Espejismo delgado

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No hay palabras para describir esto: sentimientos, emociones; personas.

¿Qué somos y por qué estamos aquí?

¿Por qué sentimos?

¿Cuál es el propósito o motivo del que yo esté aquí?

¿Quien soy?

.....

Un instante a la vez, un segundo, un minuto.

El tiempo corre y sigo aquí, quiero huir sin tener un destino.

-Estás vacío, ¿sabes por qué? -pregunto, pero había algo raro. Él nunca preguntaba sobre esos temas.

Aunque estaba aún sorprendido y dudoso, le respondí:

-No, no lo sé.

-Genial otra alma en vela -su tono sonaba irónico. Nada fuera de lo normal pero sentia que algo aún no encajaba o puede que tal vez yo esté siendo paranoico-. Ven sígueme, no te arrepentirás.

Tenia mis dudas, ¿pero qué otra opción tenia? Empecé a seguirlo, no sabia a donde me dirigía, y aún así; continuaba siguiéndolo.

Algo era seguro, muchos me llamarían loco por seguir una voz que no podía ver.

Pero en si, nadie podia verlo.

No me lo pidio, pero cerré los ojos. Y al abrirlos observe a mi alrededor, no había nada, solo oscuridad.

¿A dónde iba?

Sin embargo, continué el camino sin rumbo fijo.

Ignoré el no saber nada, no lograba visualizar algún objeto, naturaleza o vida, estaba completamente y por extraño que sonara, me entraba indiferente a lo que otros estarían aterrados por estar en un lugar desconocido y estar acompañado de la soledad.

Pero no era mi caso, estaba acostumbrado a estarlo: mental y físicamente.

En ese instante olvide como se diferenciaba estar vivo o muerto.

No habían tonos brillosos ni oscuros, solo grises neutrales.

-Hemos llegado, ¿qué te pareció el viaje?

Volví a cerrar lo ojos, tomé una gran bocanada de oxígeno y sudando... ¿cómo estaba sudado si no había ningún tipo de ambiente?

Ahora que lo pensaba... ¿a dónde demonios había llegado? Y ¿Cómo fue que aparecí ahí en primer lugar?

-¿Qué es este lugar y por qué estoy aquí?

Desde que había llegado mi cuerpo no lo envolvía ningún tipo de medio ambiente, el calor que normalmente odiaba no estaba.

Pero de un momento a otro todo cambió, como si el lugar pudiera leer mis pensamientos; un insoportable viento gélido comenzó a envolver mi ser en una fina capa que arrasaba, logrando que mis vellos se erizaran.

Busque un punto de luz, algún paisaje o cualquier cosa que me hiciera olvida esa fría nada.

No lo había, solo encontré silencio y un espejo.

Corrí a el, tratando de alcanzar y mientras más me acercaba más podía visualizar una silueta.

Se alejaba aquella forma, y usé más impulso en tratar de alcanzarla.

-Hey, espera... ¡detente!

La sombra desaparecía de mi vista, y ya casi ni tenía oxígeno en mis pulmones.

Lo que nunca diréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora