Capítulo 5

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P.O.V. ______

Con mi forma troll, salí de casa con discreción. Viajábamos de noche, porque Blinkous no podía exponerse al sol. Al parecer, no sólo íbamos por el báculo, sino también por un amigo de ellos.

Yo le había contado a Douxie de el asunto de Merlín por celular, y se había mostrado muy interesado.

'Por cierto, _______, en cuanto alguien retire el báculo, corran. Es la única estabilidad de la cueva.'

Nos había dado una buena sugerencia.

Llegué a la casa del Cazatroles, y entré. 

Parecía asamblea familiar.

Cada padre con su respectivo hijo, abrazándole, dando recomendaciones, provisiones, etc.           Clara incluso llevaba chorizo, como si fuéramos a un maldito campamento.

Nadie me había notado, entonces tomé mi forma humana para no alarmar a nadie. Por fin Jim me notó, y me saludó con la mano y una sonrisa en el rostro. Le devolví el saludo, y él se aproximó.

  - ¿Y? ¿Cómo te sientes para la primera misión en equipo?

Me encogí de hombros.

  - Bien, supongo.- señalé a los padres, y el chorizo.- ¿Cuándo nos vamos? Tu madre es la más cuerda aquí. No te dió calzones de cambio.

Jim empezó a reír.

  - Sí, supongo que es la más segura.

Ambos miramos a Bárbara, quien notó nuestras miradas y se acercó para saludarme.

  - ¡Hola, _______! No creí que vendrías.- los padres se desatendieron de sus hijos, y ahora éramos el centro de atención.- ¿Eres como Walter, cierto?

Strickler.  

- Sí, lo soy.

  - No debiste invitarla, Jim.- le murmuraba a su hijo como si yo no escuchara.- Si la quieres impresionar con tu valentía o algo, hay maneras más seguras. Creo que ella es la más débil de los cuatro, y si...

Clara palideció cuando escuchó lo de impresionar, y yo sonreí ante todos. Me transformé en mi forma troll, y les miré con la sonrisa aún en el rostro.

  - No creo ser la más débil, Bárbara.- incliné la cabeza con respeto, y con un gesto de la mano, creé un portal grande y entré, seguida por Jim y Blinkous.

Estábamos en un lugar extraño, y brillante. Había luz por todos lados, y entonces vi una trampa, obra de Angor Rot.

Adentro de ella, había un troll, pero de los que servían a Gunmar en la guerra, y nos miraba con terror. Además de las bombas que flotaban en sincronización.

  - ¡Copiloto!- Toby quería acercarse a la jaula, pero lo detuve.

  - Te quemarás.- advertí, antes de soltarlo de nuevo.

Jim miraba unas ratas huyendo de ahí, con atención.

  - Chicos, creo tener una idea.- murmuró.

El plan era soltar a el troll, y luego bajar a los niveles inferiores sin resultar lastimados. Me parecía un poco ridículo que lográramos hacer eso, pero no dije nada. Confiaba en el Cazatroles, por alguna extraña razón. No, en realidad no era extraña. Tenía cosas en juego, amigos y una novia. Sabía que no se arriesgaría por ellos.

Prepararon en plan, y los observé mientras. Eran un buen equipo, se entendían y tenían los mismos intereses. Yo no los entendía, y no tenía sus mismos intereses, entonces me sentía fuera de lugar.

Entonces, Toby se alzó con su martillo, y cerré un ojo, lista para el impacto.

No fue lo que esperaba.                                                                                                                                                       El piso debajo de nosotros se destrozó, y caímos en medio de gritos de miedo, para aterrizar en la dura piedra de el piso de abajo.

Caí de pie gracias a la agilidad cambiante, y miré a Jim caer de espaldas sobre mí, antes de que lograra atraparlo.

Él tenía los ojos cerrados con fuerza, como si quisiera evitar la sorpresa de la caída, y abrió los ojos en mis brazos.

  - ¿Estás bien?- inquirí con suavidad, mirándole a los ojos.

Él carraspeó, en extremo nervioso.

  - ¡Claro!- exclamó, y bajó.- No te preocupes. 

  - Encontremos algo que nos ayude a subir.- expresó Blinkous, señalando la ventanilla en la altura.

Analicé nuestro entorno. Una habitación antigua se extendía, imponente. Todos se pusieron a analizar lo que encontraban o creían útil.

Toby tropezó,  y la habitación cambió radicalmente. La velas estaban completas, todo totalmente nuevo y pulido. El chico levantó su pie, y todo regresó a como estaba.

  - ¡Tú!- rugí, dirigiéndome a Toby.- Vuelve a hacer eso.

Él obedeció rápidamente.

  - La habitación vuelve en el tiempo.- deduje y lo dije, al casi mismo tiempo que Blinkous.

Mi mente trabajaba, pero aún no encontraba la solución. Clara se aproximó a el saco que Toby había dejado en el piso para sostener el tiempo.

  - ¡Semillas!- exclamó, alegre.

Tomó algunas, y luego una maceta. Las sembró, y al quitar el saco que sostenía el hechizo , unas raíces enormes iban hacia la única luz.

  - Increíble, Clara. - expresé, admirada, mientras trepábamos.

Me sonrió, una sonrisa un poco tensa a decir verdad.

  - No es nada. Deducción básica.- respondió, y continuó su camino, donde al llegar a la cima Jim le ayudó a subir. 


.     .     .


Salí del portal que Clara había creado, en medio del bosque de Arcadia.

  - Merlín, viejo estúpido.- murmuré, mientras tomaba mi forma humana.

Sentí una presencia. Nos vigilaban.

Me rezagué a propósito de los 3 adolescentes, mientras prestaba atención a todo, ruidos, y lo que veía. Una ramita crujió, y me abalancé sobre los arbustos.

  - ¿Quién...?- el rostro natural de Krel me miraba con miedo.- Oh, eres tú.- me enderecé, y limpié mi ropa mientras miraba a Aja humana.

  - Ese tono de decepción no me agrada.- replicó Krel.

Me encogí de hombros.

  - Dos akiridianos en un bosque espiando, ¿que más me podría sorprender?- ellos bajaron la mirada, avergonzados.- ¿A quién espían?

 - Creo que Jim tiene mi arma.- respondió Aja.

Lo miré a la mucha distancia, y reí suavemente.

  - No creo que sea tu serreta.- admití.

  - Tengo que comprobarlo de cualquier modo, ¿no?- Aja de un brinco ágil, se puso de pie, y salió corriendo.

Krel se puso de pie, aburrido.

  - Aja es descuidada. Me preocupa.- admitió, mirándome.

  - No te preocupes, la puedes mantener bajo control, ¿cierto?

Suspiró.

  - No estoy muy seguro de cuanto tiempo más. ¿Me ayudas? Por favor, eres lo más parecido a alguien inteligente aquí en la Tierra.- rogó.

  - Gracias por el insulto.- solté, y me dispuse a irme, cuando él me tomó del brazo, con dos de los suyos.

  - Por favor. No quería ofenderte.

Solté un suspiro de derrota.

  - Está bien.

Jim Lake Jr. x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora