CAP. 6 En el departamento II

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Estaba amaneciendo y por primera vez después de mucho tiempo Shinobu Kochō había podido dormir tranquila y había podido descansar como se merecía. Todavía estaba medio dormida pero era tan habitual en ella el levantarse temprano que aunque hubiere querido seguir durmiendo más no podía hacerlo. La mañana estaba cada vez más cerca y con ello llegaban también ciertas obligaciones como por ejemplo ir a la preparatoria, cumplir con sus deberes de Kaichō, asistir a clases y por último ir al café cosplay a cumplir con su horario de trabajo. 

Si lo pensaba bien, toda esa lista para solo un día era mucho para cualquier estudiante de secundaria. Resoplando se puso de pie y sin prestar demasiada atención a su alrededor se fue a dar una ducha; necesitaba terminar despertarse y por suerte aun contaba con tiempo ya que apenas eran las seis de la mañana. 

Luego de un relajante baño de más o menos veinte minutos, Shinobu por fin salió del baño. Estaba completamente relajada, sin una pizca de estrés y sobre todo contenta. Se preguntaba qué era con lo que había soñado ya que útilmente su pasado la estaba acechando en sus sueños o pesadillas y cada vez le resultaba más difícil dormir. Envuelta solo en una toalla caminó hacia la nevera, tendría que prepararse aunque sea unos huevos revueltos; rogaba que esta vez no se les prendieran fuego, el desayuno era la comida más importante del día después de todo. 

-Oi Kaichō... creo que eres un poco atrevida; aunque no puedo quejarme de la vista. Por otro lado puede que te den choques eléctricos si abres la nevera así-. Dijo una voz muy particular, denotando cierto agrado de lujuria al arrastrar las palabras. 

Shinobu al escuchar la primera palabra dirigida a ella quedó completamente de piedra ¿Qué demonios estaba haciendo ese alíen pervertido del espacio exterior en su apartamento? ¿Cómo demonios había entrado? ¿Cómo demonios sabía que vivía allí?

- Tu... tu... tu... ¿Qué diablos haces aquí?- Dijo señalándolo y apuntándolo con su dedo índice de arriba abajo. Su rostro estaba en llamas de la vergüenza que tenía. Solo estaba cubriéndose con la toalla y si seguía moviéndose como una histérica se le caería de momento a otro. 

Y así sucedió... y todo pasó en cámara lenta. Su mano seguía haciendo ademanes, su rostro fue contorsionándose del horror y finalmente sus manos quedaron en el aire al caerse la toalla lenta y descaradamente. 

***

Giyuu por su parte se había despertado mucho antes que Shinobu, no sabía si despertó solo para verla dormir unos minutos más o solo por el hecho de que a diario se levantaba cerca de las cinco de la mañana para entrenar. Lo que sabía era que había despertado algo desorientado, aunque su exterior siempre se mostró en calma, miró a su alrededores con algo de dificultad y descubrió que se hallaba en un departamento sencillo y lo más importante acompañado; a su lado y devolviendo su abrazo estaba Shinobu Kochō. Sonrió algo avergonzado y feliz, recordando cómo había aprovechado la situación para quedarse a ayudarla por su lesión en el pie y cómo al hacerse más tarde Shinobu le había ofrecido que pasara la noche allí. Eso lo había desconcertado por completo, nunca esperó que le ofreciera quedarse allí, justo ella la Kaichō demoníaca que detesta a los hombres. 

No quería irse, quería por lo menos compartir el desayuno con ella para luego preguntarle si podía bañarse (cosa que dudaba que la chica aceptara, por el íntimo de la situación) pero todavía no tenía deseos de marcharse. Se aburriría solo en su departamento, por fin había descubierto que estaba con Shinobu no se aburría, la pasaba bien torturándola y burlándose de ella y disfrutaba ver las expresiones que su lindo rostros mostraba cuando estaba cerca de ella. No quería admitirlo, después de todo la situación con su familia era complicada y no quería involucrarla pero lentamente comenzaba a tener los sentimientos más definidos por esa Kaichō-Maid. 

El secreto de ShinobuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora