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Este capítulo contiene una escena +18

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Este capítulo contiene una escena +18. Lee bajo tu responsabilidad.

(Es una escena muy poco explícita, pero prefería poner el aviso por si acaso)

Zoro, apoyado junto a una de las ventanas del observatorio, con las manos en la nuca, no dejaba de darle vueltas a todo

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Zoro, apoyado junto a una de las ventanas del observatorio, con las manos en la nuca, no dejaba de darle vueltas a todo. En poco tiempo, no sabía cuánto exactamente, estaría otra vez de pelea con Sanji, pero esa vez sería más en serio que las de esa noche.

Al fin y al cabo, las de esa noche habían sido en broma, pero solo ellos dos lo sabían.

Él quería decirlo, quería que Oda dejase de mantenerlos tan separados con esas broncas constantes. No disfrutaba en absoluto teniendo esos roces con Sanji todo el tiempo, no le gustaba nada. ¿Pero qué podían hacer para que Oda supiera aquello? De verdad no conseguía que se le ocurriese nada. ¿Cómo podrían ellos ponerse en contacto con aquel que los creó... y encima oponerse a su decisión...? Era una locura y Zoro suspiró angustiado.

Momentos después, escuchó la puerta de la cocina abrirse. Sanji había acabado de recoger y salía dispuesto a irse a dormir, creyó él.

Allí estaba, con esa camisa azul, esa corbata, chaleco oscuro, sus pantalones negros, sus zapatos brillantes... Ese pelo de oro que siempre cubría la mitad de esa cara tan preciosa y esos ojos tan claros. Esa perilla oscura tan bien afeitada que le daba un aire más adulto a un rostro tan juvenil.

Zoro no pudo evitar sonreír como un tonto cuando le vio aparecer y detenerse un momento para ponerse bien una de las mangas de la camisa. Hacía poco que habían empezado esa relación en secreto, bastante poco de hecho. Puede que ni siquiera llegara a un mes. Pero el espadachín era incapaz de ver a nadie más allá dónde fuera. Sus ojos solo eran capaces de ver atractivo en ese caballero que siempre llevaba un cigarrillo encendido.

Sanji suspiró un momento y miró sutilmente hacia el observatorio. No tardó mucho en decidirse. Lanzó el cigarrillo al mar y empezó a andar.

El semblante de Zoro cambió a uno más serio, ¿adónde iba?

No tardaría en averiguarlo.

	Escuchó un sonido metálico lejano al principio y muy cercano tras unos instantes después

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Escuchó un sonido metálico lejano al principio y muy cercano tras unos instantes después. Aún sentado en los sillones del observatorio, vio aparecer por las escaleras de metal a Sanji, que subió con elegancia y casi sin hacer ruido.

La luz blanquecina de la luna iluminó ligeramente al cocinero, que sonrió en cuanto vio a Zoro sentado un poco más allá. El espadachín se levantó del sitio casi como impulsado por un resorte y se dirigió hacia él, clavando su ojo verde en cada centímetro de su delgada figura.

Dudaron poco, por no decir que nada.

Cuando se quisieron dar cuenta, habían perdido la noción del tiempo en un beso que casi no les dejaba ni respirar. Zoro atrajo a Sanji más hacia él con fuerza y avanzó por el observatorio sin soltarle, trastabillando.

Entre besos y respiraciones jadeantes, Sanji había empezado a quitarle la ropa al espadachín, pero entendió poco después que no era justo, por lo que se separó de él suavemente.

Zoro se quedó ahí, con el torso descubierto mostrando su gran cicatriz, hipnotizado. Sanji le devoraba con la mirada a la luz de la luna, sonriendo de forma ladina, deshaciendo el nudo de su corbata tan lentamente que era casi una tortura al mismo tiempo que un deleite para la vista.

Se deshizo de la corbata, se desabrochó el chaleco y lo tiró al suelo. La camisa... dejó que fuera Zoro el que le liberase de ella.

Quedaban los pantalones.

Zoro deslizó sus manos hasta el cinturón del rubio, que desabrochó sin mucha delicadeza. Al rubio no le sorprendió, así era Zoro. La delicadeza brillaba por su ausencia.

Sanji llevó una mano directamente a una zona del cuerpo de Zoro... que estaba ardiendo por su culpa.

Ambos se rieron un momento, antes de que estas últimas prendas también acabasen por el suelo.

 Ellos mismos también acabaron en el suelo, uno sobre el otro, gimiendo y moviendo sus caderas a un ritmo acompasado que desearon que no terminara nunca.

 Ellos mismos también acabaron en el suelo, uno sobre el otro, gimiendo y moviendo sus caderas a un ritmo acompasado que desearon que no terminara nunca

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Dibujo del encabezado hecho por Sakimichan (Zoro x Sanji): https://www.deviantart.com/sakimichan/art/ZoroX-Sanji-YAOI-TAG-637168382

𝗡𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼 | ZᴏSᴀɴ | 「One Piece」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora