05; Querer dejar lo que no puedes llamar "Hogar"

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1986

Odiaba septiembre. Odiaba que su mes de nacimiento estuviera lleno de preparativos para el cumpleaños de Lily. Odiaba su cumpleaños. Todos en casa estaban ocupados con los planes para la fiesta de Lily, excepto Irene quien, como sabemos, tenía planes con sus amigos. Faltaba menos de un mes, los planes estaban ya sobre la mesa. Sabía que para el cumpleaños de su hermanastra (principios de octubre), en casa estarían adolescentes bebiendo y fumando, ella estaría haciendo lo mismo, pero siendo libre, fuera de esa casa, siendo independiente, y lo mejor de todo, viendo a su banda favorita.
Esperaba con ansias que su cumpleaños pasara de una vez, tenía planes de irse de casa. Esto no lo sabía nadie más que ella misma, quería que esto fuera secreto.

Estaba en camino a la taquilla en la que venderían las entradas para Bon Jovi. Dio un pequeño recorrido en su auto, para tratar de localizar a sus amigos. Ya una vez visualizados, estacionó su auto y caminó hasta la fila, dónde se detuvo en el lugar donde estaban los chicos. Disimularon para que la gente formada detrás no se quejara, y cuando avanzaron lograron meter a la chica a la fila, en medio de los dos.
Avanzaban poco a poco, hasta llegar a la taquilla.

─ Tres entradas ─Habló John que era el que estaba hasta adelante.
Se le fueron dadas, los tres salieron de la fila. Miraban con incredulidad los tres boletos.

─ Uno de nosotros debe guardarlas ─Dijo Thomas─ A mi ni me miren, porque yo las pierdo.

─ A mi tampoco ─John le entregó las entradas a Irene─ Saben que mis padres revisan mis cosas, de inmediato las quemarían.

─ Hey, no crean que a mi me va mejor que a ustedes ─Reprochó la castaña.

─ Eres más responsable que nosotros, y sabes esconder mejor tus cosas ─Le dijo Thomas. La chica solo lo veía. El pelirrojo le suplicó con la mirada.

─ Está bien, está bien, las guardaré yo ─Dicho esto, las metió en el bolsillo de su chaqueta.

Fueron al auto de Irene, tenían hambre, así que irían a comper pizza. Ya en el establecimiento, Thomas los dejó un memento para ir al mostrador a pedir la pizza.

─ Irene ─La nombrada dirigió su mirada hacia Miller, que estaba sentado delante de ella─ ¿Te han dicho lo hermosa que eres? ─La fémina arqueó una ceja.

─ Ah, como joden con eso ─Contestó.

─ Es que es la verdad... ─No pudo seguir hablando, De Luca le dio un golpe amistoso en la espalda.

─ Ya dile que te gusta ─Dijo en tono burlón mientras se sentaba. La chica solo rió por el comentario del pelirrojo. Lo que no sabía era que había algo de verdad en esa oración.

Ese día bajó para desayunar, era fin de semana, así que no había apuro en tener que salir de casa rápido porque se le hiciera tarde para llegar a clases. Fue a la cocina y preparó su propia comida. Escuchaba como desde el comedor sus hermanastros reclamaban que su desayuno no estuviera servido, decidiendo ayudar al cocinero para que no se metiera en "problemas" con su padre. Después de un rato, fue al comedor con su desayuno.

─ ...Y después iremos a que te pruebes vestidos, ya que alguien no quiso llevarte cuando podía ─Dijo el señor McDaniel mirando a su hija de reojo, quien hacía caso omiso y solo estaba concentrada en degustar el platillo frente a ella.

─ Papá, ¿Podríamos atrasar mi fiesta? Es que el día de mi cumpleaños mis amigas y yo queremos ir a la playa ─Habló con aires puros, inocentes.

─ Si cariño, no creo que afecte mucho eso ¿No? ─Apoyó Susan a su hija.

─ Bien, solo porque es el cumpleaños de la hija más especial que tengo ─Dijo con una sonrisa mientras miraba a Lily. Irene solo hacía oídos sordos ante los comentarios que aquel hombre lanzaba─ ¿Qué día quieres que sea tu fiesta?

─ El 23 de este mes ─Sonrió con emoción. En ese momento la castaña se atrevió a mirar a la rubia mal teñida. Sabía que lo hacía con malas intenciones.
El hombre que sostenía la casa lo pensó un momento.

─ Siento que había algo importante ese día ─Frunció el ceño para tratar de recordar─ ¿Sabes qué? Ese día será, no hay nada más importante que tu cumpleaños ─Lily se levantó de su asiento para ir a abrazarlo.

Irene se paró, llevando su plato a medio comer a la cocina. El cocinero tomó el plato, y la sirvienta la abrazó, sin palabras le decía que no se preocupara, que todo estaría bien. Y claro, todo estaría bien.
Subió a su habitación, se encerró y buscó su vinilo de Slippery When Wet para reproducirlo, lo colocó, el volumen era moderado.
Apenas estaba empezando a sonar You Give Love a Bad Name cuando tocaron a su puerta.

─ ¡Quita eso, está muy fuerte! ─Escuchó del otro lado a su progenitor.

─ Pero que estupidez ─Pensó para ella misma. Puso el seguro a la puerta, se acercó al aparato y subió el volumen al máximo.

Oh, you're a loaded gun, yeah

Veía como la perilla se movía con frenesí, dando a entender que el hombre trataba de abrirla. Ésta se detuvo.

Oh, there's nowhere to run
No one can save me
The damage is done

Entonces fue abierta, el hombre entró enfurecido. Desconectó el tocadiscos, Irene le vio con enojo, pero esperando haber que excusa le daba para pedirle que quitara su música. Y entonces recibió una cachetada. Por inercia puso su mano izquierda en su mejilla que ahora se sentía caliente.

─ Maldita niña insolente ─La insultó de inmediato─ Si te atreves a desobedecer de nuevo, de aquí no saldrás, ¡Nunca!─ Gritaba. La castaña lo veía con rabia. Vio hacia la puerta, y ahí estaban sus hermanastros, burlándose de ella─ No sé que hice para merecer una hija del demonio ─Siguió quejándose el señor─ Ojalá hubiera sobrevivido tu madre en tu lugar, así no estaría soportando tales... ─Una patada en la entrepierna fue lo que se ganó.

A empujones la chica lo sacó de su habitación. Cerró con fuerza la puerta, volviendo a colocar llave. Se recargó en esta y se dejó caer al suelo. Lloraba, habían distintos sentimientos dentro de ella en ese momento.

─ ¡Cómo puedes hacerle esto a tu padre? ─Escuchó a Susan gritar.

─ ¡Pudranse! ─Se levantó, tomó la silla frente a su escritorio y la colocó en la perilla.
Se recostó en su cama, envolviéndose en sus mantas, aún con lágrimas cayendo.
Poco a poco se fue calmando, terminando quedándose dormida.

S o m e b o d y • S a v e • M e || [Tom Keifer] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora