'Aquí vamos de nuevo'

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‘—Mierda. -Susurré al entrar a mi habitación.

¡Oh! Tranquilxs, es la única mala palabra que escucharán de mí. Es una historia para toda la familia, se los juro.’

[Rebobinaré dos días atrás, cuando todo ésto comenzó.]

Me encontraba en casa, bastante aburrido y pensé en descargarme alguna aplicación de citas. ¡Hace bastante no usaba alguna!
Más allá de mis malos resultados pasados, creo que sería buena idea darle otra oportunidad.
¿Quién dice que al fin funcione y se me dé algo?

Buscando y buscando en la Playstore me decidí por una que es de conversar con personas anónimas (aunque al parecer es una especie de ‘red social’, ya que podés subir publicaciones y demás.)

—¡La compro! -dije para mí mismo.

Inicié el proceso de instalación, registro y bla bla bla. Comencé a buscar gente interesante con la cual poder sacar alguna especie de conversación interesante.

—Marcos, 19. De Capital... Hmmm, ¡muy lejos!

Pensaba a medida que iba viendo perfiles.

—Sebastián, 23. De Luján... No está mal.

Pensaba en iniciar una conversación con el sujeto, hasta que recibí una notificación de la misma aplicación.

‘Max comenzó a seguirte’
‘Max: Hola, chicx desconocidx. Te gustaría hablar?’

Quedé estupefacto. Pero, decidí responder.

‘Ste: Buenas! Cómo te va? Claro! Conversemos un rato, veamos si puedes sacarme el aburrimiento tremendo que tengo.’

No sé qué saldrá de esa charla, pero iré viendo.

—¡Steven, a comer! -escuché a mí madre decir.

¡Creo que tendré que dejarlo aquí, después le responderé al desconocido!

Dejé mí celular cargando, bajé y me encontré un almuerzo bastante delicioso en la mesa. Mamá sí que se esmera con la comida, aunque algo extraño siento de ésto: siempre somos nosotros dos, pero hay un plato extra.

—¿Mamá? ¿Algún invitado especial?

No me respondía y yo no tengo muy buena relación con la paciencia. Digamos que soy una persona bastante ansiosa.

—Puede que venga alguna persona a comer con nosotros. ¡Estoy esperando esa confirmación!

Ella sonrió y fue hacia la cocina tarareando una especie de canción.

Aprovechando que aún no íbamos a comer para esperar al invitado, fui hacía mi cuarto y revisé si el tal Max había respondido. Al llegar y agarrar el celular, me dí cuenta que sí.

‘Max: Bastante bien, tú? Espero que pueda lograr eso. Cuéntame de tí.’

Me dispuse a escribirle algo.

‘Ste: Es bueno eso, la verdad que muy bien. Digamos que estaremos viendo. Qué puedo contarte?’

‘Max: Lo que gustes. Estoy para leerte.’

—¡Ste, baja a comer! -mi madre interrumpió lo que sería una buena plática. Pero, ya tendremos tiempo de conversar.

‘Ste: Luego seguimos, debo ir a almorzar.’

'Cita a ciegas'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora