Emma
Habían pasado cuatro días desde que Owen me había dicho aquellas crueles palabras, quisiera mentir, mentirme a mi misma, hacer como si nada pasara, verme al espejo como siempre pero no podía dejar de pensar en ello. Me cuestionaba si lucía bien, si la ropa combinaba, si mi cuerpo lucía, si necesitaba más o menos maquillaje, si estaba engordando, me había hundido en un montón de inseguridades.
Evitaba a Jean, no habíamos hablado desde el domingo, me enviaba mensajes que no respondía, en las clases me sentaba al otro extremo de él y huía en cuanto tenía la oportunidad, me encerraba en los baños, en el cuarto del conserje, que por cierto era mi amigo ahora, si, hasta este punto de pena había llegado para agradarle a un conserje malhumorado y con ganas de matar a cualquier adolescente que se le atravesará, fuera de ello Juan podía llegar a ser muy agradable.
Además usaba a Ricky de excusa para evitar a las chismosas de mis amigas diciendo que estábamos avanzando el proyecto y por eso no tenía tiempo, lo cual no era mentira, Ricky no tenía nada que hacer hasta que Gwen regresará así que no había objetado a que yo lo metiera como respaldo aunque me juzgaba con la mirada. Trevor y mi hermano no habían intervenido porque estaban raros desde hace un tiempo y apenas ponían atención a su alrededor.
-Al fin terminamos-Exclamo emocionado Ricky levantándose del suelo de mi habitación.
-Mañana podemos entregar el trabajo al maestro para que nos diga si está bien hecho, todavía tenemos otra semana para la fecha de entrega así que no creo que haya problema.
-Seguro, ¿tu lo llevas?.
-Si, ¿Quieres comer?.
-Muero de hambre pero tú no sabes cocinar-Me miro con el ceño fruncido-Connor lo menciona muy seguido, bueno siempre estás quemando la cocina de tu casa.
-Solo fue una vez-Exclamo ofendida a lo que él sonríe burlón.
-Pues así se quedará porque yo valoro mucho mi vida, ¿Encargó pizza o comida china?.
-Pizza hawaiana.
Bajamos veinte minutos después con el estómago rugiendo y apunto de comernos al repartidor de pizza, Ricky casi le arrebata la pizza de las manos al pobre. Pague con una sonrisa de disculpa mientras el castaño devoraba su segundo pedazo. Sonrió cuando llegó una notificación en su celular, seguramente de Gwen.
—Oye,¿Tú y Jean están peleados?—Dijo al despegar su vista de este, yo negué—¿Entonces por qué lo evitas?...y antes de que digas que no es cierto, no estoy ciego y se perfectamente que me usas para evitarlo.
—ugh...es complicado—Dije sin saber si era buena idea contárselo o no.
—Solo tú lo vuelves complicado Emma, te conozco, se que cuando algo se te mete a la cabeza piensas demasiado en ello y te terminas complicando cuando la solución es más fácil de lo que crees—Sonrio y yo lo mire sin saber que decir, Ricky podía parecer tonto aunque todo el mundo sabía que no era así, por algo siempre había sido uno de los promedios más altos de la preparatoria.
—De acuerdo...pero no puedes decirle a nadie esto—El asintió y yo suspiré antes de empezar a contarle todo lo que había pasado con Owen y como eso no dejaba de afectarme y hacerme sentir insegura.
—Que imbécil—Solto molesto—Eso no es cierto Emma, tú eres genial y tus amigas también a su manera, cada quien es diferente y puede que a algunos chicos les gusten las chicas con seguridad como Lia o las mírame y te mato como Patricia—Fingio un escalofrío cuando menciono a la rubia—pero también habrá chicos a los que les gusten chicas torpes como tú—Carcajeo—Y lo digo enserio, que no se te acerquen no significa que no les gustes creeme, puedo contarte todos los pretendientes que tienes y no me lo creerías.
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Enemigovios
Teen FictionEmma tiene un problema, no, en realidad toda su vida es problemática. Aunque está vez el destinó o cualquier fuerza mayor que este contra ella se ha pasado de la raya. Todo empieza con ella siendo rechazada por el mejor amigo de su hermano y no, si...