Lucky kiss - Creek

5. En La Cima

Capítulo 5. En la cima

Al final, el viaje de regreso a casa tomó un poco más tiempo del que habían previsto. En primera instancia porque la terquedad de Craig le hizo llevar puestas las sandalias por una buena parte del trayecto, así que tuvieron que caminar a paso lento y con varios sustos por caída. Ya a la mitad del camino finalmente se rindió, con las sandalias en la mano y descalzo por la costa hasta llegar a la mansión Tweak. Aunque todo esto suene tortuoso, la verdad es que para los chicos el tiempo pasó volando, Craig contando algunos de sus datos preferidos sobre la formación del universo y sus misterios, y Tweek sumamente curioso por escuchar más.

El sonido de pequeños grillos ocultos entre las altas hierbas de las zonas boscosas aledañas, un pueblo silencioso y durmiente ante las altas horas de la noche, la brisa fresca de madrugada, y el suave sonido del oleaje del mar junto una cálida mano estrechando la otra. Más que un nerviosismo frenético al darse cuenta de su primer amor, en esas dos horas y media de camino, el pecho de Tweek se llenó de una paz que no había sentido desde que era un niño pequeño.

Una vez llegaron y Craig explicó al chofer, quien ya estaba preparándose para partir hacia Tegridad, que el evento había terminado antes de lo previsto y podía irse a descansar.

Su largo día culminó con ellos frente a la puerta de la habitación del más joven, separaron su agarre, que hasta ese momento ninguno se había apresurado en soltar, musitaron un suave "buenas noches" al unísono, rieron ante la coincidencia, y Craig se fue hacia su habitación.

Era tan nuevo y extraño para Tweek el que estuviera tan feliz cambiándose después de la fiesta anual en la casa Marsh, cualquier rastro de asco, hastío, y enojo fue borrado, solo quedaba algo de dolor en sus pies por el largo viaje y felicidad en su corazón, para por fin, dormir.

¿Mereces ser feliz?

¿De verdad crees que puede corresponderte?

Te está usando.

                                                                      Igual de ingenuo que tu madre.

 Cuando él obtenga lo que quiere, te abandonará.

Eres tan fácil, un par de palabras dulces fueron suficientes.

Él seguramente ya tiene a alguien.

¿Ya olvidaste por qué vino?

                                                                      Tu valor sólo radica en tu don.

                       ¿Mereces ser feliz?, tú lo hiciste...

                                                                    Él se irá y volverás a estar solo.

                                Eres un reemplazo.

Estás condenado a repetir la misma historia.

¿Mereces ser feliz?, tú lo hiciste, ¡tú lo mataste!

¡¡TÚ LO MATASTE!!

Despertó con un grito ahogado, el rostro y torso empapado de sudor con rastros de lagrimas que comenzaban a secarse en sus mejillas.

El corazón le latía acelerado, y la gran opresión en su pecho no le dejaba tomar el aire suficiente que sentía necesitaba para tranquilizarse. Sus dedos se entumían cada vez más, parecía un infarto, pero él sabía por experiencia que sólo era un horrible ataque de pánico por terror nocturno, pero eso no evitaba que el terror inundara su mente.