Jim Lake Jr. x Lectora

Capítulo 9

P.O.V. ______:

Toqué a la puerta de la casa de los Tarron, con precaución. Quizás habría un guerrero de dos metros deseando asesinarme.

Cuando miré el rostro sonriente que abrió la puerta, me relajé. Aja me sonreía desde adentro, y me invitó a pasar con un gesto. Entré en silencio, y saludé a Krel que nos miraba desde el sillón con una expresión de desdén.

  - Le pregunté a Madre si sabía la definición de la palabra que me dijiste en la tarde, ______. Ahora estoy traumado, y enojado contigo.

  - Hola, bienvenida, ¿cómo estás?- dije a modo de burla, negando con la cabeza.- Para ser un rey, no tienes muchos modales.

  - ¡No sabía que una erección podía desencadenar en tantas explicaciones! No deseaba precisamente saber como se reproducen los humanos, pero gracias a ti, ya lo sé.- refunfuñó él, trabajando en una pieza de la nave descompuesta.

  - Vamos, no seas infantil. Es de conocimiento básico, considérate más unido al mundo humano. ¿Ustedes no se reproducen así?

  - Somos de energía, no de células. Claro que no.- respondió, aún malhumorado.

Me senté de un brinco junto a él, mirando su ceño fruncido con una expresión de diversión. Él evitaba por todos los medios mirarme, mientras que yo lo miraba fijamente, cosa que le pareció divertida a Aja.

  - Vamos Krel, creí que te gustaba aprender cosas nuevas. Mucho más cuando no tenías ni idea de estas.- intentó animarlo la albina, sin mucho éxito.

  - Lo lamento, Krel.- me disculpé, con una sonrisa discreta dibujada en el rostro.- No volveré a decirte....

Una llamada entrante me interrumpió, y yo la respondí un poco exasperada.

  - ¿Sí?

  - Hola ______, soy Jim. Merlín nos va a hacer una lista de 'ingredientes' mañana, pero creo que necesitaremos tu ayuda para encontrarlos. ¿Te gustaría ayudarnos?

  - Sí, claro. Nos vemos mañana Jim, adiós.

Colgué repentinamente, con prisa.

  - Como decía Krel, lamento... 

  - ¿Eres amiga de Jim?- me interrumpió Aja, saltando repentinamente frente de mí.- Estabas ahí el día que lo vimos con mi serreta.

  - No es tu serreta Aja, es... otra cosa, ya te lo había dicho.

  - Claro que lo es, no la he encontrado en ninguna parte. Nos ayudarás a buscarla, ¿bien? Mañana, nos vemos en clase de Educación Física, en el salón. Nos saltaremos la clase.

Solté un suspiro de exasperación. Nada ni nadie podía sacarle una idea de la cabeza a los Tarron.

.      .     .

Cerré mi casillero, dejando mis libros de Historia ahí antes de partir al salón que estaría vacío por la clase de Educación Física, para encontrarme con Aja y Krel. Al abrir la puerta, miré al moreno sentado en el escritorio, y a una hiperactiva Aja girando por todos lados.

  - ¡Llegaste!- saludó ella con entusiasmo, y sonriendo.

  - ¿Por qué en el salón? Pudimos haber salido de la escuela.- dije, mirándolos a ambos.

  - Mucha gente dice estar enferma para no hacer ejercicio.- respondió Krel.- Ay, me duele mucho el estómago.- se quejó, llevándose las manos a este.- ¡Y mi pierna! Siento que....

  - ¿Te ayudo?- se ofreció Aja, antes de darle un golpe en la espalda que lo tiró al suelo.

Parpadeé al ver todo. Era la situación más extraña en la cual había estado en mucho tiempo. Y para empeorarla, me giré para mirar al señor Uhl con una expresión de confusión... y a Jim mirándonos con derrota, y luego confusión de nuevo al verme a mí.

  - ¿Qué no a ti ya te había presentado la escuela?- preguntó, confundido.

  - Oh, sí, sólo estoy aquí por ellos.- dije, señalando al chico en el suelo que decía no poder levantarse.

  - ¡Hola! Me llamo Aja.- saludó esta con entusiasmo, sobre mi hombro.

Ayudé a Krel a ponerse de pie, mientras Aja llenaba a Jim de preguntas. Salimos por el pasillo, hasta llegar con Clara y Tobs, que nos miraban confundidos.

  - ¿Y ellos, Jimbo? No estaban en la lista.- murmuró el pelirrojo, antes de que un par de manos abrieran su boca para mirar sus brackets.

  - Mira Krel, dientes de metal.- se asombró la albina, mirando a su hermano, que también observaba.

Krel se alejó, para hacer girar la rueda de la bicicleta de Jim, con asombro también.

  - Fascinante, fascinante.- murmuraba, mientras la hacía girar.

  - ¿De dónde dicen que son?- preguntó Clara, levantando una ceja.

  - Cantalupia.- respondieron con seguridad los hermanos.

  - ¿No lo conoces?- preguntó Krel, al ver la expresión del ojiazul.

  - Probablemente lo vieron en alguno de los 48 días que falté.- este se encogió de hombros, mientras me tomaba del brazo y me jalaba.- ¿Quienes son estos.... raros?

  - Son mis amigos, Jim. Muy cercanos por cierto, por lo cual agradecería que no les llamaras raros.

Él murmuró una disculpa, para verlos de reojo, aún examinando la boca de Toby.

  - ¿Ese no es el chico que te observaba sin parar tu primer día aquí?

  - Sí, es él. Pero concéntrate, ¿qué tenemos que conseguir? De la lista que mencionaste de Merlín.

  - Un fémur de un cambiante.- dijo, mientras yo abría los ojos con sorpresa.- Y un rayo en una botella.

  - ¿Y sabes dónde conseguir el fémur? O tengo que....

  - ¿Qué? No, ni se te ocurra. Sabemos donde conseguirlo.

  - De acuerdo.- respondí, dirigiendo mi vista de nuevo a los dos hermanos, que comenzaban a parecerles amenazantes a Toby.- Mejor se los quito de encima, o....

Me acerqué a los tres chicos, y llamé la atención de Krel.

  - Jim y los demás les enseñarán el pueblo, ¿bien?

  - ¿No vienes?- preguntó, levantando una ceja.- Recuerda tu promesa.

  - Claro que voy. Pero nada de hacer preguntas raras, ¿de acuerdo?- murmuré, mirando de reojo a los otros tres chicos, murmurando a su vez también.- Si preguntan demasiado, Jim sospechará, ¿ok?

  - ¿Yo sospecharé qué?- una voz amable se escuchó detrás de mí, y yo fruncí el ceño.

  - Nada, Jim.- tomé del brazo a Krel, antes de empezar a caminar con rapidez al sentir mis mejillas ruborizarse.- Mejor ya vamos a enseñarles Arcadia.

P.O.V. Jim:

No pasé por alto como se ruborizó, ni cuando tomó a el chico extranjero para alejarse. No tengo la más mínima idea de porque no quiere que yo me entere de algo, pero creo que más o menos me doy una idea, y me resulta un poco dolorosa. 

Clara y yo nos miramos mutuamente, ambos con una mirada de preocupación. Ella por la lista de Merlín, yo por el secreto de Krel y ______.