Se dice que hace seis años, el anticristo bajó a la tierra y desató un caos peor del que ya había. Se dice que es producto del amor prohibido entre un Ángel y un Demonio que no midieron las consecuencias de sus actos, terminando por fugarse a la tie...
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[Martes 15 de enero de 2036. El Castillo del Infierno.]
Quizás para muchos ese martes de enero de dos mil treinta y seis era un día como cualquier otro, pero para el infierno, y próximamente la tierra y el cielo, no lo era. Porque ese día, por error, el anticristo desató el apocalipsis liberando del libro a los Sietes Serafines Legendarios que cayeron en la oscuridad y buscaron la extinción.
El libro brilló antinaturalmente, sus hojas se agitaron con rapidez como si alguien las pasara y el suelo tembló. Por el miedo, Gahyeon corrió a abrazar a su papi, mientras Taehyun y Yoobin se ocultaban tras Hoseok. Ambos retrocedieron manteniendo a los niños con ellos, viendo el libro enloquecido brillar y moverse. Eso ya no era bueno. Para nada bueno.
El temblor atrajo a los demás que buscaban a Gahyeon al invernadero. Para cuando ellos llegaron, del libro comenzaron a salir siete sombras que rápidamente tomaron la figura y trajes oscuros. Su sola presencia parecía irradiar poder.
Uno de ellos, que tenía el cabello largo y blanco, los miró con sus brillantes ojos rojos a todos. Lucifer se colocó frente a todos tras ver cómo los analizaba.
- Teniendo en cuenta cómo te pones frente a ellos, debes saber quiénes somos- dijo aquel tipo.
- No se olvida con facilidad a los Siete Serafines Legendarios- respondió Lucifer, Lilith hizo que sus hijos, nietos y yernos retrocedieran para ponerse detrás de Lucifer- Fueron muy famoso en su tiempo, Satanás.
Satanás sonrió observándolo para luego mirar a través de las ventanas.
- Este no es el cielo... y tampoco parece ser la tierra.
- Es el infierno, mi mundo- dijo mirándolo, Satanás lo observó curioso- me llamo Lucifer.
- Lucifer... sí, te recuerdo cuando eras un crio. Tus padres eran Principiados, de la tercera jerarquía. Ellos eran justos, leales a... Él. Me sorprende que tengas tu propio mundo, no pensé que Dios aceptara estas cosas.
Todos notaron el tono despectivo con el que se refería a Dios, parecía odiarlo hasta la médula.
- No lo aceptó por las buenas, pero era esto o ver morir a los suyos- Satanás asintió mirando a la gente que estaba detrás de Lucifer.
- No detecto más de tres auras celestiales... y son débiles. Buena cantidad de Demonios puros tienes aquí- analizó.
- Sobre todo la que está detrás de ti- dijo uno de cabello gris que Lucifer reconoció como Aamón- bonitas curvas, muñeca.
- Bonita cara de idiota- le dijo Lilith en respuesta.
Detrás de ella más de uno rio disimuladamente. Lucifer no dijo nada, pues su esposa sabía defenderse. Pero las siguientes palabras de Aamón no le gustaron para nada.
- Maldita puta irrespetuosa.
Fue automática la reacción del Demonio. Con un solo puñetazo había logrado arrojar a Aamón contra las plantas, el hueso de su mandíbula crujió contra su puño.
- Más respeto con mi esposa, idiota.
- Lamento lo de mi hijo, pero es un idiota que no sabe mantener sus pensamientos para sí- comentó Satanás mirando a Lucifer, Aamón atrás se recuperaba del golpe y restauraba su mandíbula- pero como sea, me encantaría quedarme a jugar con ustedes. Aunque, como sabrás, tengo cuentas pendientes con tu Creador. Mejor me voy- sonrió mirando a dos de sus hijos, uno tenía el cabello corto y blanco, y el otro largo y negro; Lucifer los reconoció como Asmodeo y Leviatán- pueden quedarse a jugar.
Dicho esto, desapareció con el resto de sus hijos, dejando solo a Asmodeo y Leviatán quienes sonrieron a todos los presentes.
- Va a ser divertido jugar en un mundo desconocido- comentó Asmodeo que era el de cabello blanco.
- Van a entretenernos un poco- dijo Leviatán tronándose el cuello- o eso espero.
- Aquí no- habló Lucifer mirándolos- no van a destruir mi castillo. Vamos afuera, ahí se enfrentarán a mí.
- Oh, pero eso no es divertido- se quejó divertido Asmodeo- aunque será mejor terminar con el rey antes de pasar por sus vasallos ¿no?
- Definitivamente.
El Demonio los miró y se giró para mirar a su familia.
- Llévalos al lugar seguro- le dijo a Lilith- ahí ellos no pueden entrar. Ve con mis hermanos y que ellos lleven a su familia ahí también.
- No voy a dejarte solo- murmuró Lilith tomando su mano.
- Hazlo, esto es arriesgado- pidió mirándola- Lilith, mantén a todos a salvo. Es lo único que quiero ahora.
Suspirando, la Diablesa asintió y se fue con los demás para llevarlos al lugar seguro, pidiéndole a todos que rápidamente pasaran la voz para reunirse.
Él volvió a encarar a Asmodeo y Leviatán.
- Síganme.
Ambos lo siguieron hasta fuera del castillo. Al extenso valle que se alzaba frente a su hogar. Ahí había lugar suficiente para pelear. Escuchó un silbido de apreciación a su espalda.
- Este sin dudas debe ser tu orgullo- dijo Leviatán observando su alrededor.
- En realidad tengo mil trecientos treinta orgullos, pero no creo que les interese saberlo ¿o sí?- Lucifer sonrió girándose a verlos- después de todo, no vinimos a hablar.
Asmodeo y Leviatán se transformaron en su forma demoniaca, la cual difería en algunas cosas con la forma de Lucifer. Pero las alas de plumas quemadas y la altura era la misma.