez. Me sonroje de los pies a la cabeza, no podía ser cierto, me acosté con un hombre, con alguien que no se si conozco, con alguien que no puedo recordar del todo y aún así al parecer lo disfruté, al menos lo suficiente como para permitir que las cosas llegarán tan lejos, como para permitir que hiciera de mi un desastre sin importarme lo que pasaría después.

EnemigoviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora