Capítulo 25

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Me encuentro en estos momentos levantándome para irme donde me reuniré con Diana para renunciar a todo y poder continuar con mis planes.
Salgo del camarote mirando para todos lados y no hay nadie.
Camino buscando la salida cuando me encuentro de frente con Mijaíl.
Me quedo observándole detenidamente su cuerpo semi desnudo, su pelo está húmedo y con muy poco disimulo me escanea de arriba abajo.

— Buenos días Samira, anoche te estuve buscando pensé que te habías marchado.

— Buenos días. No sé cómo, ¿Nadando? Hasta hace un par de horas el yate no ha parado.

— Es cierto. ¿Quieres quedarte a desayunar? Podemos ir hasta mi camarote. — Alza sus cejas poniéndo su mejor mirada seductora.

— Gracias, pero ya me voy.

— No seas modesta Samira y quédate, te prometo que lo vamos a pasar muy bien.

— No des un paso más y no quiero quedarme.

— ¿Porqué? Pensé que te gustaba que te hiciera el amor.

— No seas imbécil. Por supuesto que no me voy ha quedar. Anoche vine para estar juntos y poder disfrutar de tu compañía, al ver como esas mujeres te tocaban me dió asco de que me toques.

— No me hagas de reír. ¿Ahora me vienes con celos?

— Respeto. Para tener celos hay que tener sentimientos, y yo no tengo nada eso hacia tí. Sabes algo Mijaíl, si sigues con esa conducta de macho alfa porque tienes dinero, la gente solo te buscará por interés y recuerda que la soledad y el abandono no se paga con dinero, los sentimientos no tienen precio.

— Por eso tú estas sola, dando lástima a todo el mundo cuando tú no eres ni capaz de avanzar en tú misma. Ahórrate tus consejos Samira.

— Puedes que lleves razón, pero sé perfectamente que tus intenciones hacia mí eran otras.

— No sé de qué me hablas.

— Ha sido un placer conocerte Mijaíl, pero no quiero volver a verte en mi vida. Eres tan egoísta y cínico que tú avaricia te impide de ser mejor persona. Más honradez y menos estupidez.

Camino hacia la salida después de haberle dejado claro a Mijaíl no querer tener ningún tipo de contacto con él.
Pienso que me equivoqué al creer que un hombre que no conozco no puede rescatarme de mis problemas.
Anoche me di cuenta que la gente hace cualquier cosa por dinero sin importarle llegarse a rebajar hasta el punto de perder su orgullo por querer conseguir algo que no le permite valorarse a sí mismo por dinero.

Bajo del yate y mi chófer ya me esperaba. Subo al auto y le digo de llevarme hasta la casa de Diana donde quiero hablar con ella.
Mi decisión está decidida y quiero ser yo misma, vivir en paz sin presión y con la amenaza de hacer algo mal y pagar las consecuencias teniendo que dar explicaciones de mi vida.

Llego a la casa de Diana, ella me espera junto a Julien y Dagna.
Miro uno a uno en silencio tomando asiento enfrente de Diana evitando mirar a la pareja feliz.
Diana me sirve una taza de té y hablamos sobre mí decisión de venderle todo a Julien.
Diana se niega en rotundo a dejarme ir, dice que debo quedarme porque ella me dió todo su dinero a cambio de obtener una vida mejor.
Niego con mi cabeza riendo irónicamente clavando mis ojos en Diana le expreso de querer seguir llevando mi vida humilde para poder ser yo misma y vivir en paz y no tener que estar sometida a tanta presión sin necesidad cuando es algo que no es mío.
Diana me agarra de mis manos y entre lágrimas me pide de aceptar su dinero.
Julien no dice nada mientras Dagna no para de quejarse.

— Por favor Samira toma mi dinero e invierte lo en algún negocio.

— Puedes tener tu propio restaurante como me dijiste Samira. Acepta el dinero que te da mi abuela para que hagas tu sueño realidad. — Miro a Julien agradecida por el detalle y después abrazo a Diana fuerte diciéndole de aceptar su dinero.

Acto seguido firmamos los documentos que nos entrega el notario y abogado de Diana para dejar todo en manos de Julien.
Diana me pide de ir a visitarla y le hago prometer que lo haré.
Julien me acompaña hasta la puerta donde al despedirnos me abraza deseándome suerte y de buscarlo siempre que necesite algo.
Me da alegría de que las cosas hayan quedado bien entre nosotros después de todo el mal rato que me hicieron pasar.
Aquello ya quedó atrás y es el momento de empezar con mi nueva vida.

Hablo con Ilse proponiéndole de ser mi socia en mi nuevo proyecto.

— Samira yo...de verdad no tengo mucho dinero ahorrado, además tengo la boda y no puedo de verdad aceptar tu propuesta.

— Ilse, yo no quiero que inviertas tú dinero, yo necesito a mi amiga, a mi única familia a mi lado.
Yo tengo suficiente dinero como poner tres restaurantes, pero quiero que estemos juntas amiga.

— Samira...yo no sé qué decirte. Gracias amiga. — Ilse me abraza emocionada cerrando nuestros ojos lloramos por todo lo que hemos tenido que pasar hasta poder alcanzar parte de nuestros sueños.
El dinero te da felicidad, te hace de obtener aquello por lo que ansías tener.
Pero una amistad vale más que cualquier tesoro del mundo y por eso cuesta conservarla.

Meses más tarde...

Sonrío por primera vez como hacía tiempo que no lo hacía respirando al fin tranquilidad obteniendo la paz por la que tantos años he querido buscar y no encontraba.
Miro a Ilse como luce de hermosa con su vestido de novia.
La abrazo llorando emocionada deseándole mucha felicidad.
Ella se lo merece y Alfredo es el hombre perfecto para ella.
Después de la ceremonia de la boda de Ilse, la comida será en nuestro restaurante donde hay muchas personas esperando poder felicitar a los recién casados.

Hace pocos meses que abrimos el restaurante con comida de mi país, aunque también servimos otras comidas, decidimos hacer algo nuestro, una parte de nuestra vida está en la comida que servimos y en la gente de nuestro país que vienen a degustar nuestros platos y los clientes de otros países que le gusta lo que servimos.
Desde que inauguramos nuestro restaurante hemos tenido éxito, hemos conocido a más personas de nuestro país donde poder hablar en mi idioma y compartir experiencias con los tuyos te hace sentir que en verdad estás en tu país aunque vivas en otro. 
Nuestros clientes habituales, también han querido venir a felicitar a los recién casados y quedarse para comer y beber en esta gran fiesta que le preparado a Ilse y Alfredo.
La música de mi país suena por los altavoces, bailamos a nuestra manera como lo hacemos en mi país, comemos nuestra comida y hablamos con otras personas que no son de mi país pero nos respetan y aceptan nuestra cultura incluso les gusta lo que hacemos.

Este es mi entorno, esta soy yo.
Ahora si puedo decir que he encontrado mi paz y felicidad y estoy trabajando en mi restaurante haciendo aquello que me gusta junto con las personas que quiero.
El amor. Aún no he conocido a un hombre que complete mi felicidad, sigo esperando poder tener esa dicha algún día y poder completar mi corazón con esa pieza.

Si algo he aprendido en estos años es ha intentar caminar por el camino recto, ser consciente de que la fuerza no consiste en ganar, sino, en no rendirte porque siempre habrá sombras oscuras en el mundo y en nuestro interior, pero también habrá pequeñas luces que son mucho más fuerte que la oscuridad donde tarde o temprano veremos esa luz que nos devolverá aquello por lo que hemos dejado de creer o incluso nos hemos visto en situaciones tan difíciles que hemos temido no saber afrontarlo.
Solo debo ser fuerte y tener confianza en mí misma porque nadie mejor que yo me conozco para saber qué mi valentía depende de mí misma, y mis logros son mis mayores satisfacciones.
No darse por vencida aunque la batalla sea muy difícil hay que combatirla porque siempre habrá alguiena nuestro a quien nos vemos pero nunca nos abandona.

* En las profundidades  del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible

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* En las profundidades  del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible.*

Albert Camus.





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